“La generación del ‘yo no me dejo’ no debe callar en Lima 2019”
El campo deportivo a nivel internacional es uno de los principales bastiones de identidad para Puerto Rico, al reconocerse ahí su libertad olímpica, aun cuando en todos los otros aspectos legales que lo definen, este territorio es visto como una colonia.
El deporte se aprecia como el espacio idóneo para la afirmación política, según nos demuestra la historia. Cuando el Comité Olímpico de Puerto Rico (COPUR) desfiló en los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980, se hizo en contra de la determinación del presidente de los Estados Unidos (EE. UU.), Jimmy Carter, quien boicoteaba lo que entonces era la Unión Soviética de Repúblicas Socialistas, y a pesar de las presiones del anexionista gobernador de entonces, Carlos Romero Barceló.
Aquel acto de gallardía ahora parece habérsele olvidado al COPUR, tras revelarse en un diario del país que este organismo pretende censurar cualquier manifestación sociopolítica que los atletas realicen durante las actividades de los Juegos Panamericanos de Lima que arrancan hoy, cuando se iza la bandera puertorriqueña en tierra peruana.
La indignación de la gran mayoría de un pueblo borincano decepcionado ante las presuntas acciones corruptas de figuras del gabinete de Ricardo Rosselló e insultado por el gobernador en un chat de Telegram, se palpa por todo el planeta. Sin embargo, los atletas ya fueron advertidos por el jefe de misión, Víctor Ruiz, y por la presidenta del COPUR, Sara Rosario, que recibirán sanciones si se manifiestan.
En los ojos del exatleta olímpico, medallista panamericano y psicólogo deportivo, Abderramán Brenes, esto no concuerda con la realidad que vive el país, pues “es la primera vez que hay un consenso generalizado que traspasa afiliaciones”.
“Hay un grito aún mas consistente que el ‘Ricky Renuncia’. Esto significa que el pueblo se cansó de una manera de gobernar”, señaló al ser consultado por El Calce.
Brenes recordó como ejemplo de actos políticos aquellos Juegos Centroamericanos y del Caribe en El Salvador de 1935, cuando la delegación puertorriqueña desfiló por vez primera con la monoestrellada, “que llevó Cosme Beitía Sálamo en su maleta”. A pesar de que el COPUR solapadamente exigió en los medios que no hubiese manifestaciones, ya atletas como la tenismesista Adriana Díaz, el clavadista Rafa Quintero, y Amanda Ortiz, de polo acuático, pidieron la renuncia a Rosselló.
“Hablan de la Carta Olímpica, pero la misma incorporación del COPUR y su participación en la Olimpiada de Londres 1948 fue en violación a los principios de la Carta Olímpica, que define país como ‘Estado independiente reconocido por la comunidad internacional’”, recordó Brenes.
“La generación del ‘yo no me dejo’ no debe callar y darlo todo en el terreno. Y si lo sienten, conscientes de las repercusiones, entonces que el continente entero sepa lo que pasa en Puerto Rico y que las puertorriqueñas y los puertorriqueños se respetan”, finalizó.