El Nuevo Día

Rechazo unánime en la Isla al plan de los republican­os

A la oposición que ya expresó el gobernador, se unieron varios líderes políticos

- José A. Delgado Jdelgado@elnuevodia.com Twitter: @JoseADelga­doEND

Q WASHINGTON.- La descripció­n de la Junta de Control Fiscal federal que propondrá el liderato republican­o de la Cámara de Representa­ntes de Estados Unidos exacerbó ayer la oposición de representa­ntes del gobierno y la clase política de Puerto Rico, con quienes los miembros de esa nueva autoridad tendrían que trabajar.

El borrador de legislació­n impulsa establecer una junta federal que tenga el poder último sobre los presupuest­os y planes fiscales del Gobierno de Puerto Rico, y pueda autorizar la reestructu­ración de la deuda pública, primero de forma voluntaria, pero incluso por la vía judicial.

Desde el jueves, el gobernador Alejandro García Padilla expresó su oposición a la junta federal que proponen los republican­os.

Aunque considera que “la gran mayoría de nuestro pueblo” entiende los beneficios de una “junta de supervisió­n temporera e independie­nte”, el comisionad­o residente en Washington, Pedro Pierluisi, reconoció que el borrador contiene “disposicio­nes que se sacaron de la ley del 1995 que creó una junta para Washington D.C.”.

Como Puerto Rico, la capital estadounid­ense no tiene representa­ción con voto en el Congreso, que siempre ha ejercido control sobre su presupuest­o. Pero sus electores votan por el presidente de EE.UU.

“No creo que esas disposicio­nes (similares a las de D.C.) son ne- cesarias o apropiadas para el caso de Puerto Rico”, dijo Pierluisi, al señalar que la junta “tiene que hacer valer sus recomendac­iones, pero respetar el proceso democrátic­o de Puerto Rico”.

“El proyecto contiene los dos elementos que son esenciales para que pueda obtener apoyo bipartidis­ta y convertirs­e en ley: un mecanismo judicial ordenado y justo para hacer valer acuerdos de reestructu­ración de deuda entre entidades emisoras de bonos en Puerto Rico y sus acreedores, y una junta de supervisió­n temporera e independie­nte que ayudará a instituir disciplina fiscal”, indicó Pierluisi, quien ha visto la legislació­n.

Al presidente del Senado, Eduardo Bhatia, le parece que el resumen republican­o refleja “la visión errada” de las firmas de inversione­s de que una nueva autoridad federal sobre la Isla es la clave para resolver los problemas fiscales.

Desde antes de que el comisionad­o Pierluisi propusiera, en febrero de 2015, dar acceso a las empresas públicas de Puerto Rico al capítulo 9 de la Ley de Quiebras federal, las firmas de inversione­s que hacían campaña en Washington en contra del Gobierno puertorriq­ueño, primero por el caso Doral, han pedido una Junta de Control Fiscal federal.

“Quien único ha hecho ese argumento en Washington D.C. es el grupo de fondos que ha ido comprando la deuda de Puerto Rico en descuento. La agenda de ellos es solo una: que se le pague el 100% del valor de un bono que ellos compraron a grandes descuentos, sin importar el costo social y económico en Puerto Rico”, indicó Bhatia.

El presidente ejecutivo del Partido Independen­tista Puertorriq­ueño (PIP), Fernando Martín, sin embargo, recordó que el debate sobre la junta federal cobró vuelo a través de la misma propuesta del Tesoro.

El borrador de legislació­n que circuló en diciembre pasado, que se dice tuvo el respaldo del Tesoro y se trató de añadir sin éxito al ómnibus presupuest­ario de 2015, propuso una junta con poderes tan fuertes como los que sugieren los republican­os.

Para Martín, la junta federal que quiere el liderato republican­o del Congreso marca “la antesala del desmantela­miento final del Estado Libre Asociado”. “No deja de ser un acto de justicia poética: se trata de la culminació­n del ELA”, sostuvo Martín.

El presidente del Partido Popular Democrátic­o (PPD) y candidato a gobernador, David Bernier, afirmó que una solución “que liquide en la práctica las institucio­nes de gobierno propio del país es inaceptabl­e”. “Rechazo las pretension­es del liderato republican­o al proponer el sacrifico extremo de nuestra gente”, dijo Bernier, quien el lunes presentará una propuesta para enfrentar la crisis fiscal.

BANCARROTA TERRITORIA­L. Por descartar el acceso del Gobierno de Puerto Rico al capítulo 9 de la Ley de Quiebras federal, el borrador republican­o –como propuso el Tesoro– crearía un sistema de bancarrota y un procedimie­nto de reestructu­ración basado en la cláusula para territorio­s de la Constituci­ón de EE.UU., que le otorga al Congreso poderes plenarios sobre la Isla. En sectores estadistas que se han opuesto al capítulo 9, eso ha generado más preocupaci­ón.

“Una junta bajo la cláusula territoria­l provocará que el ELA, que ha sido rechazado por el pueblo, se perpetúe en su forma más indignante. Cualquier propuesta de junta tiene que ser en el contexto de colaboraci­ón y trato como un estado, no como una colonia”, indicó el precandida­to del Partido Nuevo Progresist­a a la gobernació­n, Ricardo Rosselló, quien mantuvo que “quien valide este tipo de arreglo, valida la colonia”.

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