Atrapados luego de una noche de pasión
“Love and Hostages”, producida, escrita y dirigida por cineastas puertorriqueños, es un filme divertido de principio a fin
Existe el viejo refrán que dice “no hay nada nuevo bajo el sol” y también la noción 'hollywoodense' que todas las historias ya se han contado, lo cual resulta un poco deprimente pero le da un aire de triunfo inesperado al estreno de “Love and Hostages”, producción independiente que se estrena hoy en las salas de Fine Arts en Puerto Rico.
La película, producida, escrita y dirigida por cineastas puertorriqueños, se enfrenta a uno de los géneros cinematográficos más estéril y plagado de fórmulas: la comedia romántica, y sorprendentemente logra empujarlo a un lugar fresco que puede cumplir con las convenciones obligatorias, a la misma vez de sacarle provecho al terreno que es genuinamente nuevo.
Esto se debe en gran parte al trabajo del guión de Javier Mayol, quien logra incorporar la perspectiva masculina a este tipo de película sin tener que diluirla con fantasías clichosas y estereotipos trillados. La otra sorpresa es que el guionista tiene la misma facilidad con el personaje principal. Aunque el filme está bien lejos de estar en la liga de un clásico como “When Harry Met Sally”, lo que sí tiene en común con ese filme es centrarlo todo en personajes que nunca dejan de ser interesantes y cuyo choque romántico no se siente forzado.
A eso se le añade el ángulo de la conexión sexual de una noche. Usualmente esto es utilizado como trasfondo para un personaje masculino que jamás se ha enamorado y eventualmente se encuentra con su igual. El guión de “Love and Hostages” le da una virazón a ese arquetipo.
El protagonista masculino es Michael (Randall Core), un hombre que no está buscando una relación porque todavía esta recuperándose del hecho de que su prometida le fue infiel. A insistencia de su hermano va a una barra y conecta con Ava (Natalie Stavola), quien también está bien cómoda en su soltería. La mañana después de una supuesta noche de pasión desenfrenada los personajes están listos para salir disparados en la dirección contraria, lo que se convierte en una misión imposible cuando el complejo de apartamentos de Ava es tomado por un criminal. Literalmente atrapados, los protagonistas se ven obligados a averiguar si lo suyo fue química de una noche o algo con un poco más de promesa romántica.
El mejor recurso del filme es su guión y sus dos actores principales, lo cual resulta afortunado considerando que el concepto coloca todo el peso sobre los hombros de Stavola y Core y que, como director, David Vargas no puede hacer mucho para disfrazar que su presupuesto fue bien limitado. Lo que sí acierta el director es evitar que el tener a dos personajes atrapados en un mismo sitio haga que la película se sienta como una obra de teatro que fue filmada, algo que alguien como Denzel Washin- gton no puede decir de su dirección en “Fences”.
Las debilidades del filme se manifiestan en su ultima sección, cuando el guión expande su enfoque a personajes secundarios que registran como caricatura y con el momento obligatorio donde el romance entre Michael y Ava parece haber terminado. Cuán prometedor será el futuro de los actores principales quedará por verse, pero su trabajo logra que la película sea divertida de principio a fin y sus destrezas naturales para la comedia evitarán que los fanáticos de este género deseen ver un “remake” de esta película protagonizada por Kate Hudson y Hugh Grant.