Baja de ingresos en la UPR
Tras la implementación de un plan de pago, Hacienda le podría deber más de $40 millones a la institución en junio El sistema universitario se encamina a una revisión de sus operaciones de cara a un nuevo plan estratégico
La Universidad de Puerto Rico prevé terminar el presente año fiscal con $49.1 millones menos en ingresos, un golpe presupuestario causado por los atrasos en las transferencias que debe realizar el Departamento de Hacienda a raíz de los problemas de liquidez que enfrenta el Gobierno.
No obstante, este número podría cambiar de aquí a junio, pues depende de la capacidad del Departamento de Hacienda para cumplir con los pagos semanales de $18.5 millones acordado con la institución universitaria, destacó el presidente de la UPR, Uroyoán Walker Ramos.
“Con Hacienda, los meses malos fueron octubre y diciembre (...) Al 18 de marzo, Hacienda tenía una deuda con la universidad de $79.8 millones. Esa brecha ha ido bajando, a diciembre era de $100 millones y la expectativa es que la deuda sea de $49.1 millones al 30 de junio”, indicó el funcionario.
“Hasta diciembre el pago de las remesas estaban bien erráticas, a mediados de diciembre tuvimos una reunión con el secretario de Hacienda y llegamos al acuerdo de que nos iban a pagar $18 millones semanales... Una cosa es el presupuesto y otra es el flujo de efectivo y el dinero donde está”, añadió el presidente.
El presupuesto anual de la UPR se determina a base de una fórmula que calcula el 9.6% del promedio de ingresos del Fondo General de los dos años previos. Este cálculo se congeló en $833 millones hace dos años a través de la Ley 66 de Sostenibilidad Fiscal y al inicio del año fiscal vigente se redujo en $12.5 millones a raíz de una orden ejecutiva para establecer reservas presupuestarias en todas las agencias y dependencias públicas. De esta manera, los ingresos por fórmula para la UPR este año fiscal es de $821.5 millones, a lo que se le suman $37.5 millones producto de otras asignaciones legislativas, explicó Walker Ramos.
Para entregar las asignaciones en su totalidad, se suponía que el Departamento de Hacienda transfiriera a la UPR alrededor de $16 millones semanales desde inicios del año fiscal, pero esa cantidad no siempre llegó completa. Por esta razón, en diciembre pasado Walker Ramos ordenó a los once recintos imponer una moratoria en el desembolso de fondos.
A pesar de esto, el presidente de la universidad del Estado aseguró que las operaciones de la institución no se verán afectadas e incluso aseguró que al final del año fiscal tendrán un superávit. Sin embargo, reconoció que al momento la UPR está atrasada en los pagos a sus suplidores ya que Hacienda no tiene el dinero suficiente en caja para emitir todos los cheques.
“Lo estamos manejando, los servi- cios se están dando. Las clases no se han visto afectadas, los empleados siguen cobrando. Lo que se ha afectado un poco son los pagos a los suplidores de la universidad. Eso sí se está atrasando. Tenemos al día básicamente el agua y la luz, todo lo demás está con 60 a 90 días de atraso”, expresó Walker Ramos en una reunión con la Junta Editorial de El Nuevo Día.
La UPR ha cerrado al menos los últimos cuatro años fiscales con un superávit, de acuerdo a los estados financieros disponibles en la página de Internet de la institución.
El pago de los $49.1 millones se podría concretar el próximo año fiscal, pero aún se desconoce cuándo lo recibiría la universidad y si la deuda se saldaría con un solo pago o a plazos, señaló Walker Ramos.
Los atrasos en el pago de las remesas por parte de Hacienda y la congelación de los presupuestos de los recintos han provocado malestar entre los estudiantes de los once recintos. A mediados de febrero, estudiantes paralizaron el Recinto Universitario de Mayagüez, mientras que los alumnos de Río Piedras, Humacao, Cayey, Ponce, Bayamón y Arecibo realizaron paros previo al receso de Semana Santa. En el recinto de Utuado, la manifestación se llevará a cabo el 4 y 5 de abril. A causa de los problemas económicos, los estudiantes han coincidido en solicitar la renuncia de Walker Ramos, así como la de varios rectores y del presidente de la Junta de Gobierno, Jorge Sánchez.
MIRANDO AL FUTURO. Esta situación ha puesto nuevamente en evidencia la dependencia de la UPR de las arcas del Gobierno, admitió el presidente. Ante esto, uno de los puntos que estarán contenidos en el plan estratégico a cinco años que actualmente se trabaja para el sistema universitario será cómo se fomenta el emprenderismo dentro de la institución, sostuvo Walker Ramos.
“Sin lugar a dudas, la universidad tiene que llevar a cabo más iniciativas de autogestión y de generación de iniciativas que puedan generar más fondos para la universidad”, manifestó.
Algunas de las estrategias en las que se enfocará la institución será impulsar el desarrollo de investigaciones y de mecanismos para que se pueda comercializar la propiedad intelectual que se genera en la UPR, lo que promoverán tanto entre la facultad como los estudiantes.
“La universidad tiene que verse como gestor de nuevas iniciativas de emprendimiento”, acotó, al destacar como ejemplos la empresa Viride Innovation Technologies (VIT), creada para comercializar el llamado “posterriqueño”, y Protein Dynamic Solutions, propiedad de la profesora Belinda Pastrana para comercializar su tecnología que permite asegurarse que las proteínas en medicamentos bioterapéuticos son seguras.
El plan estratégico de la UPR, el cual debería estar listo para este verano y
que sustituirá el plan anterior conocido como “Diez para la Década”, asimismo incluirá los proyectos que implementará la institución para modificar su sistema de información. La meta es que para enero de 2017 esté en operaciones un nuevo sistema que permitirá mejorar los procesos para que los estudiantes se matriculen en sus clases cada semestre, destacó Walker Ramos.
“Estamos buscando la modernización de las operaciones de la universidad, cómo la llevamos del siglo 18 al siglo 21 para tener una operación moderna, unos sistemas de información que sean dignos de la segunda década del siglo 21”, expresó.
Parte de esa modernización incluirá una revisión de todos los programas académicos de la institución.
“Vamos a evaluar la oferta académica para ver cuán factibles son. En el Puerto Rico del 2016, donde la tendencia demográfica es a la baja poblacional, hay pocos nacimientos, la población está envejeciendo, el año pasado por primera vez en 80 años en el Departamento de Educación la matrícula de grado 12 fue mayor que la de kínder, ¿debemos seguir teniendo el mismo número de programas para preparar maestros de escuela elemental? ¿Debemos tener un progra- ma de administración de empresas, de secretarial, en cada recinto? Esas son discusiones que debemos tener”, señaló Walker Ramos.