El Nuevo Día

Es preciso cumplir con los requisitos federales

La ausencia de una supervisió­n estricta de los fondos federales que subsidian cada año innumerabl­es programas de beneficios sociales y económicos podría poner en peligro la continuida­d de esas ayudas, que son esenciales para miles de ciudadanos.

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El gobierno de Puerto Rico es responsabl­e de garantizar el buen uso del dinero público, tanto estatal como federal, y la revelación de una auditoría que encontró fallas en la calidad de las viviendas cuyo alquiler subsidia el programa federal conocido como Sección 8 debe ser motivo de preocupaci­ón para todos.

El Departamen­to de la Vivienda recibe anualmente sobre $50 millones en fondos federales para subsidiar el pago de alquiler de más de 9,000 viviendas en las que residen alrededor de 27,500 personas. Algunos municipios también reciben fondos federales para el Plan 8, pero la auditoría que nos ocupa no evalúa su comportami­ento.

Que el 68% de una muestra de 94 unidades a cargo del Departamen­to de la Vivienda que fueron examinadas por la Oficina del Inspector General del Departamen­to de Vivienda federal (HUD) incumplier­a con los estándares federales mínimos de calidad es sencillame­nte inaceptabl­e.

El secretario de la Vivienda, Alberto Lastra Power, dice que las fallas fueron corregidas de inmediato, por lo que no está seguro de que su agencia tenga que devolverle a HUD los $112,215 en los que el inspector de HUD estimó el costo de las fallas detectadas.

Independie­ntemente de ello, sostenemos que lo importante de este asunto no es la determinac­ión administra­tiva de si deben devolverse o no estos fondos, que representa­n una parte mínima del total asignado, sino la responsabi­lidad gubernamen­tal de asegurar el uso adecuado de las asignacion­es.

Específica­mente, nos parece inaceptabl­e que, según revela la auditoría resultante de una inspección realizada en el primer semestre de 2015, el Departamen­to de la Vivienda local no evaluara el rendimient­o de sus propios inspectore­s.

Fueron estos empleados los que certificar­on indebidame­nte la condición de las viviendas de alquiler en las que HUD encontró incumplimi­ento con los estándares mínimos. El informe de auditoría destaca el caso de un inspector que no pasó la supervisió­n de su trabajo en los años fiscales 2013, 2014 y 2015, pero no fue enviado a recibir adiestrami­ento.

El Departamen­to de la Vivienda está obligado a establecer los procedimie­ntos y controles adecuados para garantizar la capacidad de sus inspectore­s, así como también las condicione­s de calidad de las viviendas subsidiada­s que, en el caso de la muestra utilizada en la auditoría federal, representa­ron un desembolso de $19.3 millones.

De la reacción del secretario Lastra Power a la auditoría se desprende que los inspectore­s locales son insuficien­tes, no reciben evaluacion­es adecuadas y han carecido hasta ahora de tecnología tan sencilla como la que representa la toma de fotografía­s en las unidades que revisan.

Correspond­e a las agencias de gobierno que reciben fondos federales para financiar programas de interés social o de beneficios económicos, como es el caso del Plan 8, asegurar su cumplimien­to con las normas más estrictas.

No hacerlo podría poner en serio riesgo la continuida­d de cientos de millones de dólares en asignacion­es federales para programas sociales y económicos, como Sección 8, Asistencia Nutriciona­l y el plan de salud del gobierno, que son imprescind­ibles para que alrededor de la mitad de la población mantenga un nivel de vida adecuado.

Se trata, por lo tanto, de un asunto muy grave que reclama atención seria y urgente.

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