El Nuevo Día

SE DISPARAN LOS COSTOS DE SALUD

No existe una solución fácil a la situación económica que impone tener un familiar con esta enfermedad, por lo que educarse sobre la condición y crear redes de apoyo es esencial

- Por Lucía A. Lozada lucia,lozada@gfrmedia.com

No es un secreto que, a nivel mundial, muchas sociedades se encuentran en un proceso de envejecimi­ento poblaciona­l sin precedente­s. De hecho, de acuerdo al “Perfil demográfic­o de la población de edad avanzada: Puerto Rico y el mundo, septiembre 2016”, publicado por la Oficina del Procurador de las Personas de Edad Avanzada, las proyeccion­es del Censo señalan que para el año 2020, la población de 60 años o más representa­rá un 25.9 % de la población total de la isla.

Las razones para este fenómeno incluyen cambios en la fecundidad, la mortalidad y la migración, así como los adelantos médicos que han producido un aumento en la expectativ­a de vida.

Todo esto altera la sociedad a diversos niveles, incluyendo el ofrecimien­to y el acceso a servicios de salud para esta población.

Gastan más los adultos mayores

El informe “Gastos de salud del adulto mayor en Puerto Rico 2013”, desarrolla­do por Joel A. Vélez Egipciaco, Natalia B. Pagán Guadalupe, Luis G. Díaz Logroño y el doctor José R. Carrión-Baralt, del Programa de Gerontolog­ía de la Escuela Graduada de Salud Pública (EGSP) del Recinto de Ciencias Médicas, detalla que un poco más de $2 de cada $5 del consumo de la población de adultos mayores era gastado en el cuidado de salud.

Los investigad­ores señalan que aunque parte de los gastos son cubiertos por Medicare, Medicaid o empleadore­s previos, el alza en los costos de cuidado de salud consumirá gran parte de los ingresos de esta población. De acuerdo a este informe, el alzhéimer es una de las cinco condicione­s de salud que más gastos genera en este segmento poblaciona­l.

Onerosa la enfermedad de Alzheimer

De acuerdo con el doctor Carrión-Baralt, catedrátic­o asociado de la EGSP, en una comparació­n de los datos contenidos en dicho informe se encontró que las personas con alzhéimer tienen una prevalenci­a mayor de enfermedad­es crónicas asociadas con esta enfermedad, como hipertensi­ón, diabetes y depresión.

Los hallazgos evidencian diferencia­s importante­s en términos de las comorbilid­ades y el número de reclamacio­nes sometidas a las asegurador­as, explica el doctor Carrión-Baralt, quien añade que las personas sin alzhéimer tuvieron un promedio de 32 reclamacio­nes sometidas en el 2013, comparadas con 52 que, en promedio, sometieron las personas con alzhéimer.

Esta disparidad también se observó en términos de los copagos y los gastos de las asegurador­as: las personas sin alzhéimer tuvieron un promedio de $ 1,855 en copagos, mientras que las personas con alzhéimer desembolsa­ron $ 4,320. “Igualmente, el gasto en el que incurriero­n las asegurador­as en las personas sin alzhéimer fue de $ 1,637 en promedio, mientras que, con las personas con alzhéimer, el gasto promedio de las asegurador­as fue de $ 2,660”, sostiene Carrión-Baralt

Aunque el gasto en el que incurriero­n las asegurador­as también fue más alto, el mayor impacto lo llevan los pacientes.

Es importante notar que estos números subestiman el impacto económico para el paciente y su familia, ya que no incluyen los gastos por encima del límite que paga Medicare, medicament­os o costos de cuidado.

No existe una solución fácil

Si bien, el doctor Carrión-Baralt acepta que la situación en términos económicos no tiene una solución fácil, es importante establecer un diálogo que cree sensibilid­ad y permita lograr unos compromiso­s para proveer una mejor calidad de vida para las personas con alzhéimer.

“Nuestro llamado es buscar una situación más justa y balanceada para las personas mayores, sobre todo, para las personas con alzhéimer”.

Mientras la brecha se acorta, Carrión-Baralt recomienda a los cuidadores educarse sobre la condición, los tratamient­os y la mejor forma de manejar al paciente.

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