Colectivo boricua Poncili Creación recorrerá las calles de Nueva York
El colectivo, formado por los hermanos puertorriqueños Pablo y Efraín Del Hierro, ha desarrollado una propuesta artística que fluctúa entre la abstracción y la realidad Preparará una carroza para la edición 60 del Desfile Puertorriqueño de Nueva York
Son las 11:30 de la mañana de un viernes en Santurce. La ciudad parece un dragón que bota fuego. Sale humo de los bonetes calientes de los carros y los transeúntes lanzan gotas de sudor con cada paso. Apenas se perciben sonrisas. Todos andan ocupados en sus bregas cotidianas, ya sea encerrados en sus carros, andando por la calle o en las guaguas públicas. Se siente el peso de un país que anda deprimido.
Pero de momento, en medio de esa escena de este Caribe brutal, aparece una colorida guagua repleta de tiernas y monstruosas figuras hechas en foam, como si fuera una carroza de carnaval. De la capota del vehículo brota un jardín de figuras lúdicas, como esas que aparecen en los sueños, con muchos ojos, boca grande, amorfas, imprecisas, tenebrosas y divertidas.
“¡Muy bien! ¡Arte! Eso es lo que hay que hacer”, grita de repente una señora desde su auto cuando se percata de la guagua. Hace el signo de paz con sus dedos y continúa su camino con una sonrisa contagiosa. Luego pasan otras personas, miran de reojo el vehículo, y con una media luna en la boca siguen hacia la vida.
Los causantes de ese instante de alegría en medio de tanto caos es el colectivo Poncili Creación. Compuesto por los hermanos Pablo y Efraín Del Hierro, este grupo ha desarrollado una propuesta performática que fluctúa entre la abstracción y la realidad.
Cada una de sus piezas, realizadas con foam amarillo, son interactivas y manipuladas como marionetas gigantes.
Poncili Creación nació en el 2012 cuando presentaron por tres meses consecutivos el espectáculo “Noches de fábulas”, en el espacio El Local, en Santurce. Ese show, coinciden los hermanos Del Hierro, fue la semilla que hizo germinar el grupo, que lo mismo presenta su propuesta en galerías y museos, así como en bares, escuelas, librerías y en la calle.
“Nuestro trabajo está basado en la comunicación y en la interacción con la otra gente y ese es el propósito de nuestro arte. Puedo decir que cada pieza que hacemos está hecha para ser movida y para comunicarle algo a alguien”, comparte Efraín.
“Todo lo que hacemos está hecho como para tocar botones. Más allá de sugerir algo claro, es más una cosa para apelar a los sentidos en general y ver cómo la gente piensa y cómo opera. Nos gusta romper la cuarta pared”, agrega Pablo.
Expuestos a las artes desde temprana edad -formaron parte del grupo Jóvenes del 98 de la teatrera Maritza Pérez Otero-, estos creadores autodidáctas se han dedicado a experimentar con sus manos y sus cuerpos, buscando nuevas posibilidades.
Esa libertad de jugar y explorar fue lo que les permitió encontrar en el foam múltiples oportunidades creativas, manipulándolo de forma única.
“Le digo el pan de plástico y lo llamo así porque es este desperdicio del capitalismo el cual está ahí para servir a las masas y lo botan un montón. Lo más que ves por ahí son sofás tirados y eso está lleno de foam. Nosotros hacemos unos performances que son como unas cacerías de foam en las cuales buscamos el sofá, le caemos con cuchillas encima, le sacamos toda la piel -que es la tela y que usamos para vestuario-, y después sacamos lo que es como la carne, que es el foam”, comparte Pablo.
Este material también permite mucha movilidad, lo que es fundamental para los artistas, ya que Poncili Creación parte del cuerpo y del movimiento.
“Siempre está inherente dentro de todo lo que hacemos ese concepto de la performancia y cuando hacemos piezas que están en la pared, también son interactivas, se mueven, la gente las puede tocar”, revela nuevamente Pablo.
Sin proponérselo Poncili Creación se ha adentrado en el mundo del arte contemporáneo, exhibiendo sus creaciones en galerías a nivel nacional e internacional, ofreciendo una nueva propuesta difícil de clasificar, donde las fronteras entre lo real y lo fantasioso se diluyen y donde lo risible es horrible y a la inversa.
A esa melcocha de sensaciones el colectivo le llama “tranquilidad caótica”, como explica Pablo.
“Es como enseñar lo hermoso y lo horrible de la vida misma a la vez”, dice. “Son objetos que nosotros a veces utilizamos para comer, a veces para a hacer un niño sonreír y a veces para salvarnos la vida”, añade.
Pero hay algo más, apunta Efraín. Y es la invitación social a atreverse a una “insurgencia creativa” en medio de esta barahúnda que ha tocado vivir. “Lo del carro, por ejemplo, es una invitación social a un cambio. Por qué tu compras un carro y nunca piensas en cambiarlo, en ponerle otro color... Eso para mí es lo más extraño del mundo. Además, donde quiera que yo estaciono, pasa un carnaval, hay un party donde sea porque esos colores emanan eso y las mentes piden ver algo diferente”, precisa.
“También nosotros tenemos esta meta de hacer sonreír. Tenemos esta frase un poco fuerte, pero cuando nos preguntan por qué hacemos esto, decimos que para hacer sonreír a un indigente”, continúa Pablo, a lo que su hermano suma que por eso es tan importante para ellos hacer arte en las calles.
“Hay ciertos sectores de la sociedad que se quedan afuera de lo que es el arte y el arte no necesita de nada para ser entendido. Solo tiene que haber alguien que lo lleve sin ningún compromiso”, puntualiza Efraín.
DESFILE DE NUEVA YORK. Con esa movilidad que caracteriza la propuesta, Poncili Creación llegará a finales de mes a la ciudad de Nueva York, donde trabajará en una carroza que formará parte de la 60 edición del Desfile Nacional Puertorriqueño de Nueva York.
José Morales, encargado del local La Respuesta en Santurce y La Marqueta Retoña en Nueva York, invitó al grupo a formar parte de esta iniciativa que busca darle otra visibilidad al tradicional desfile.
“Estoy tratando de ayudar un poco a reformar lo que está pasando en la parada y creo que a través de la juventud, los colores y la energía de esta gente (Poncili), vamos a hacer una contribución importante”, señala Morales.
El colectivo, no solo participará del desfile, también ofrecerá talleres a varios jóvenes de El Barrio en Nueva York, sobre técnicas de creación de objetos gigantes, para que elaboren creaciones que acompañarán la carroza.
“Para nosotros como artistas puertorriqueños es algo brutal poder conocer a la diáspora y saber cómo piensan”, comparte Efraín.
A modo de saludo al trabajo que llevará a cabo en la Gran Manzana, Poncili Creación celebrará una singular parada este domingo, a partir de las 6:00 p.m., en Santurce. Esta saldrá de El Local y llegará hasta La Respuesta. Luego continuará su ruta hasta Nueva York. A su regreso al país, luego del desfile, el grupo hará el mismo viaje, pero a la inversa, demostrando una vez más esa tranquilidad caótica que es lo que significa Poncili, según Pablo del Hierro.
“Es una palabra inventada de un léxico imaginario, es una versión de la palabra tranquilidad que para nosotros es poncilidad”, afirma con la seguridad que provoca el jugar a lo posible.