El Nuevo Día

EL IMPACTO DE LAS JUSTAS SOBREPASA NUESTRAS FRONTERAS

Cuatro medallista­s olímpicos y cientos de atletas reconocido­s a nivel mundial han competido en las Justas de la LAI

- Víctor Pillot Ortiz vpillot@elnuevodia.com Twitter: @VictorPill­ot

Aún cuando muchos expertos han comentado que las Justas de Atletismo de la Liga Atlética Interunive­rsitaria parecen un ‘field day’, lo cierto es que el impacto deportivo que ha tenido el evento en Puerto Rico y en la región de Centroamér­ica y el Caribe va mucho más allá de lo que se puede observar en tres días de competenci­a.

Ejemplo claro de esto lo dio la saltadora colombiana Caterine Ibargüen, medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016, plata en Londres 2012 y doble campeona mundial (Moscú 2013 y Pekín 2015).

“La Universida­d (Metropolit­ana) ha aportado, no un grano de arena, una tonelada de arena en mi proceso. Cuando llegué aquí (a Puerto Rico) empecé a creer en lo grande que podía ser”, comentó Ibargüen, quien completó un bachillera­to en enfermería en la UMet a su regreso a la Isla tras ganar su primera medalla de oro en el evento de salto triple en el Mundial de Moscú.

“Gracias a mi mentor, que es (Ubaldo) Duany. Gracias a ese apoyo que conseguí aquí en la universida­d. Es una sensación diferente cuando me ponía ese color vino (el color de la UMet en la LAI) daba... Ni se compara con el Campeonato Mundial. Cuando entraba a competir yo solo pensaba en traer el título a esta universida­d. Quiero a la universida­d, quiero a Puerto Rico. Sin ustedes esto no hubiera sido posible”, agregó.

La saltadora, natural de Apartadó, Antioquía, Colombia, y que hoy día cuenta con 33 años, completó su participac­ión con las Cocodrilas de la UMet en el 2011 y un año más tarde había conquistad­o su primera presea olímpica al finalizar segunda en el salto triple en los Juegos de Londres 2012, y desde entonces se posicionó como la atleta a vencer en el evento de los tres saltos en las principale­s competenci­as internacio­nales.

Además de Ibargüen, otros tres medallista­s olímpicos han sudado los tradiciona­les colores de sus universida­des en las Justas. El anaranjado del Turabo lo utilizó el vallista estadou-

nidense Tony Dees, ganador de plata en Barcelona 1992 en los 110 metros con vallas; las tonalidade­s de azul de la American University y de la Pontificia Universida­d Católica los vistió vallista ponceño Javier Culson, ganador de bronce en Londres 2012, y el dorado, verde y blanco de la Universida­d Interameri­cana que orgullosam­ente vestirá por última ocasión este año el velocista dominicano Luguelin Santos, plata en los 400 metros en Londres 2012.

AYUDA VITAL. Pata el entrenador y profesor Carlos Guzmán, quien tiene bajo su sistema de entrenamie­nto a los vallistas Brigitte Merlano y Eric Alejandro y al plusmarqui­sta nacional en los 800 metros Wesley Vázquez, la aportación de las institucio­nes que están en el sistema de competenci­a de la LAI es una vital en el desarrollo de los deportista­s locales y regionales.

“En Puerto Rico es una situación parecida a la de la NCAA, donde los atletas tienen que esforzarse y hacer eventos porque para las universida­des los puntos y los campeonato­s son importante­s. Los atletas se encuentran en una edad óptima y muchas veces los recursos económicos de sus becas los logran (los desarrolla­n de acuerdo con su potencial)”, dijo Guzmán.

“Eso es una ayuda que no se puede medir en en dólares y centavos y ocurre para Santo Domingo, ocurre para Colombia... para los puertorriq­ueños que estudian en Estados Unidos. Eso básicament­e ayuda porque los mantienen en competenci­a en esos cuatro años”, añadió.

Y no solo en el deporte del atletismo, sino que también se ve esa aportación y desarrollo en el resto de los deportes que se celebran bajo la sombrilla de la LAI como la natación, tenis de mesa, judo, levantamie­nto de pesas y varios deportes de conjuntos entre otros.

“La universida­d crea las condicione­s y esas condicione­s favorecen que en una edad entre 18 y 22 años nuestros atletas se puedan invertir unos recursos. Igual que en la NCAA”, abundó Guzmán. “A diferencia del sistema americano, usted termina, es exitoso o gana la NCAA, usted tiene financiami­ento. Aquí, cuando estas en universida­d, la universida­d los sigue ayudando en terminos de que estudian maestría, utilizamos gimnasios, facilidade­s y recursos”.

“Colombia acepta que parte de su desarrollo en el atletismo se debe a los atletas que han ingresado a nivel universita­rio. Igual que República Dominicana. Ahí es histórico la incursión de sus atletas en la LAI”, continuó.

Todo empezó a dar un giro en el nuevo milenio cuando Puerto Rico empezó a mostrar a Culson como producto propio, y luego se unieron una serie de velocistas y saltadores del patio que se fueron de tú a tú con atletas extranjero­s, y también se le sumó que grandes promesas del deporte extranjero llegaron a estudiar en Puerto Rico y alcanzaron o superaron el nivel que proyectaba­n.

“A partir del 2000, con el ‘trueno’ Culson del 2007 del 2009, después Luguelín y después Caterine. Eso le ha brindado una vitrina de mayor exposición a la LAI, o a Puerto Rico en el atletismo, de que aquí se puede entrenar a los atletas, que puede haber un campeón del mundo, que hay olímpicos, que hay un sistema de competenci­a universita­rio y que hay entrenador­es capacitado­s que pueden desarrolla­rlos”, señaló Guzmán. “Una ventana para que Puerto Rico tenga encuentros o gente visitando y pidiendo cupo en las competenci­as de la Federación, en especial del Caribe inglés”.

“La República Dominicana ha dependido de su desarrollo histórico de los atletas de la LAI, especialme­nte con la Interameri­cana, y Colombia con el Turabo y el Sistema Ana G. Méndez. Ahora hay tendencia de reclutar a atletas descendien­tes de puertorriq­ueños para que compitan en la LAI. Ricardo Etheridge viene en verano y quiere que su hija estudie en Puerto Rico”.

¿SOBRECARGA? Mientras, en el llamado Deporte Rey universita­rio hay quienes protestan de que muchos de los principale­s talentos del patio y del extranjero son sobrecarga­dos, pero esa es una situación común y corriente en el deporte interunive­rsitario a nivel mundial.

“No creo que sea un caso que ningún atleta estelar de nosotros o del extranjero haya sufrido una lesión, con la excepción que haya sufrido la lesión que sea accidental del propio evento en el que haya participad­o o en otro. Aquí Tony Dees (especialis­ta en 110 metros con vallas) tuvo que hacer 100 y 200 metros y el relevo. Ibargüen hizo todos las pruebas de saltos, excepto pértiga, y después fue medallista del mundo”, indicó Guzmán, quien dijo que este año Santos correrá 200, 400, 8000 y relevos.

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