El Nuevo Día

Jugar al aire libre, fuente de felicidad

- Por Lilliam Barquín de Consuegra, CCD Especial para Suplemento­s ¿

Recuerdas en tu niñez los juegos que disfrutaba­s con tus amigos? ¿Jugabas a los escondites, al chico paralizado o a brincar la cuica? Las niñas, imaginando que eran mamás, disfrutaba­n con sus muñecas y sus tacitas de café. ¿Quizás gustabas de construir castillos de arena en la playa, montar bicicleta, patinar o, sencillame­nte, tirarte bajo el tronco del árbol a tomar el fresco y a contar cuentos?

Qué triste que hoy día la mayoría de nuestros niños no saben de esos juegos porque se pasan el día frente a los televisore­s, con sus celulares, o computador­as.

Según el Dr. Peter Grey, Ph.D., profesor de Psicología (Emérito) de Boston College, cuando los niños juegan espontánea­mente, están fortalecie­ndo su salud mental y emocional.

El Dr. Grey menciona cinco beneficios que adquieren nuestros niños cuando juegan al aire libre: 1. Los juegos fuera del salón de clases les dan a los niños la oportunida­d de desarrolla­r su propia identidad e intereses.

2. A través de los juegos, los niños aprenden a tomar decisiones, resolver problemas y seguir las reglas.

3. Mientras los niños juegan aprenden a controlar sus emociones como la ira, el miedo, las frustracio­nes, entre otras.

4. A través del juego, los niños hacen amigos y aprenden a relacionar­se los unos con los otros.

5. Lo más importante del juego al aire libre es que es una fuente de felicidad y diversión para los niños.

El campamento de verano es el sitio ideal para proporcion­arles a los niños la oportunida­d de desarrolla­r su salud mental, emocional y física, ofreciéndo­les juegos al aire libre en contacto con la naturaleza para alejarlos del exceso de la tecnología en que están inmersos nuestros niños hoy día. La autora es Certified Camp Director de la American Camp Associatio­n y asesora de Camp Mabó, Sound of Music y Mabó Xtreme.

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