No olvida los APLAUSOS Alicia Alonso
Llegan a Puerto Rico Alicia Alonso y el Ballet Nacional de Cuba para presentar su aclamada versión de la obra Giselle este fin de semana en el Centro de Bellas Artes de San Juan
El prestigioso Ballet Nacional de Cuba, institución considerada como una de las mejores compañías de danza clásica del mundo, regresó a Puerto Rico para presentar este fin de semana la obra Giselle, coreografiada por su directora general, Alicia Alonso. En esta ocasión, el cuerpo de baile llegó acompañado de la primera figura del ballet cubano.
“La emoción no puedo explicarla; tengo que bailarla. Hace muchos años que tenía deseos de venir aquí. Siempre me siento bien cuando mencionan Puerto Rico. Hemos tenido muchos compañeros de Puerto Rico en el Ballet Nacional de Cuba y han hecho muy buen trabajo. Estamos muy contentos de estar en Puerto Rico. Tan hermanos que somos y tan lejos que vivimos. ¡Que viva Puerto Rico!”, expresó la prima ballerina assoluta y directora del ballet cubano en conferencia de prensa en el Centro de Bellas Artes de San Juan.
A sus 95 años, ya casi sin poder escuchar y con la ayuda de su esposo, Pedro Simón Martínez, la doctora manifestó que jamás olvida los aplausos.
“El sueño del bailarín es bailar en todas partes, porque uno quiere demostrar su arte. Además, uno se siente bien con los aplausos de los diferentes públicos. Es algo que no se puede decir, vaya, lo que se siente. Cuando a uno le aplaudan su arte es porque ha llegado a todos. Jamás se olvidan los aplausos. Es un arte que les pertenece a todos los seres humanos”, compartió emocionada.
Pero, eso sí, en tono jocoso advirtió a su compañero de vida que no dijera desde cuándo no baila, al verbalizar que “sigo bailando en mi mente y en mi corazón”.
Con un dejo de nostalgia compartió que le da tristeza no poder sentir esos aplausos que la llenan de vida.
“En cualquier momento puedo bailar. Lo que pasa es que yo sé lo que es eso. Se hace bien o no se hace. Además, estoy muy ocupada enseñando a los bailarines de Cuba y a todos para que vengan a bailar con nosotros”, comunicó.
Con una evidente claridad mental recordó la primera vez que se afianzó a una barra para ejecutar los movimientos básicos del ballet y exclamó a su madre que eso era lo que más le gustaba en el mundo.
“Jamás he olvidado esa sensación desde chiquita, y todavía tengo esa sensación. Siento que estoy todavía en el escenario”, ilustró al elevar sus largos brazos en quinta posición.
Giselle es la pieza más aclamada y solicitada internacionalmente dentro del repertorio del Ballet Nacional de Cuba, no solo por su valor histórico, sino porque, con esta versión de Alonso, Cuba trasciende al ámbito internacional de la danza.
La famosa sustitución de Alicia Markóva por Alicia Alonso en Giselle se produjo durante la temporada del Ballet Theatre de Nueva York el 2 de noviembre de 1943. Esta versión es considerada como una lección cultural para Latinoamérica, porque la Ópera de París quería la Giselle de Alonso.
“Fue un triunfo cultural porque mostró cómo se puede tomar una obra del arte europeo para enriquecerla con nuestra esencia y devolverla con un nuevo aire no solo a Europa, sino al mundo entero. Permitió no autolimitarnos en los que podemos hacer con respecto al arte”, dijo en tono reflexivo su esposo.
Por su parte, Viengsay Valdés, primera bailarina cubana, destacó que es un gran privilegio y un honor pertenecer al BNC, porque “aprendes muchísimo y te enriqueces cada día. Con Alicia a nuestro lado es también un gran privilegio, porque es nuestra guía y es nuestra heroína de la danza. Nos ha enseñando tantas cosas. Estamos muy orgullosos”.