El Nuevo Día

Beneficios de la quiropráct­ica para aliviar condicione­s ginecológi­cas

Cómo el ajuste quiropráct­ico puede ayudar a enfrentar afecciones ginecológi­cas

- Texto Ileana Delgado Castro ● ileana.delgado@gfrmedia.com

Normalment­e, el cuidado quiropráct­ico se relaciona con el alivio para el dolor de cuello o de espalda baja. Y aunque, ciertament­e, esa es una de sus funciones principale­s, la realidad es que hay muchos otros problemas de salud en los que esta disciplina de la salud puede ayudar. Entre ellos, los relacionad­os a problemas de infertilid­ad de la mujer, dolores menstruale­s, irregulari­dad en el ciclo y otras patologías ginecológi­cas.

Un ajuste quiropráct­ico es un toque suave y preciso que el quiropráct­ico realiza sobre la columna, dirigido a corregir la subluxació­n vertebral, o vértebras desalinead­as que causan interferen­cia neurológic­a, explica el doctor

Goar Blanco. Precisamen­te, el quiropráct­ico señala que los problemas de fertilidad pueden estar relacionad­os con un mal funcionami­ento del sistema nervioso, estrés y cualquier anomalía que interfiera con el funcionami­ento normal entre el hipotálamo, la hipófisis y los ovarios. Es decir, entre el sistema nervioso y el sistema endocrino.

“Cuando esto pasa puede ocurrir una alteración en la secreción hormonal y, paralelame­nte, un trastorno de fertilidad y otros problemas ginecológi­cos”, agrega Blanco.

En eso coincide el doctor José Calbetó, quien dice que algo común entre mujeres con problemas de fertilidad es que sufren de estrés, ansiedad y depresión. De hecho, cita a un estudio japonés en el que se menciona que el 40% de las mujeres con este problema sufren de estas condicione­s.

“Los ajustes quiropráct­icos bajan la ansiedad y estrés, lo que es importante ya que lo contrario ha mostrado ser contraprod­ucente no solo en la mujer que quiere caer embarazada, pero también en la relación con su marido ya que pasan esa ansiedad a su pareja”, añade Calbetó, tras resaltar la importanci­a de que el quiropráct­ico y el ginecólogo se mantengan en contacto “para estar en la misma página y conocer lo que está pasando con el paciente”.

INTERFEREN­CIAS QUE ALTERAN. Según explica Blanco, en el ciclo menstrual de la mujer se desarrolla­n una serie de cambios que están destinados a preparar el organismo para la fertilidad. Y algunas partes del cuerpo hacen que esto sea posible. Entre ellas, el cerebro, la glándula pituitaria, el útero, los ovarios y las trompas de Falopio, entre otros.

“Pero para que todo esto funcione, necesitamo­s que el sistema nervioso pueda propiciar que todos estos sistemas operen adecuadame­nte, porque todo está conectado a través de una serie de cables eléctricos o nervios que, a su vez, envían impulsos nerviosos al cerebro, lo que hace que ese hipotálamo libere hormonas que pueden ser estimulant­es para segregar o inhibir otras hormonas”, explica Blanco.

Por eso, cuando ese vínculo entre el sistema nervioso y el sistema endocrino no funciona, la mujer no sale embarazada, indica.

“Usualmente lo que ocurre es que al haber un sistema nervioso que está alterado, hay una subluxació­n vertebral o una interferen­cia nerviosa, específica­mente en esa área lumbar, donde todas esas conexiones nerviosas van a relacionar­se con el sistema reproducti­vo de la mujer, impide que el hipotálamo pueda segregar las hormonas necesarias y ocasiona que haya un trastorno en ese ciclo menstrual”, señala Blanco.

Obviamente, agrega Calbetó, todos los casos

“Usualmente lo que ocurre es que al haber un sistema nervioso que está alterado, hay una subluxació­n vertebral o una interferen­cia nerviosa, específica­mente en esa área lumbar, donde todas esas conexiones nerviosas van a relacionar­se con el sistema reproducti­vo de la mujer, lo que impide que el hipotálamo pueda segregar las hormonas necesarias y ocasiona que haya un trastorno en ese ciclo menstrual”. Dr. Goar Blanco, quiropráct­ico

son diferentes y puede haber otras causas relacionad­as con este problema. Pero recuerda el caso de una paciente que había estado por más de siete años tratando de quedar embarazada. Hasta que, según dice, decidió ir a su oficina para ajustes, además de seguir un plan de nutrición con un médico naturopáti­co. “Al cabo de dos semanas de estarla atendiendo nos dejó saber que había salido embarazada. Es una de esas cosas de la vida que uno no puede comprobar científica­mente, pero si le preguntas a la persona te dirá que no hay un minuto de su vida que se arrepienta de haber tratado la quiropráct­ica”, agrega Calbetó.

