PPD: EL MEJOR ALIADO DE ROSSELLó
Hoy faltan 50 días para las elecciones generales, y creo que el Partido Popular Democrático (PPD) le haría un gran favor al país si le pone un lazo y un moño a La Fortaleza y se la acaban de entregar al Dr. Ricardo Rosselló, así como el Senado y la Cámara de Representantes al Partido Nuevo Progresista. ¿Sabe la cantidad de dinero que nos ahorran evitando unas costosas elecciones? Obviamente, no es algo real, pero un poco quiero dramatizar cómo la colectividad roja se está autodestruyendo.
En el 2004, luego de cuatro años de administración de PPD y con un Pedro Rosselló de regreso, la colectividad era un barco a la deriva, sin ninguna probabilidad de triunfo. El candidato popular de ese entonces, Aníbal Acevedo Vilá, se distanció de la colectividad, tiró a pérdida todo lo demás y concentró su esfuerzo en él salir electo. No era el PPD la alternativa, era Aníbal. El PNP lo subestimó y el resultado fue que los azules ganaron comisaría residente, Senado, Cámara de Representantes, mayoría de alcaldías, menos Rosselló la gobernación.
Hoy, si el PPD tiene alguna probabilidad de triunfo, aunque sea mínima, sería solo en la gobernación, y me explico: el PNP no ha logrado unir a la colectividad luego de la primaria entre el Dr. Rosselló y el comisionado residente, Pedro Pierluisi. Aún con la fortaleza que tiene el Dr. Rosselló dentro de su partido, su victoria el pasado 5 de junio fue por dos puntos sobre Pierluisi. Tanto el PNP como el PPD son colectividades con electorado diverso. En el caso del PNP, todos son estadistas. Está el sector “come fuego”, que vota por la Palma no importa quién sea el candidato y que consume ciegamente cada cuatro años la promesa de que el próximo cuatrienio lograrán la estadidad. El otro sector, llamado estadistas light, son lo contrario. Toman otras consideraciones a la hora de votar en determinadas circunstancias y no son fanáticos.
Dentro de los 228,498 votos que obtuvo el comisionado residente, debe haber un sector que decidió votar por él porque entendía que el Dr. Rosselló no está capacitado aún para manejar la monumental crisis de la isla en su peor momento de la historia. Ese sector no amaneció el 6 de junio cambiando de opinión, entendiendo de la noche a la mañana que ahora sí tiene la capacidad. En recientes días vi dos personas, abiertamente PNP y estadistas, publicando en sus cuentas de redes sociales “Cidre 2016”. Al preguntarles por qué publicaban eso, uno me indicó que no está convencido del Dr. Rosselló y el otro trajo a colación que sería darle la gobernación a un joven como su primera experiencia de trabajo. Ninguna de las dos personas me dijeron que David Bernier era una opción. No pueden llegar al punto de dar un voto popular, pero tampoco aceptan el argumento de “bueno, pa que gane el PPD, nos vamos con lo que tenemos”. Por eso ven en, por ejemplo, Manuel Cidre, una alternativa para administrar y sanear el gobierno. Sin embargo, a pesar de esa válvula de escape que pueda tener el PNP, el Dr. Rosselló tiene un arma poderosa a su favor de cara a las elecciones: el Partido Popular Democrático.
Usted ve a David Bernier recibiendo bofetá política del PNP con la ayuda del PPD. Parece haber una coordinación entre los azules y algunos rojos para lograr la derrota del candidato popular. Que si Tatito, que si Perelló, que si Lydia Méndez, que si este, que si el otro. Obviamente, no es que están haciendo campaña contra Bernier, pero sí están proyectando a un comandante sin tropas. Están al garete, fiscalizándose a sí mismos, y el PNP sigue corriendo solo. “Si al que va al frente no lo tocan, ese llegará primero a la meta”, decía el expresidente cameral José Ronaldo Jarabo. Rosselló va al frente y no lo tocan, lo que garantiza su triunfo, aun sin el apoyo del sector pierluisista que se resiste a prestarle su voto. De ahí el análisis de un grupo del equipo de Rosselló en el sentido de que los pierluisistas no hacen falta. Lo que pierda el Dr. Rosselló del sector pierluisista, Bernier pierde el doble con el efecto de las peleas internas que desalientan a los populares a salir a votar.
El caso de Anaudi Hernández le hace daño al PPD como colectividad y a los cuerpos legislativos. No obstante, como indican, le ha permitido a Bernier presentarse, cuando pide renuncias, como una figura que no tolera la corrupción, contrario al PNP que, en momentos, defiende a capa y espada a personas señaladas de alguna forma. Por ello pienso que dicho caso de corrupción realmente no es el peor enemigo de Bernier. Los son los políticos de su propio partido con las peleas infantiles que tienen. No recuerdo esta tragicomedia popular en 2004 con Aníbal Acevedo Vilá.
El PPD es el arma de mayor potencia que tiene el Dr. Ricardo Rosselló para ganar las elecciones, su mejor aliado, porque, cada vez que David Bernier trata de salir del hoyo, sus propios legisladores lo halan hacia el fondo para intentar ahogarlo.