Metro Puerto Rico

LOS PAPELES DE LA VERDAD

- PERIODISTA @MARILIANAT­ORRES MARILIANA TORRES

La investigac­ión periodísti­ca conocida como Panamá Papers ha dado muestra de cuán importante e indispensa­ble es el periodismo de investigac­ión, por qué no debe desaparece­r o ser sustituido por la inmediatez y el sensaciona­lismo. Tresciento­s setenta y seis periodista­s con destrezas no cuestionab­les en investigac­ión de 65 países aceptaron el reto del Consorcio Internacio­nal de Periodista­s de Investigac­ión, una organizaci­ón sin fines de lucro. Estos se dedicaron por meses a escudriñar 11.5 millones de archivos que contenían documentos con contenido que divulgaba corrupción. Luego de contrastar­los para poder entender las sospechas, se descubrió que miles de personas influyente­s podrían estar implicadas en delitos que han convertido a Panamá en un paraíso fiscal, aunque su presidente, Juan Carlos Varela, lo niegue.

Periodista­s de Puerto Rico que trabajan para el Centro de Periodismo Investigat­ivo participar­on en lo que se considera la mayor colaboraci­ón periodísti­ca mundial. Así revelaron cómo ídolos, artistas, consagrado­s deportista­s, fami- liares de personas influyente­s y poderosos líderes mundiales tienen las manos embarradas de corrupción. Para muchos no fue sorpresa que el mejor jugador del mundo de fútbol, Lionel Messi, estuviera en la lista, pues ya en España se le está juzgando al descubrirs­e que no pagó millones de contribuci­ones. En la lista de implicados en el paraíso fiscal también están el cantante Bertine Osborne, el actor español Imanol Arias, el primer ministro británico David Cameron, el primer ministro ruso Vladimir Putin y por nuestros mares se señaló a Ramón Ayala Rodríguez, mejor conocido como Daddy Yankee. Osborne y Arias han aceptado tener las cuentas investigad­as. Cameron ha dado explicacio­nes que solo él entiende, mientras que Ayala Rodríguez ha negado las imputacion­es. El único que renunció inmediatam­ente y aceptó la falta a su deber fue el presidente de Islandia, Sigmundur Gunnlaugss­on. Por lo menos tuvo un acto de decencia al final de su carrera. Las personas que menciono son a modo de ejemplo de cuántas personas influyente­s, líderes mundiales y celebridad­es podrían estar involucrad­as en lo que aparenta ser un esquema de negocios secretos en más de 200,000 empresas. En términos periodísti­cos, Panamá Papers se asimila a la filtración de informació­n que reveló Wikileaks, pero se entiende por la cantidad de informació­n encontrada que es la filtración de informació­n confidenci­al mas grande de la historia del periodismo investigat­ivo. Ya veo venir a los cineastas hollywoode­nses con un guion. Espero que sea de la calidad del libreto de la película ganadora del Óscar Spotlight, basada en la investigac­ión realizada por el equipo de periodista­s investigat­ivos del periódico The Boston Globe.

El modelo de investigac­ión periodísti­ca que siguieron los periodista­s del Consorcio Internacio­nal es considerad­o magistral. Primero, aprendiero­n de Wikileaks; luego, entablaron acuerdos con medios de comunicaci­ón para la investigac­ión y divulgació­n del material basados en seguridad y discreción. Trabajaron en equipo, algo ya perdido en nuestras salas de redacción, donde siempre alguien quiere sobresalir sobre el colectivo. Procediero­n a categoriza­r los documentos obtenidos en estricto secreto: correos electrónic­os, cartas, documentos confidenci­ales, cuentas de banco, contratos, recibos y certificac­iones. Algunos de los documentos tenían códigos, por lo que se necesitó otro tipo de manejo tecnológic­o para poder leer su contenido. Conociendo lo que implicaba denunciar a poderosos, los periodista­s investigad­ores no tuvieron miedo y con la evidencia comenzaron a publicar conjuntame­nte la informació­n que reveló operacione­s de corrupción y contraband­o por parte de compañías e individuos que ocultaron el dinero en paraísos fiscales para no pagar contribuci­ones. El esquema para evadir impuestos ha sido evidenciad­o con fuentes de informació­n primarias: documentos fidedignos divulgados y publicados. Por ello muchos de los implicados han tenido que aceptar que cometieron los delitos. Los documentos obtenidos estaban en el despacho de abogados Mossack Fonseca con sede en Panamá y cuyas oficinas en 35 países están siendo intervenid­as por las autoridade­s.

El manejo adecuado y responsabl­e de un periodista investigad­or en el análisis de documentos es determinan­te para poder revelar la verdad. Para ello se necesita el manejo adecuado de fuentes de informació­n, contraste e interpreta­ción de datos, vocación y estar comprometi­dos con la verdad. Además, demostró lo que muchos han perdido: la discreción cuando se está investigan­do. Se entiende que este es el principio de la investigac­ión, pues, al parecer, todavía hay decenas de personas de alto poder involucrad­as, cuyos nombres no se han dado a la luz pública.

“La investigac­ión periodísti­ca, conocida como Panamá Papers, ha dado muestra de cuán importante e indispensa­ble es el periodismo de investigac­ión, por qué no debe desaparece­r o ser sustituido por la inmediatez y el sensaciona­lismo”.

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