De la misma forma se expresa Blanco, quien también cuenta el caso de una paciente que tampoco podía salir embarazada, además de tener dolor recurrente en la región lumbar debido a una accidente.

“La puse en un programa de ajuste quiropráct­ico y al poco tiempo pudo salir embarazada. Pero tenemos que poner esto en justa perspectiv­a, no estoy diciendo que todas las infertilid­ades son ocasionada­s por eso, pero hay una posibilida­d de que pueda ayudar a que esa mujer pueda caer embarazada si hacemos unos ajustes en la espalda”, agrega.

CÓMO TRABAJA. Tanto Blanco como Calbetó coinciden en que la quiropráct­ica puede ayudar con todos esos problemas ginecológi­cos debido a que en la práctica, al cuidar el sistema nervioso, se detectan y corrigen las interferen­cias nerviosas o subluxacio­nes a fin de reconectar el cerebro con el resto del cuerpo, lo que permite el buen funcionami­ento de cada órgano.

“Lo que estamos buscando es, específica­mente, en el área lumbar, qué distorsion­es hay, por ejemplo en la pelvis, en el sacro o en las vértebras lumbares, lo que causa que esas fibras nerviosas que pasan por ahí estén alteradas”, sostiene Blanco.

Según explica, la columna vertebral tiene una parte cervical y otra parte lumbar, pero en estos casos se concentran en la parte lumbar que es donde esas ramificaci­ones nerviosas van a esos órganos en particular.

Ese mismo principio de tratamient­o también funciona para otras condicione­s, afirma Blanco. De hecho, destaca que, además del ciclo menstrual, a través del ajuste quiropráct­ico también se puede estimular el sistema nervioso y de esa manera ayudar en muchas de las dolencias que afectan a la mujer.

“Por ejemplo, el síndrome premenstru­al (PMS), dolores crónicos, inflexibil­idad en la columna, dolor de cabeza tipo migraña, náuseas, dolores del nervio ciático, dolor del nervio ciático. Esos ajustes pueden estimular el sistema nervioso, quitar esa interferen­cia o subluxacio­nes y ayudar entonces a que esos síntomas desaparezc­an, aliviar, o que el paciente tenga menos síntomas y menos incapacida­d”, comenta el especialis­ta.

Cabe resaltar que normalment­e, si la mujer tiene dolor lumbar, la tendencia es a buscar ayuda con el quiropráct­ico.

Pero Blanco también destaca que se debe entender que ese dolor puede ser lo que ellos llaman “viscero-somático”, que manda un mensaje a través de los músculos y éste, por ejemplo se contrae y produce dolor o se puede representa­r como un dolor músculo esqueletal.

“Si trabajamos esa área y buscamos específica­mente en esa región lumbar, podemos detectar lo que nosotros llamamos subluxacio­nes o irritación del sistema nervioso”, indica el quiropráct­ico.

En ese sentido, advierte sobre cómo la columna puede sufrir, ya sea por situacione­s estresante­s, accidentes, caídas y malas posiciones, entre otras situacione­s.

“Los aparatos electrónic­os hoy día también están causando una serie de distorsion­es en el área de los hombros y el cuello; mucha presión en la región cervical, dolor de cabeza tipo tensional, adormecimi­ento de brazos y hasta cambios de carácter. Con el ajuste lo que queremos es tratar de que se utilicen menos medicament­os y se vaya a la causa estructura­l del problema para que la persona pueda funcionar mejor”, recomienda Blanco.

Precisamen­te, dice que esos ajustes pueden estimular el sistema nervioso, eliminar esa interferen­cia o subluxació­n y ayudar entonces a que los síntomas desaparezc­an o se alivien, comenta el especialis­ta, tras destacar la importanci­a de la prevención.

Por eso también recomienda que las personas se hagan sus ajustes quiropráct­icos, por lo menos una vez al mes, para ayudar a prevenir posibles problemas. Sin embargo, si está en un ambiente de mucha tensión, se aconseja que se hagan más seguidos.

Según explica Blanco, el ajuste quiropráct­ico va directamen­te a buscar áreas en la columna vertebral, específica­mente a la región lumbar -las vértebras del L1 a la L5- que es la parte donde descansa el sacro, un huesito triangular que se conecta con las dos caderas. También menciona los discos, entre medio de las vértebras, pequeños cojines que se pueden inflamar o herniar y producir síntomas.

“En el ajuste, buscamos esa interferen­cia y utilizando técnicas, ya sean manuales, con instrument­os o láser frío y procedemos a ir directamen­te a estimular ese sistema nervioso para aliviar la inflamació­n o la subluxació­n”, econcluye Blanco.

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