Preocupante la deferencia de Golovkin
Se acerca el sábado colosal para el boxeo con Golovkin y Canelo con ganas de partirse hasta el alma para salir victorioso. Pero Golovkin, el campeón mundial mediano de la AMB, CMB y FIB, no se cansa de alabar a su retador, quien, sin embargo, no lo desacredita totalmente, pero afirma que está en declive y es el momento perfecto de enfrentarlo a pesar de su récord noqueador: 17 en 18 defensas y 33 en sus 37 victorias.
Obviamente, el monarca mexicano de las 154 libras basa su apreciación en los últimos dos últimos triunfos de Golovkin, que no fueron brillantes: el británico Kell Brook fue frenado en el quinto asalto, pero un juez lo favorecía 39-37 y los restantes dos apuntaban 38-38; mientras el estadounidense Daniel Jacobs, el 18 de marzo de este año, fracasó por decisión unánime, aunque cerrada, y dominó del 9 al 12 con sus jabs y golpes al cuerpo, aprovechando su guardia zurda y desgano del kazajo.
Asimismo, el apodado GGG estima que Canelo es tan fuerte y valiente que las probabilidades de éxito están a la par: 50-50, lo que a mi juicio es un pescado anímico porque demuestra preocupación en exceso.
Entretanto, Canelo, con dos pulgadas menos en estatura, pero con ½ a favor en alcance, ha sabido esperar 28 meses en su deseo de combatirle, pues desde que noqueó a James Kirkland, en junio de 2015, se empezó a debatirse este pleito, sumando triunfos frente a Miguel Cotto y Amir Khan, un bomboncito, al igual que Liam Smith. Pero la paliza que le dio a su coterráneo Julio César Chávez, Jr. fue la chispa que prendió su desafío al ser entrevistado por HBO después del desenlace junto con Golovkin, quien cortésmente le deseó suerte y él contestó de forma magistral: “Mi amigo, la suerte es para los mediocres”.
Ciertamente, Canelo, 49-1-1, y 34 antes del límite, llega más desbordante de ánimo, o al menos es lo que se refleja en sus comentarios, pero sería un grave error menospreciarle porque Golovkin posee dos patas de mulo en sus brazos.
En fin, seguiremos analizando en el próximo Chuchazo.