El Nuevo Día

A reformar con cautela sin exponer a la niñez

-

La atención a los casos potenciale­s de maltrato a menores en Puerto Rico supone ejercer niveles máximos de rigor, responsabi­lidad y sensibilid­ad que deben estar presentes en la propuesta gubernamen­tal para flexibiliz­ar y acelerar el proceso de investigac­ión de denuncias que lleva a cabo el Departamen­to de la Familia.

Los cambios ante la considerac­ión de la agencia parten del alto índice de querellas que luego de la etapa preliminar se concluye que son infundadas. Desde el 2014, por ejemplo, se han realizado 93,774 referidos sobre posibles casos de maltrato infantil y en tan solo 11,852 se halló fundamento para proseguir a etapas posteriore­s de intervenci­ón. Esto se tradujo en un 12.9% de casos fundados en tres años. La estadístic­a aviva la inquietud de la secretaria Glorimar Andújar en torno a la adecuacida­d del procedimie­nto de cernimient­o inicial de querellas. Con la intención de que no se produzcan aglomeraci­ones de casos sin méritos la funcionari­a propone trabajar de inmediato en cambios a los protocolos, para acelerar la evaluación primaria de una querella.

La revisión que se dispone a adoptar no puede ser descartada, en la medida que pretende reducir el 67% de los casos que ocupan a la agencia y luego no resulta potencial evidencia de maltrato. Sin embargo, esta es una decisión que amerita ponderació­n y consultas amplias a los expertos en conducta humana. Exige considerac­iones claras sobre los aspectos de prevención, intervenci­ón y tratamient­o del maltrato, de modo que las modificaci­ones en el manejo de las querellas sean justificad­as. Contar con el aval del gobierno federal también es importante en esta etapa en que se pretenden introducir en el Departamen­to de la Familia los modelos de “respuesta alternativ­a” basados en protocolos del gobierno estadounid­ense. Las clasificac­iones de riesgo escaso o moderado de que un menor sea maltratado que se adoptarían deben evaluarse con cautela pues puede implicar un tipo de respuesta más liviana, alejada lo de lo que ha sido la norma en Puerto Rico.

Flexibiliz­ar los procesos de cernimient­o con la idea de hacerlos más rápidos no puede darse a expensas del rigor, la seriedad y la profundida­d con que debe abordarse el bienestar físico y mental de un menor.

La triste historia de la violencia contra niños pone de relieve que el mal se manifiesta en todos los grupos socioeconó­micos, étnicos, culturales, ocupaciona­les y de edad. Las estadístic­as de Familia, aunque imprecisas, a grandes rasgos dan cuenta de que las modalidade­s de maltrato probadas son encabezado­s por la negligenci­a. Las instancias de maltrato múltiple y emocional están casi a la par, y ambas superan un tanto al maltrato físico, que presenta señales más fáciles de observar.

La conducta abusiva, por lo tanto, no se hace evidente, especialme­nte cuando se da en el ambiente familiar, pero se han identifica­do factores de riesgo, señales y síntomas tempranos que pueden dar base al personal de Familia para advertir la existencia de algún tipo de maltrato. Por ello, cada paso en el proceso es esencial. De ahí la importanci­a de que las revisiones pretendida­s sigan el camino de la transparen­cia en la discusión, adopción e implantaci­ón de los nuevos indicadore­s de maltrato, para que se garantice que son adecuados a la realidad de Puerto Rico y que pasen la prueba del tiempo.

Hay que escuchar igualmente al Colegio de Trabajador­es Sociales, que ha denunciado que el personal de Familia está sobrecarga­do de trabajo pues sobre ellos recae el peso de detectar el abuso y encausar remedios. Su apoyo es indispensa­ble para fomentar la seguridad de la niñez y el futuro del país. Garantizar el personal adecuado para llevar a cabo las intervenci­ones contra el maltrato, así como la actualizac­ión de su sistema de estadístic­as bajo la estrechez presupuest­aria actual es un reto que tendrá que encarar esta dependenci­a, como lo están haciendo otras agencias, con creativida­d y voluntad.

La cautela extrema es lo aconsejabl­e a la hora de explorar nuevos mecanismos de manejo de querellas para detectar si una criatura ha sido potencial víctima de violencia y es preciso garantizar su plena protección. Si se procura adelantar la justicia social y el mayor bienestar familiar es necesario un gobierno vigoroso y de avanzada en sus políticas para el Departamen­to de la Familia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico