Fidel Castro: las dos caras de su muerte
Luego del triunfo de la Revolución cubana en 1959 bajo el liderato del Fidel Castro, fueron cientos de miles los cubanos que salieron de la isla, huyendo de un régimen que desde un principio mostraba señales antidemocráticas o exiliados por un gobierno que no toleraba la disidencia.
Así, exiliado por el régimen, Jacinto Vergel Santamaría salió de Cuba a principios de la revolución, acogido por la embajada del Vaticano en Argentina. Rompiendo con la percepción de que el nuevo Gobierno cubano quitaba a los ricos para dar a los pobres, de acuerdo con el relato de David Vergel, hijo de Jacinto, el régimen se encargó de arrebatar lo más preciado también a los menos afortunados económicamente. “Mi papá era muy pobre, pero muy libre en Cuba. Era un líder de la juventud católica y él no se fue de Cuba. Lo obligaron a irse”, señaló Vergel hijo, cuyo padre llegó luego a Puerto Rico a mediados de los 60, junto a su esposa, Elba de Miranda Rodrigues. Su hijo asegura que fue perseguido por sus ideales cristianos.
Sin embargo, varios de los integrantes de la familia materna de Vergel no comparten la misma visión, aunque un lazo más fuerte que las diferencias políticas los mantienen unidos. Hoy cada cual reflexiona sobre la muerte de Castro, desde dos puntos de vista totalmente distintos.
“Soy David Vergel de Miranda, hijo de cubanos que fueron perseguidos por el régimen de Castro y considero a Castro un asesino por todo lo que hizo a mi familia. Mi prima y ahijada ven al Gobierno cubano como quien les ha dado valores y sentido de justicia social. Ella vive muy feliz de ser cubana revolucionaria”, escribió Vergel en su perfil de Facebook. “Yo amo a mi ahijada y ella a mí. Ella ve a Castro como un héroe y su todo, y yo lo veo totalmente distinto. Los dos hemos optado por respetarnos, entendernos y unirnos como familia y como antillanos. Juntos trabajaremos desde cada realidad por un mundo más justo solidario, participativo, democrático de verdad y feliz. El amor es más fuerte”, añadió.