Los retos de ser Deadpoool
Ryan Reynolds también es productor y guionista de una de las secuelas más esperadas
“La única diferencia entre Deadpool y yo es que yo tengo un sensor en la cabeza” RYAN REYNOLDS
CIUDAD DE MÉXICO - “Resulta apropiado que -como actor- Deadpool sea para mí el equivalente de total libertad creativa”. Así se expresó Ryan Reynolds sobre su regreso a la pantalla como el personaje más irreverente e impredecible de los cómics de Marvel durante una conferencia de prensa para promocionar el estreno de “Deadpool 2”.
Durante un aparte con Flash!, el actor de 41 años, que además de ser el protagonista de una de las secuelas mas esperadas de este verano, también recibe crédito como productor y guionista, nos dio detalles de los retos particulares de hacer una secuela con un personaje tan volátil.
La película es superdivertida y gran parte de eso tiene que ver con que el público ve que te diviertes. Pero antes de llegar a ese momento frente a las cámaras, estás con este personaje y con este proyecto desde el desarrollo del guion hasta el momento que inicia la filmación. Durante la misma, ¿cuál fue el momento que más satisfacción te dio?
—Esta película tiene una escena justo después del momento más violento de la trama, donde Deadpool tiene una herida grave. Y lo que sucede después es algo que los otros guionistas y yo siempre habíamos querido hacer con este personaje. Llevamos una década trabajando con este personaje y estábamos locos por hacerlo. Así que nos emocionó darle vida a esa idea descabellada. Porque no todos los días te topas con una escena de 10 páginas en una película de superhéroes donde gran parte de lo que consume el tiempo es un monólogo. Pero esta es una escena que se va descarrilando e intensificando mientras los otros miembros del elenco se unen a la locura.
Para el primer filme, lo único que había de punto de referencia era la versión fallida del personaje en Wolverine Origins, ¿Cómo alteró el proceso crear un filme de Deadpool tomando en cuenta las expectativas de éxito del primer filme?
—Bueno antes de lidiar con eso con lo primero que tengo que trabajar es con mis expectativas, que siempre han sido bastante altas con todo lo que se refiere a este personaje. Pero bien temprano en el proceso de hacer esta secuela decidimos que sobrepasar la primera o repetir lo que funcionó sería la forma mas fácil de garantizar que tuviéramos una secuela mediocre. Eso me abrió el paso a concentrarme en tratar de entregarle al público un personaje que siempre se está divirtiendo. Eso es lo que distingue a Deadpool de los otros personajes de cómics que han llegado a la pantalla grande. El resto están demasiados ocupados salvando el mundo para divertirse. Sin embargo, Deadpool es demasiado egoísta para salvar el mundo. A él no le importa. (Se ríe) En cada filme tratamos que el personaje madure algo, pero solo un poquito para no arruinar la diversión.
Dicen que la estrella de una producción es la que estabece la atmósfera de trabajo en una filmación. Si me sentara a hablar con el resto del elenco de este filme, ¿qué piensas que tus colegas me dirían de ti?
—Que estoy completamente obsesionado, (se ríe) pero no de una mala forma. Mi obsesión es con hacerle justicia a este personaje. A mí nunca se me olvida que estas películas por poco no se hacen y que fue por suerte o por un accidente inesperado que ahora estamos aquí hablando de una secuela. Así que mi obsesión es con nunca ser el tipo que simplemente cobra el cheque y busca los momen-
tos para hacer despliegue de su supuesto poder como la estrella. De la forma que uno logra eso es abriendo un espacio constante para una colaboración genuina. Así que como productor, como guionista y como actor te puedo decir que mi filosofía es que la mejor idea es la que prevalece. La idea puede venir de cualquier persona que esté trabajando con nosotros. Así fue en la primera película y así fue en esta también.
Si hay algo que distingue este personaje es que su humor es una de sus armas más letales, ¿Dirías que tu sentido del humor es idéntico al de Deadpool?
— Bueno te estaría mintiendo si te digo que no, porque me ha funcionado como un álter ego para canalizar muchas cosas (Ríe a carcajadas). Y lo otro es que totalmente cierto es que en situaciones incómodas, mucho antes de descubrir el personaje, yo siempre he sentido el instinto de averiguar ¿qué es lo peor que yo podría decir ahora mismo? (Se ríe) La única diferencia entre Deadpool y yo es que yo tengo un sensor en mi cabeza que me dice “Sí eso es muy chistoso, pero no te atrevas a decirlo”. Deadpool no tiene ningún tipo de sensor.
¿Has experimentado censura en el proceso de hacer estos filmes en el que tienes la libertad de una clasificación R? — Sí, pero no de la forma en que te imaginas. Desde afuera uno podría imaginarse todas estas peleas de nosotros con el estudio para tener libertad creativa. Pero en realidad todas nuestros choques con el estudio han sido referente al presupuesto. Porque Deadpool no tiene que salvar el mundo, así que tampoco tiene que tener el presupuesto de esos otros héroes de Marvel. Y durante el primer filme hubo que ejercer un poco de autocensura. (Sonríe) Eventualmente nos concentramos en tratar de ser creativos con las limitaciones que se nos han presentado.