El reto del PNP a sus 51 años
El Partido Nuevo Progresista celebra esta semana el 51 aniversario de su fundación en Carolina un 20 de agosto de 1967. Producto de la inactivación de la organización Estadistas Unidos, creada ocho meses antes para recoger la antorcha que dejó caer el Partido Estadista Republicano (PER) por no participar en el precipitado plebiscito convocado por el Partido Popular Democrático con apenas siete meses de anticipación, la colectividad puso fin al unipartidismo puertorriqueño.
El 23 de julio de 1967 la estadidad obtuvo el 39%, varios puntos porcentuales más que el PER en las elecciones anteriores. Ese total estadista recogía a muchos electores más que los republicanos y, quizás, hasta algunos seguidores del Partido Popular. Esto llevó al candidato estadista a la gobernación, don Luis A. Ferré, a formular una base programática más amplia que la del PER, dirigido a un modelo más progresista de justicia social.
Recogiendo ideas progresistas que implantó en sus empresas, don Luis incluyó el Bono de Navidad para empleados públicos y privados. Prometió otorgar el título de propiedad a los residentes de decenas de miles de parcelas en las que vivían “arrimaos” y en total dependencia del gobierno controlado por el Partido Popular. Prometió reducir la edad mínima para votar a 18 años -si eran buenos para ser enviados a Vietnam a esa edad, ¿por qué no dejarlos votar?
Una de sus ideas, derrotada por uno de mis predecesores en la presidencia del Senado, Rafael Hernández Colón, el Fideicomiso para el Progreso, quizás hubiese evitado la crisis fiscal que azota a nuestro territorio medio siglo más tarde. El Fideicomiso habría reducido la dependencia en la emisión de bonos y en el pago de miles de millones en comisiones, y creado una nueva fuente de ingreso para los puertorriqueños, al igual que una nueva fuente de capital para desarrollarnos económica e infraestructuralmente.
Durante 51 años, el PNP ha ampliado la base de apoyo a la estadidad, atreviéndose a celebrar cuatro plebiscitos para que el pueblo vote -dos convocados por Pedro Rosselló, uno por Luis Fortuño que produjo la primera mayoría estadista contundente, y uno por Ricardo Rosselló, que ratificó que Puerto Rico quiere ser estado. El PPD, controlando el Ejecutivo y el Legislativo durante 21 de los pasados 50 años, nunca se atrevió a convocar un solo plebiscito por temor a los resultados.
El PNP ha fallado en retener a estadistas liberales ejemplificados por Benny Frankie Cerezo y Libertario Avilés, ya fallecidos, y a millennials estadistas que votaron por dos candidatos no-estadistas a la gobernación en 2016.
El reto del liderato PNP, encabezado por nuestro más joven gobernador, es crear espacio para que la colectividad vuelva a ser lo que fue al momento de su formación, un hogar para todo elector que entienda que no hay futuro, no hay progreso, no hay seguridad y no hay igualdad sin la estadidad. Dicen que “no hay estadidad si no hay gobierno para impulsarlo”. Que sea entonces un gobierno que cumpla la voluntad plebiscitaria del pueblo por encima de todo.