El Nuevo Día

EL TERROR DE LA MALLA

Uno de los mejores centrales en la historia del voleibol nacional le ha dedicado casi toda una vida al servicio público

- José Ayala Gordián jose.ayala@gfrmedia.com Twitter: @JoseAyalaG­FR

Por espacio de 16 temporadas, Hiram ‘Avioneta’ Padilla se estableció como uno de los mejores bloqueador­es centrales en la historia de la Liga de Voleibol Superior Masculino (LVSM). El exatleta bayamonés fue el Novato del Año de la campaña de 1985, el máximo bloqueador en múltiples temporadas, capturó cuatro cetros nacionales en uniforme de los Changos de Naranjito (y otro como dirigente del sexteto en el 2001), representó a Puerto Rico como integrante de la Selección y fue el Jugador Más Valioso con los desapareci­dos Rebeldes de Moca en el 1992. Sin embargo, el integrante del Salón de la Fama del Pabellón del Deporte de Bayamón siempre respondió al llamado del servicio público, inclusive mientras batalla en las canchas de voleibol, y hoy día lleva 10 años como director de Recreación y Deportes de Bayamón. ¿Cuándo comenzó su faceta de servidor público? Luego de graduarme de la universida­d fui a jugar con el equipo de San Juan y hablé con el Municipio par ver si había alguna plaza para trabajar y, casualment­e, estaba disponible el puesto de administra­dor del (coliseito) Pedrín Zorrilla. Ahí comencé como administra­dor, mientras jugaba, y seis años después pasé a ser subdirecto­r hasta que el alcalde de Bayamón (Ramón Luis Rivera Cruz) me ofreció la posición de director, donde ya llevo diez años. ¿Es un trabajo gratifican­te? Definitiva­mente. Es un honor el poder trabajar bajo lo que me formó, que fue el deporte. Las experienci­as en el deporte, en especial en los deportes colectivos, donde dependes de compañeros para alcanzar metas, eso se aplica al trabajo. Y Bayamón es una ciudad de mucho éxito porque el Alcalde hace muchas cosas para lograr las metas y todo esto es un trabajo en equipo, que es bien importante. En ese aspecto el deporte fue mi escuela para lo que hoy día es lo que aplico diariament­e, el trabajo en equipo. Es un trabajo retante porque en Bayamón tenemos una amplia programaci­ón deportiva que hemos logrado implantar, actividade­s recreativa­s para todos los ciudadanos como el programa de salsa del que, en estos diez años, han participad­o entre 30,000 a 40,000 personas. Tenemos el campo de golf, programas de fútbol, béisbol, baloncesto, el centro de tenis, el paseo lineal, el centro de tiro con arco. Contamos con instalacio­nes de primer nivel que son parte de un proyecto pilar para el desarrollo del turismo deportivo. Muchos fanáticos del voleibol dicen que usted se retiró antes de tiempo, que todavía podía jugar tres o cuatro años más. ¿Compartes esa opinión? ¡Quizás hablaste con personas que me conocen o familiares míos (se ríe)! Pero la realidad es que jugué 16 temporadas en las que llené todas las áreas, fui una persona afortunada con el trato que tuve en todos los equipos con los que participé y uno cosecha lo que siembra. A todos los pueblos que representé, y cuando tuve la oportunida­d de jugar con la Selección, nunca di menos del 100 por ciento. Cuando estás haciendo lo que te gusta y pasas el tiempo alegre es una ecuación que tiene un resultado positivo. ¿Qué opina sobre el estado actual de la liga masculina? Recuerdo que el primer juego que fui a Naranjito llegué casi dos horas antes y la cancha estaba totalmente llena. Eso a mi me sorprendió. Recuerdo en Corozal, en San Sebastián, donde había gente que se quedaba fuera porque no había espacio. Vivimos un tiempo muy bonito donde los fanáticos acompañaba­n al equipo e iban a otras canchas. Tuve la oportunida­d de ir al juego de campeonato este año y ver cierto resurgir me entusiasmó. Creo que el doctor (César) Trabanco (presidente de la FPV) y las personas que lo rodean tienen un interés genuino de echar el deporte hacia adelante, pero pienso que en todos los deportes profesiona­les en Puerto Rico, no solo en el voleibol, todos los componente­s tienen que enrollarse las mangas y meter mano, desde los jugadores hasta los fanáticos. Tienen que haber sacrificio­s de todo el mundo para que el deporte no se estrangule. ¿Extraña el no estar en la línea dirigiendo en las ligas superiores? Realmente no lo extraño. En estos momentos me estoy concentran­do en otra etapa de mi vida. Cuando voy a un juego sí me creo otro coach y desde las gradas harías mil cosas porque parece fácil, pero no tengo esa sensación de que me quedé con las ganas. Estoy concentrad­o en el trabajo, que consume mucho tiempo, y en mi familia. ¿Hubo apoderados que intentaron sacarlo del retiro para volver a dirigir? Hace un tiempo se dieron unas llamadas y ha habido emisarios que se me han acercado pero, por el momento, ya pasé esa página de mi vida. He dado unas clínicas para amistades y practicar con uno de mis hijos que estuvo por acá y lo disfruté, la pasé espectacul­ar: como que me transformo y comienzo a corregir, a ayudar, a motivar, pero estoy concentrad­o en el trabajo y en mi familia. Dada la carrera deportiva que llevó, ¿no se arrepiente de nada o hubo algo que no pudo hacer como jugador? No me arrepiento aunque, ahora que ha pasado el tiempo, cuando jugaba era bien estricto en la cuestión del arbitraje. Como fui árbitro también pues, quizás, le exigía mucho a los árbitros. Tanto como jugador y como entrenador uno metía muchas horas y cualquier decisión de un árbitro podía afectar a uno. Nunca le falté el respeto a un árbitro, pero creo que era muy estricto y si hay algo que pudiera cambiar del pasado sería, como dicen hoy día, ‘bajarle dos’, bajar las revolucion­es. Esa ha sido mi manera; fui un guerrero dentro de la cancha y el norte en las categorías profesiona­les en las que estuve era ganar. Cuando descubrí que había algo mejor que ganar quería volver a vivirlo. ¿Y qué es mejor que ganar? Pues volver a ganar. Eso lo tenía como norte, y si no, pues saber que me ganaron porque el otro equipo fue superior. ¡Y eso lo podía entender porque fueron más las que perdí que las que gané! (se ríe)”.

“El deporte fue mi escuela para lo que hoy día es lo que aplico diariament­e, el trabajo en equipo” HIRAM PADILLA Exjugador de voleibol profesiona­l

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Hiram ‘Avioneta’ Padilla (al centro) jugó con muchas luminarias del voleibol como Enrique ‘Papolito’ López (8) y Ramón ‘Monchito’ Hernández (5).
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