El Nuevo Día

Desigualda­d en la reconstruc­ción

- José Caraballo Cueto Economista

El Informe de Desarrollo Humano destaca que de 2010 a 2013, Puerto Rico tuvo la quinta desigualda­d económica entre hogares más alta del mundo. Lejos de romantizar el tema de la desigualda­d entre clases sociales y relegarlo a las Organizaci­ones No Gubernamen­tales, debemos considerar este tema diariament­e. Por ejemplo, si se mantienen los indicios, la reconstruc­ción post María aumentará esa desigualda­d. Veamos dos ejemplos. La deuda y la austeridad

El plan fiscal post-María mantiene los recortes draconiano­s a los servicios esenciales y la reducción de empleados públicos, pero aumenta el pago a los bonistas. Si comparamos el plan fiscal certificad­o en marzo de 2017 con el plan fiscal de junio de 2018, notamos que el pago separado para los bonistas es 58% mayor para el periodo 2019-2023.

¿De dónde sacará la Junta de Control Fiscal (JCF) el dinero para aumentarle el pago a los bonistas? Principalm­ente de los nuevos recaudos gubernamen­tales que traerá el impacto indirecto de la reconstruc­ción (ejemplo, los constructo­res tendrán más clientes, por lo que tributarán más). La ley federal y el tribunal solo gobiernan las transferen­cias directas para la reconstruc­ción, no estos recaudos nuevos productos de la nueva actividad económica.

Es decir, la JCF utiliza el efecto multiplica­dor de la reconstruc­ción para rescatar a los bonistas, mientras mantiene la austeridad draconiana y no destina dinero alguno a las familias damnificad­as. Peor aún, si se concretan los acuerdos preliminar­es de reestructu­ración, la JCF redactará un nuevo plan fiscal con una tajada mayor para los bonistas y menor para los demás sectores.

Para evitar esta situación, el pago a la deuda post María no debería ser mayor al pago de la deuda ya consignado antes de María: la reconstruc­ción no es para reconstrui­r los bolsillos de un grupo selecto. Donald Trump —quien es ultraconse­rvador— fue más lejos al asegurar que, luego de la devastació­n, “le pueden decir ‘adiós’ a esa deuda…”.

¿Qué sentido hace pagar más deuda después de un desastre natural, cuando hay tantas familias desplazada­s desprovist­as de ayudas federales y tanta necesidad de servicios esenciales? ¿Qué diría la opinión pública estadounid­ense si se entera que el efecto multiplica­dor de sus transferen­cias irá a parar a los bolsillos de los fondos buitres?

Peor aún, al no alcanzar los niveles sustentabl­es del pago de deuda, iremos probableme­nte a una

segunda ronda de reestructu­ración que alargue la recuperaci­ón y la estadía de la JCF. La construcci­ón y los damnificad­os

Sectores ligados a la construcci­ón estarán mejor después de los huracanes que antes de los huracanes ya que tendrán más demanda. Mientras, miles de personas estarán peor después de los huracanes ya que perdieron casi todas sus riquezas y no recibirán pagos de asegurador­as privadas ni asistencia de los gobiernos.

El gobierno local puede tomar varias medidas para mitigar esta desigualda­d ligada directamen­te a la reconstruc­ción. Por ejemplo, establecer un impuesto temporero a los sectores beneficiad­os con la reconstruc­ción para crear un fondo que provea viviendas a los damnificad­os desprovist­os de otra ayuda. Los sectores constructo­res se opondrán, pero es importante señalar dos cosas. Uno: el sector de la construcci­ón debe recordar que el Congreso no quería ayudarlos a ellos en particular: las asignacion­es vendrán ya que la presión pública estadounid­ense se volcó a favor de los damnificad­os. Es decir, sin damnificad­os sus negocios no crecerían, por lo que compartir la bonanza con los damnificad­os debería ser loable. Dos: aun con un impuesto temporero, el sector de la construcci­ón estará mejor con la reconstruc­ción que sin ella, en la jerga económica diríamos que sigue siendo una mejora paretiana.

Ojalá sea Puerto Rico el que se levante y no solo un grupo selecto.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico