Critican mutis del Gobierno ante advertencia terrorista
Seguridad. Según expertos consultados por el Gobierno debe ser preciso con los planes de seguridad ante alertas de posibles atentados
Puerto Rico, como isla caribeña y con una relación política directa con Estados Unidos, puede ser blanco de algún ataque terrorista. Ante esta posibilidad, el Gobierno debería ser más enfático en pronunciamientos que ayuden a promover la seguridad ciudadana, según comunicaron expertos consultados por Metro.
El jefe del Negociado Federal de Investigaciones ( FBI, por sus siglas en inglés), Douglas Leff, afirmó ayer que, aunque aún no se confirma el alegado atentado terrorista hacia lugares públicos que se comunicó la semana pasada, el país no está exento de que un evento de esta índole ocurra.
“Es cierto que Puerto Rico podría ser un blanco, […] similar a otros lugares que tienen una conexión con Estados Unidos”, explicó en entrevista radial (NotiUno).
Respecto a la alerta que recibieron la agencias de seguridad sobre un plan de ataque por parte de un grupo vinculado con el autodenominado Estado Islamico (EI), el jefe del FBI afirmó que “continuamos investigándola, pero en este momento no hemos tenido ningún indicio. “Pero todavía es posible y necesitamos continuar investigando”, aclaró.
Sin embargo, alertas de este tipo trastocan la estabilidad de la ciudadanía, más cuando desde la mansión ejecutiva las expresiones han sido parcas. A cuatro días de la alerta, el gobernador interino, Víctor Suárez, afirmó en una emisora radial que no había nada de qué preocuparse, ya que la pesquisa seguía en curso por el FBI y la Policía.
Ante esto, el académico en Ciencia Política José Rivera sostuvo que “el Estado debería tomar cualquier tipo de riesgo o amenaza potencial en serio y ciertamente hubiera tenido un efecto tranquilizante si el Gobierno se hubiese pronunciado explícitamente sobre ese issue”. Aunque el experto puntualizó que la amenaza no va a tono con las conocidas acciones de EI, no significa que, en efecto, lugares donde se aglomera mucha gente tienen “potencial de riesgo”.
De otro lado, a juicio de la psiquiatra del Recinto de Ciencias de Médicas de la Universidad de Puerto Rico Karen Martínez, el Gobierno debe ser más comunicativo para saber “cómo se está atendiendo, qué se está haciendo, cuáles serían los planes de si algo como eso ocurriese, porque eso disminuye la incertidumbre en las personas”.
“Estamos todos ya en un estado de alerta a nivel mundial porque esto ha ocurrido y añadirle esta información de una alerta que puede afectar directamente a Puerto Rico, pues le añade una capa adicional de miedo y preocupación. Esto tenemos que añadirlo a que en Puerto Rico, a nivel social, hay mucho miedo y mucha incertidumbre por toda la situación económica, toda la situación de la junta fiscal y todo lo que está ocurriendo con el zika”, agregó.
Martínez indicó que aproximadamente un 25 % de la población está diagnosticada con algún trastorno de ansiedad, pero la totalidad experimenta en algún momento estrés. Por esta razón, recomendó que las personas que se sientan afectadas por alertas que atenten contra su seguridad lo informen a algún profesional de la salud.
Las reacciones se dieron a raíz de la publicación el viernes pasado del documento —del National Security State Information Center— de carácter clasificado, donde se alertó de un aparente “plan de ataque” a finales de julio y principios de agosto por parte de un grupo que “podría estar compuesto por inmigrantes ilegales cuya afiliación puede estar atada al Estado Islámico”.
En el documento se identificaron como objetivo del enfrentamiento a dos rotativos del país y a la Placita de Santurce en San Juan.
Inmediatamente que trascendió el documento, de uso interagencial, en los medios de comunicación, el FBI afirmó que constantemente las autoridades de ley y orden reciben amenazas similares y todas son investigadas.
“Es importante dar información sobre cuán preparado está el Gobierno para atender estas amenazas para que la gente sienta que esto está ocurriendo, pero se está manejando y, a la misma vez, sin ser alarmista”. Karen Martínez, psiquiatra del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico