Fuera España al caer en penales contra el equipo de Rusia
Rusia resistió en su bastión moscovita. España se atascó en su falta de imaginación e inoperancia.
Igor Akinfeev tapó remates con las manos y con los pies para catapultar a Rusia a los cuartos de final de la Copa del Mundo, imponiéndose el domingo 4-3 sobre España en una definición por penales.
El capitán y arquero ruso repelió los disparos de Jorge “Koke” Resurrección e Iago Aspas, mientras que los cuatro rematadores rusos — Fedor Smolov, Sergey Ignashevich, Aleksandr Golovin y Denis Cheryshev — no fallaron.
Los anfitriones resistieron el dominio estéril de los campeones de 2010 y salvaguardaron el empate 1-1 tras los 90 minutos reglamentarios y los 30 de prórroga.
“Me siento totalmente exhausto”, dijo Akinfeev. “Durante todo el segundo tiempo y el alargue defendimos nuestro arco y supimos aguantar”.
Abundantes pases, pero sin claridad para llegar al arco rival hundieron a la Roja en el estadio Luzhniki de Moscú, que rugió cuando la pierna izquierda de Akinfeev desvió el disparo de Aspas para terminar el duelo de octavos de final.
Con el balón despedido por los aires, el veterano arquero de 32 años aplaudió y se deslizó por el césped mojado por la lluvia.
“Confiábamos en los penales porque España es un rival indomable. España no puede tener siempre la suerte de su lado”, manifestó el arquero.
Y así fue que la selección número 70 en el ranking de la FIFA —la peor ubicación de las 32 concursantes en esta Copa del Mundo— sigue en carrera.
La siguiente misión para un equipo que llegó a su Mundial con las expectativas por el piso será en Sochi, donde enfrentará a Croacia, que también ganó una definición por penales para dejar fuera a Dinamarca.
El gran ausente en la fiesta rusa fue el presidente Vladimir Putin. Asistió, en cambio, el primer ministro Dmitry Medvedev.
Para España, es otro mazazo en un torneo que comenzó con el pie izquierdo dos días antes de su debut, con el despido de su técnico Julen Lopetegui, precipitado cuando aceptó dirigir al Real Madrid, tomando fuera de base a las autoridades de la federación nacional.
Fernando Hierro, el director deportivo de la selección y con limitada experiencia como entrenador, debió tomar las riendas. En circunstancias turbulentas, el exdefensor no pudo llevar muy lejos a un conjunto señalado como uno de los grandes favoritos al título.
“Si alguien quiere entender que tiene que haber responsabilidades, indudablemente yo me pongo a la cabeza”, dijo Hierro.
La Roja se despide en la fase de octavos por segunda vez seguida en una gran cita, luego de caer ante Italia en la Eurocopa de 2016. Ni siquiera sorteó la primera ronda en el Mundial de Brasil 2014, al que llegó como defensora del título.