Carta del editor Privilegios
Quienes tuvimos el privilegio de disfrutar de la interpretación de la soprano puertorriqueña Ana María Martínez en el rol estelar de la ópera “Madama Butterfly”, el pasado mes de octubre en le Centro de Bellas Artes, de Santurce, sabemos lo que experimentó el público que acudió a verla el mes pasado al repetir este personaje en el Metropolitan Opera House, con el que ha conquistado a la exigente audiencia y crítica de la Ciudad de los Rascacielos.. ¿Se imaginan? La vimos antes que los neoyorquiinos y en nuestra casa..
Pero ojo, este tipo de privilegio no se da porque estas producciones estén solo al alcance de unos pocos, porque los boletos sean muy costosos, o porque se trate de presentaciones cerradas para una audiencia exclusiva. Afortunadamente, y pese a todos los obstáculos que enfrenta el arte en nuestro país, hay unos héroes que apuestan a trabajar para que producciones como éstas se realicen en nuestro suelo; en este caso Carlos Carbonell a través de Ópera de Puerto Rico. Así que es cuestión de que todos, como público estemos atentos de cuando se llevan a cabo y nos demos la oportunidad de exponernos a ellas y disfrutarlas.
La historia de Ana María Martínez que presentamos hoy nos habla del valor de la perseverancia, de la disciplina, de la entrega. de apostar a a soñar y a hacer lo que amamos, lo que nos apasiona.
Ana María Martínez brilla en el Met como lo ha hecho en tantos otros escenarios, como solista, protagonista y además como una de las parejas favoritas en recitales del legendario Plácido Domingo. Para rematar, vemos como el talento puertorriqueño vive en el Met a través del talento de varios músicos que integran las filas de su orquesta y hasta en su departamento de vestuario.
Y para seguir hablando de privilegios, quiero comentarles de uno que tuve hace unos días y consistió en haber formado parte del jurado de Combate Teatral, la competencia amigable de talento entre los integrantes de San Juan Drama Company. Este proyecto, lidereado por Antonio Morales, ese joven talentoso y visionario, creador de la excelente y exitosa película puertorriqueña “Por amor en el caserío”, permite que jóvenes reciban el conocimiento y la práctica necesarios para pulir sus talentos.
Como le dije a Antonio al finalizar el evento: Gracias por presentarme a la nueva generación de estrellas de mi país. Daba gusto ver la entrega, la pasión y lo en serio que estos jóvenes toman las artes escénicas. El país necesita verlos pronto en producciones de teatro, cine y televisión.