RAFAEL LENíN LóPEZ
PERIODISTA, EXPRESIDENTE DE LA ASPPRO TWITTER: @LENINPR
Esta noche culminan dos semanas de las convenciones de los partidos políticos mayoritarios estadounidenses, cuando acepte la nominación presidencial por el Partido Demócrata la senadora Hillary Clinton, un hecho histórico por tratarse de la primera mujer en ser postulada al cargo por uno de los dos partidos principales de Estados Unidos.
Los que somos news junkies (consumidores obsesivos de noticias) hemos seguido cada paso de las actividades de Ohio la semana pasada y de Filadelfia en estos días. El público ha visto una vez más cómo funciona el sistema electoral norteamericano; para muchos, arcaico y poco representativo. Para otros, la fórmula perfecta para que opere la democracia.
Al culminar esta noche el “chijí chijá” de estas dos semanas y baje el furor momentáneo en cada partido, los candidatos ya proclamados comienzan la jornada proselitista con el fin de que los electores salgan a votar por ellos el 8 de noviembre. El tan cacareado “Get out the vote” parece ser más cuesta arriba para Clinton que para Trump. Así ha quedado demostrado por el tono de los discursos en la convención de su partido. Y es que un desgaste natural de ocho años de administración de la cual ella fue parte tiende a generar poco entusiasmo en la base electoral de los simpatizantes a la filosofía de gobierno que ellos representan. Ahí la explicación del tono de los mensajes pidiendo salir para derrotar a Donald Trump.
Sorpresivamente, la convención demócrata ha sido más tumultuosa que la republicana, donde se esperaba que “corriera