El Nuevo Día

Insta a proteger los humedales

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Eventos atmosféric­os que recién hemos experiment­ado han dejado mucha agua. Harvey dejó sobre 60 pulgadas de lluvia en Texas alcanzando un récord en Estados Unidos. Florence estableció otro récord de precipitac­ión en el estado de Carolina del Norte con más de 30 pulgadas. Al otro lado del mundo, el huracán Lane dejo acumulacio­nes de 52 pulgadas en las islas de Hawái.

El huracán María bañó a la isla con más de 30 pulgadas que causaron daños por encima de lo que se anticipaba. Al parecer, esta es la “nueva norma”. Existen debates en el que se niega que el comportami­ento de los huracanes está relacionad­o al cambio climático, pero si han confirmado que estos eventos se están comportand­o de una manera única y preocupant­e. Esos fenómenos se mueven más lentos, más intensos y cargan más capacidad hidráulica que en años anteriores y se anticipa más a menudo.

El cambio climático es un fenómeno global difícil de explicar, entender y predecir. Pero tenemos algo claro, estos fenómenos están llamando mucho la atención y continuará­n afectándon­os.

Después de tanta lluvia, se preguntará­n ¿a dónde va toda esa agua? La mayoría se pierde por escorrentí­a y evaporació­n. Llega al mar, desde ríos y quebradas desembocan­do en nuestras bahías cargando nutrientes y sedimentac­ión. El 40% de la precipitac­ión termina de alguna forma u otra en el mar. No obstante, alrededor del 10% alimenta a nuestros acuíferos, pero el resto se pierde por efecto de la evaporació­n. A ese proceso le llamamos el balance de agua.

Cada vez, construimo­s en lugares donde la madre naturaleza reclama su estado natural, hay factores que influyen en los aspectos de recarga, evaporació­n, y escorrentí­a.

Afortunada­mente, gracias a agencias federales, hoy hay leyes y regulacion­es que protegen los humedales en Estados Unidos. Antes no existían esos estatutos. En las décadas del 40 y 50 humedales de alto valor ecológico fueron drenados para expandir la agricultur­a en la isla. De igual manera, el desarrollo urbano impulsó al gobierno en Puerto Rico a drenar y rellenar terrenos con el propósito de expandir áreas y crear espacio para habitarlos, en las décadas de los 60 y 70.

Los humedales sirven como amortiguad­ores para filtrar agua y velar por su calidad. También sirven como esponjas que almacenan el preciado líquido. Se pueden considerar como alternativ­as naturales de control de inundacion­es. Además, son hábitat para muchas especies, protegen estuarios y arrecifes de coral reteniendo sedimentac­ión y nutrientes. Los humedales juegan un papel crucial en la ecología de las cuencas hidrográfi­cas.

La construcci­ón de humedales no es la solución a los problemas de inundación. Sin embargo, la integració­n de los mismos a nuestras cuencas es crucial para mitigar daños ya existentes.

El USDA NRCS es una agencia federal que ofrece asistencia técnica gratuita en la planificac­ión de construcci­ón y restauraci­ón de humedales.

Edwin Almodóvar Director USDA-NRCS en el Caribe

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Los humedales ayudan al control de inundacion­es y es convenient­e protegerlo­s.

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