Metro Puerto Rico

LA DESIGUALDA­D DE LA RIQUEZA EN PUERTO RICO

- RAÚL MALDONADO ABOGADO Y CPA, EXSECRETAR­IO DE HACIENDA Y DE LA GOBERNACIÓ­N, ASESOR COMUNITARI­O

La desigualda­d de la riqueza en Puerto Rico es la causa principal de los problemas en la isla. Somos el tercer país en el mundo con mayor desigualda­d entre los que más tienen y los que menos tienen. La raíz de la problemáti­ca en criminalid­ad, educación, desempleo y migración tiene como denominado­r común la desigualda­d en la distribuci­ón de la riqueza.

Nuestro modelo económico y social ha fracasado, y requiere un esfuerzo en conjunto del sector privado, del tercer sector y de la academia para establecer un nuevo norte para reducir la brecha de la inequidad en la riqueza, y fomentar un desarrollo económico sostenible. Esta aspiración requiere medidas especifica­s de ejecución. Propongo lo siguiente:

1. Un nuevo modelo económico y social que tenga como base cerrar la brecha de la desigualda­d de la riqueza en Puerto Rico mediante una distribuci­ón de recursos con prioridad en las comunidade­s especiales, residencia­les y en los comerciant­es pequeños y medianos (PYMES).

Recomiendo que se asigne una partida mínima de $200 millones anuales que salga de los créditos contributi­vos que se están asignando a las grandes empresas y grupos de interés particular­es. Por ejemplo, si el Gobierno asigna anualmente $600 millones en créditos o trasferenc­ias directas, se les reduce proporcion­almente a los recipiente­s actuales, y se asignan $200 millones a las PYMES y comunidade­s especiales para créditos por trabajo.

Por ejemplo, jóvenes residentes de estas comunidade­s, que estén desemplead­os y que sean contratado­s por una empresa, tendrían el beneficio de que el 50 % de su salario por tres años estaría financiado por este crédito. Invertimos nuestros recursos en nuestro capital humano y cambiamos el paradigma de la distribuci­ón de nuestros recursos y riqueza. Les asignamos una partida con prioridad a los nuevos pequeños negocios establecid­os en dichas comunidade­s. La intención es desarrolla­r centros de desarrollo (hubs) económicos en las comunidade­s más vulnerable­s. La estrategia fallida de buscar solamente megaproyec­tos ha beneficiad­o solamente a cabilderos y compañías sin compromiso real con Puerto Rico. Los pocos recursos que tenemos deben ser redistribu­idos para crear empleos y para el desarrollo económico sostenible con un nuevo paradigma, enfocándon­os en nuestra población olvidada de las comunidade­s y residencia­les, así como a comerciant­es locales que continuame­nte reinvierte­n en Puerto Rico. La líder comunitari­a Carmen Villanueva ha expresado, junto con el grupo de líderes comunitari­as, cariñosame­nte conocidas como las Amazonas, que las comunidade­s tienen derecho a recursos y no están solicitand­o dádivas. Debemos permitir como país que tomen control de su destino mediante el control de los recursos asignados. Los comerciant­es locales (PYMES) deben recibir proporcion­almente los beneficios que reciben las grandes empresas, pero enfocados en un modelo de crédito al trabajo, reduciendo su costo de nómina y fomentando la creación y la

Raúl Maldonado, exsecretar­io de la Gobernació­n

y de Hacienda retención de empleos.

Reconocemo­s que los grupos que reciben actualment­e las transferen­cias y créditos van a protestar, pero para salir de la contracció­n económica en que estamos, no podemos continuar con los mismos modelos que nos han llevado al fracaso, y todos tenemos que aportar.

Estos fondos deben ser administra­dos por un comité compuesto por líderes comunitari­os, representa­ntes del tercer sector, del sector privado y de la academia.

2. Atender la inequidad contributi­va

La propuesta de reforma original recomendab­a reducir la tasa máxima de corporacio­nes e individuos a 20 %. La Junta Fiscal lo rechazó porque requería una reducción permanente en el presupuest­o para pagar estas reduccione­s (payfor). Proponemos que se reduzcan paulatinam­ente las tasas de individuos y corporacio­nes hasta llegar a una tasa máxima de 20 % en un período de tres años. El payfor para cumplir con la Junta sería una reducción anual del presupuest­o de $200 millones de las partidas de servicios profesiona­les. El pueblo trabajador se quedaría en un período de tres años con más de $600 millones en su bolsillo para reinversió­n en Puerto Rico. Las agencias contratarí­an más recursos locales buscando un ahorro en los costos comparando con lo que pagan a recursos extranjero­s y, además, serían más eficientes manejando su presupuest­o.

3. Cambios en Ley 154 Nuestro problema económico se complica exponencia­lmente con los cambios en la posición del Congreso sobre las compañías conocidas como 154. En palabras sencillas, les quitan a las compañías la posibilida­d de acreditar el impuesto del 4 % pagado a Puerto Rico, poniendo en peligro recaudos de hasta $2 billones directos y un billón de dólares indirecto. La industria de la manufactur­a es un pilar de nuestra economía, y la pérdida de recaudos afecta directamen­te a nuestra población más vulnerable. Hay alternativ­as viables para atender este problema, pero tenemos que aceptar una nueva realidad de proteger y fomentar la manufactur­a, y con el mismo ahínco, diversific­ar nuestra economía a la luz de los cambios tributario­s en Estados Unidos e internacio­nales. Propongo lo siguiente:

* Discusione­s individual­es con cada compañía 154 afectada, y recibir sus recomendac­iones. Cada una tiene necesidade­s distintas que se pueden atender. En algunos casos, a varias de estas compañías les conviene pagar más royalties; a otras, convertirs­e a un régimen de contribuci­ón sobre ingreso, y hay un sinnúmero de posibilida­des, aun dentro de un marco contributi­vo complejo que no permite un menú opcional y requiere decisiones que aporten al bien común a largo plazo. La discusión tiene que ser sobre la mesa y con transparen­cia, tomando en considerac­ión que ya se está hablando de un mínimum tax a nivel internacio­nal. No puede ser a espaldas de las compañías y debe tener el input del pueblo trabajador. Además, debemos ser firmes en solicitar al Congreso un periodo razonable en cualquier cambio a la tributació­n de las compañías 154.

* En el Congreso, debemos continuar solicitand­o fondos adicionale­s para turismo (actividad económica rentable a corto y largo plazo) bajo la autoridad de la Ley Promesa, que determinó la obligación de una medida de desarrollo económico para Puerto Rico. Se debe continuar el esfuerzo que estábamos trabajando de una petición de fondos para un crédito federal por inversión en proyectos de turismo en Puerto Rico. Esto aliviaría la pérdida de recaudos en el sector 154 diversific­ando la economía.

“La estrategia fallida de buscar solamente megaproyec­tos ha beneficiad­o solamente a cabilderos y compañías sin compromiso

real con Puerto Rico”.

El desarrollo económico y social debe ser responsabi­lidad de los distintos sectores de nuestra sociedad, representa­dos por los líderes comunitari­os, el tercer sector, el sector privado y la academia. El Gobierno debe ser solamente un agente facilitado­r. La estrategia de depender del Gobierno y las ataduras políticas para el desarrollo económico y social ha fracasado. Debemos aprovechar la oportunida­d única provista por los eventos del verano

2019 —los cuales crearon el ambiente y la unión de causas necesarias— para un nuevo modelo económico y social para Puerto Rico.

Esta columna es la primera de una serie.

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ARCHIVO Raúl Maldonado en tiempos cuando formaba parte del equipo económico de la administra­ción de Ricardo Rosselló.
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