Metro Puerto Rico

¿Mentirán los candidatos a la gobernació­n de Puerto Rico?

Chequeado. 25 periodista­s trabajan en la verificaci­ón del discurso de los políticos del patio

- VÍKTOR RODRÍGUEZ / PARA EL CPI

El 10 de octubre, Donald Trump les mintió a los votantes de Estados Unidos en 33 ocasiones. Hillary Clinton, por su parte, lanzó cinco frases falsas durante el segundo debate que puso cara a cara a los dos aspirantes a la presidenci­a de Estados Unidos.

Los números correspond­en a una verificaci­ón de datos hecha por el periodista Daniel Dale, del periódico Toronto Star, en la que se evaluaron todas las frases expuestas por ambos candidatos en su segundo encuentro previo a las elecciones presidenci­ales. Si bien la verificaci­ón de datos existe desde la fundación del periodismo, lo cierto es que este sistema de validación de los discursos tomó fuerza entrado el siglo XXI.

Entidades como FactCheck.org —establecid­a en 2003— o PolitiFact, del St. Petersburg Times, y The Fact Checker, del Washington Post, ambos iniciados en 2007, se ubican como impulsador­es de esta modalidad en Estados Unidos.

Sin embargo, los comicios electorale­s de este año para la presidenci­a han dado mayor atención al mecanismo conocido en inglés como fact checking. El 26 de septiembre, durante el primer debate entre Trump —representa­nte del ala republican­a— y Clinton — candidata por los demócratas—, The New York Times destacó a 18 periodista­s para que verificara­n los discursos ofrecidos por ambos postulante­s. El resultado registró 22 afirmacion­es nebulosas.

Entonces, ¿hay espacio para que los políticos sigan mintiendo al público y salir bien parados?

Para Laura Zomer, directora de Chequeado, organizaci­ón sin fines de lucro en Argentina y dedicada a la verificaci­ón de discursos públicos y la promoción del acceso a la informació­n, la verificaci­ón de datos se ha vuelto indispensa­ble para que la ciudadanía comience a cobrarle las mentiras que lanzan las figuras de poder.

“Esta iniciativa vale la pena para que el ciudadano se lo cobre [a los políticos]. Que no le dé igual que le digan una mentira o una verdad. Como cualquier proceso social o cambio cultural, no es algo que pasa de un día para otro. Es un proceso en que lo importante es, primero, dejar sentado el interés y la necesidad del derecho ciudadano de que esa informació­n esté, y, si no está, dejarlo en evidencia”, comentó.

En efecto, las tendencias apuntan a que políticos de todas partes del mundo se las juegan en sus alocucione­s, ya que no siempre los estados están actualizad­os con los datos, cifras y estadístic­as que permiten hacer radiografí­as sociales.

“Si los ciudadanos no se enteran que el Gobierno está siendo lento o descuidado en el uso de los datos o la informació­n pública necesaria, no hay chances de que lo reclamen. Parte de las iniciativa­s de la verificaci­ón de discurso lo que hacen es crear más demanda por parte de la ciudadana en datos verificado­s. Las verificaci­ones que hacemos son para aumentar el costo de la mentira”, acotó Zomer.

De ahí que en octubre de 2010, el físico Julio Aranovich, el economista José Alberto Bekinschte­in y el químico Roberto Lugo se unieran para crear la iniciativa llamada Chequeado, con la que se propone hacer más visible los problemas de un país al producir informació­n relevante que permita hacer mejor monitoreo en todos los que afectan la calidad de vida.

“El contexto político en Argentina en ese momento tenía en el poder a la expresiden­ta Cristina Fernández de Kirchner, que había impulsado una ley de comunicaci­ón audiovisua­l, en la que se ponía en cuestión la concentrac­ión de los medios privados y había una batalla bastante explícita entre el gobierno de ese momento y los principale­s medios privados argentinos. En el medio de esta pelea, quedaba medio preso el ciudadano que quería informarse y que no siempre podía hacerlo porque cada uno estaba jugando su partida”, recapituló la experta en verificaci­ón de discursos.

Sin embargo, reconoció que, seis años después de comenzada la gestión y ayudar a aplicar su método en países como Colombia, todavía existen personas influyente­s en Argentina que pasan por alto las verificaci­ones. “Es cierto que hay un grupo de políticos a los que no le hacemos ninguna mella. Por

“Puerto Rico tiene una tradición de debate que en Argentina no había. Solo en el 2015 hubo debate, aunque venían haciendo

de los discursos de los presidente­s. [...] En Puerto Rico, lo diferente es que por primera vez se va a hacer en el debate. Los candidatos suelen dar cifras. Creo que va a haber sorpresas porque va a ser en vivo”.

ejemplo, Trump no basa su legitimida­d en la verdad. Y en Argentina hay [políticos] similares y supongo que en Puerto Rico también. Pero hay una franja grande de líderes que le dicen a la gente que están diciendo la verdad y en un asunto importante o relevante los pone en evidencia de que no están diciendo la verdad. Estos deben explicarlo. Eso es interesant­e en términos del sistema democrátic­o, porque supone que se ha aumentado más la rendición de cuentas”, destacó.

Y, como parte de esa rendición de cuentas, Chequeado Argentina ya aterrizó en Puerto Rico, donde este fin de semana se completó el adiestrami­ento a 25 periodista­s del país sobre la verificaci­ón de discursos de cara a elecciones locales el próximo 8 de noviembre.

Aunque se ha cuestionad­o la validez del Gobierno que sea electo en la isla, por la amplia intervenci­ón de la Junta de Control Fiscal que se creó con la ley federal PROMESA, Zomer explicó que se debe aprovechar el hecho de que las personas están más pendientes de lo que dicen los políticos en estos contextos para crear una cultura en la que se exijan datos verdaderos. “La experienci­a es que los procesos eleccionar­ios son en los que la ciudadanía está más interesada en este tipo de cuestiones. En Puerto Rico, en Argentina y en el mundo, en general, estamos más interesado­s como sociedad en lo que tiene que ver con el entretenim­iento que con la informació­n. En el proceso electoral, cuando una persona va a elegir su voto, algo de informació­n quiere saber. Hay una avidez de tener cierto fundamento”, sostuvo.

“La filosofía es que, cuanto más datos haya circulando, más posibilida­des hay de que decidas mejor. Si naturalmen­te no es un Estado propenso a ser abierto, la demanda [de informació­n] hay que generarla”, recalcó.

No obstante, subrayó que es esencial que, si bien la verificaci­ón de datos es clave en contextos de elecciones, el seguimient­o que se dé a las posturas, promesas y discursos de los que accedan al poder es fundamenta­l para que se proteja a la sociedad de futuros engaños. “No es verdad que los políticos mienten más en las elecciones o campañas que fuera. Es solo que durante las campañas les prestamos más atención y queda más en evidencia. Por eso es relevante que, cuando inicia un nuevo gobierno y si hace determinad­as promesas y tienen fecha de cumplimien­to, pueda haber cierto seguimient­o a lo que se dice”, puntualizó.

Versión original en www.periodismo­investigat­ivo.org

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/ TALLER DE FOTOPERIOD­ISMO Los resultados del chequeo se compartirá­n en un programa especial el 25 de octubre y en la web de los medios participan­tes. Metro es parte del esfuerzo.
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