Episodio de política arcaica
El episodio de paroxismo generado en las entrañas del nacionalismo fundamentalista separatista del País por las inesperadamente cándidas expresiones de “Su Magestad” el Rey Felipe VI, son una muestra del absoluto desfase que existe entre ese vociferante sector marginal y la realidad sociológica del Puerto Rico del siglo XXI.
Mientras la hispanofilia política criolla quisiera petrificar nuestra historia y colocarla en una urna de cristal a ser admirada como el recuerdo de una estoica lucha de resistencia nacional contra un invasor extranjero, las ruedas del tiempo se han encargado de destrozar esa visión simplista y estereotipada de la naturaleza de los pueblos.
Cinco millones de puertorriqueños viviendo en los English-speaking United States of América, cien años con ciudadanía americana y una ola migratoria circular continua desde y hacia los Estados Unidos nos han convertido ya en parte del tejido social norteamericano y han redefinido la puertorriqueñidad para darnos un carácter, no ya nacional, sino transnacional.
Es por eso que ese “tantrum”, perdón, rabieta de escritores como Eduardo Lalo, Luis Rafael Sánchez, y de artistas como Jacobo Morales y Silverio Pérez, o académicos como Miguel Rodríguez López, ante la cruda realidad de la evolución sociológica de nuestro pueblo, solo es reflejo de la arcaica perspectiva decimonónica de una militancia cultural extremista y en decadencia, para quienes el fluir del tiempo es una amenaza existencial para su concepción inmutable de la historia de Puerto Rico. Carlos R. Urdaneta
Carolina