Formas y medidas en el arte
Las miradas irán a parar sobre esa pieza de arte que no solo atrae a sus espectadores, sino que además, habla un poco de su personalidad. Ese poder tienen las obras de arte plástico que conviven con usted en casa.
Usarlas como figuras de prominencia en la decoración de sus espacios preferidos en el hogar no debe tomarse a la ligera. He visto muchas veces que la armonía y el balance de la ambientación puede verse afectada por la selección de formas o medidas incorrectas de las piezas de arte. Por eso comparto algunos “tips” que he aprendido con el tiempo.
Primero, debemos dejar claro algo muy importante: el artista crea la obra según su estilo y el formato que le gusta, y no necesariamente teniendo en cuenta tamaños que se incorporen a los espacios tradicionales. Por eso debemos aprender a manejar efectivamente los espacios de modo que acojan bien la pieza y resalten la experiencia de estar en tu residencia.
Nuestra arquitectura contemporánea establece tradicionalmente los techos de las casas con una altura entre 8 ½ a 9 pies de alto. Hoy día es usual optar por fascias, techos falsos y cornisas en esas dimensiones. Sin embargo, al hacerlo, limita el espacio disponible para colocar una obra de arte.
Por lo general, la sala es el espacio preferido para albergar la pieza de arte más importante que haya adquirido o la que más le interesa compartir con sus visitantes. A esta le siguen el comedor, el “family” y la entrada principal a la residencia.
He notado con frecuencia que la pieza más buscada está destinada al espacio tras el sofá. Tan es así que el maestro Antonio Martorell realizó hace más de una década una exhibición llamada “Cuadros para detrás del sofá”, que fue un éxito.
El tamaño ideal que debe tener una obra que interese ubicar en ese espacio está entre 30 a 48 pulgadas de alto por 60 a 72 pulgadas de ancho. Puede ser un díptico o una sola pieza. Si mantuvo la pared libre de accesorios, puede inclinarse por una pieza amplia que la ocupe bastante. Una pieza de arte redonda, muy bien puede sorprender la vista en dicho lugar.
Si decora el comedor y su mesa es alargada, recomiendo dípticos y trípticos que conversan bien con esas formas.
“Debe tomar en cuenta, además,
Por lo general, la sala es el espacio preferido para albergar la pieza de arte más importante que haya adquirido.
qué tipo de muebles y accesorios ubicará en el área, al igual que las formas de otras piezas de arte que acompañarán la principal. Mantenga siempre un balance; si recarga demasiado el espacio se tornará asfixiante. Considere no solo los espacios ocupados, sino también los vacíos cuando seleccione el destino final de una pieza. Apueste por aprovechar la iluminación natural en la estancia para que mantenga su decoración autosustentable”, comenta Jesús Emmanuel Nieves Dalmau, diseñador e interiorista.
Haga este experimento. Imagine que está en una sala con accesorios, alfombras, muebles, iluminación y selección de colores que no guardan armonía. ¿Qué sensación le provoca? Piense ahora si su pieza de arte favorita sobreviviría en esas condiciones. Creo que un rotundo "no" ronda su mente.
Ambientar un espacio que luzca distinto requiere de sentido común, buen gusto y de cierto arrojo. Deje que su instinto lo guíe por la búsqueda del balance y probablemente no fallará.
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