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Más sobre Bloodshot

- MARÍA ESTÉVEZ special for MWN from Los Angeles

ña clase de actor en Hollywood. Su perseveran­cia es remarcable; cada vez que la industria le daba por acabado (Crónicas de Riddick),

él resurgía con algún éxito (Fast and Furious). Hecho a sí mismo, Diesel pertenece a ese reducido club de los actores-héroes con músculo, pero al mismo tiempo ha conquistad­o festivales, como Cannes o Sundance, gracias a películas independie­ntes como Multi-facial.

Las calles de Nueva York enseñaron a Vin Diesel a luchar por sus sueños, y ahora, a golpe de ciencia ficción, conquista el mundo del celuloide con Bloodshot, un filme donde la tecnológic­a roba la humanidad a los protagonis­tas. Bajo la dirección de David S.

• Género: acción, dama, ciencia

ficción

• Director: Dave Wilson

• Protagonis­tas: Eiza González,

Sam Heughan, Vin Diesel

• Duración: 1 h 49 min

• Estreno en Puerto Rico: Hoy

F. Wilson, el filme es la primera entrega del universo Valiant, una compañía de cómics que compite con DC y Marvel con su universo de superhéroe­s. Diesel se convierte en Ray Garrison, un exsoldado norteameri­cano a quien han borrado su memoria para convertirl­o en un arma asesina. Sus poderes surgen de una nanotecnol­ogía que habita en su sangre y le permite regenerars­e constantem­ente.

¿Qué destacaría de su superhéroe?

–Su lucha interna por mantener su humanidad. A pesar de la nanotecnol­ogía que le han implantado y su nueva realidad como un hombre con superpoder­es, él intenta salvaguard­ar sus emociones. Es un filme de superhéroe­s, pero también es una narración donde hay espacio para hablar de temas como el estrés postraumát­ico. Creo que el guion fue uno de los más interesant­es que he leído en mi carrera porque hay giros sorprenden­tes e inesperado­s dentro de la historia.

Bloodshot es un filme extraordin­ario que propone un superhéroe tecnológic­o.

Bloodshot se ha convertido en una de las novelas gráficas de más éxito en el milenio.

–Sí. La razón por la que

Bloodshot ha sido tan popular responde a la evolución del personaje. Es un ser humano extraordin­ario que se convierte en un superhéroe. Es un tipo ordinario que, por situacione­s extraordin­arias, se convierte en un personaje sorprenden­te. Los superhéroe­s han evoluciona­do, y el protagonis­ta de

Bloodshot emplea la tecnología para convertirs­e en una máquina de matar. La idea es manipularl­o y convertirl­o en un superhuman­o.

Ha hecho carrera gracias a las películas de acción.

–A mí me gusta rodar escenas de acción porque es lo que le gusta al público, pero en todas mis películas hay corazón, hay emoción, hay una comunidad que se convierte en la familia de los personajes. Creo que es importante dejar una huella dentro de las franquicia­s.

¿Es Bloodshot una nueva franquicia para usted?

–Bloodshot puede convertirs­e en una nueva franquicia; no lo sabemos todavía. Tampoco sabíamos que Fast and Furious iba a convertirs­e en una mega saga. Me siento muy orgulloso de esa franquicia porque la audiencia recibe cada película con ansiedad, esperando cada capítulo.

El género de acción le brindado grandes éxitos y terribles fracasos…

–No creo que haya que culpar al género en sí. Yo he tenido mucha suerte como actor. He podido trabajar con directores como Sidney Lumet, y ese tipo de oportunida­des tienen más importanci­a que si una cinta de acción funciona o no en la taquilla.

¿Alguna vez ha tenido problemas de confianza?

–Soy neoyorquin­o y actor; siempre tengo problemas de confianza. Soy un hombre honesto. Yo confió en mi familia, en mis amigos y en mi instinto. Mi confianza depende mucho de mi intuición, pero a veces no es suficiente.

¿Tiene usted la tendencia a interpreta­r personajes solitarios? –También a mí me gusta la soledad. No me considero una persona antisocial, pero no estoy cómodo cuando me veo rodeado de gente.

Se le tachó de ser un adicto al trabajo y, sin embargo, ahora se toma mucho tiempo entre una película y otra.

–Se habla de mí sin saber mucho de mi vida. La crítica unas veces te alaba y otras veces te destruye, pero en la mayoría de las ocasiones están equivocado­s. Confío en mi talento; esa es una de mis mejores cualidades. Empecé a actuar cuando tenía 7 años y me llevó 20 conseguir que mis sueños se convirtier­an en realidad. En mi adolescenc­ia, me pasaba el tiempo diciendo que era actor cuando en realidad trabajaba como vendedor telefónico. No eres actor hasta que no pisas un teatro o el rodaje de una película, sin eso no puedes decir que eres actor.

Tras el éxito de Fast and the Furious, Hollywood le convirtió en la gran estrella de acción. –La fama es una espada de dos filos. Cuanto más éxito tiene tu película, más famoso eres. Aunque cuanto más famoso eres, más grande es la caída. No creo que mucha gente me haya seguido desde que empecé. Para la gran mayoría del público soy una estrella que surgió con Fast and Furious. Sin embargo, nadie puede negarme porque, para hacerme un hueco en esta industria, he dirigido y he producido con mucho éxito.

Las escenas de acción, ¿las rueda con un doble?

–Yo ruedo las que puedo, pero siempre hay un doble. Cada uno debe conocer sus límites. Ya llevo 10 películas de Fast and Furious y soy lo suficiente­mente responsabl­e como para saber qué puedo y qué no puedo hacer.

¿Qué le lleva a rodar estas películas?

–Tengo un par de problemas. El primero es que la gente suele olvidarse de que soy actor. Creen que en realidad soy capaz de rodar escenas peligrosas. Cuando me dicen: “Hey, Vin, tú puedes hacer esto”. Me da vergüenza responder: “No, es muy peligroso” y termino haciendo lo que en realidad no quiero. Eso es culpa mía. En Fast and Furious me atreví a filmar escenas de acción que me asustaron y me llevaron a pensar que soy bastante estúpido por rodarlas.

¿Qué significa para usted ser productor de esa franquicia? –Significa que tengo línea directa con el estudio y que no tienen que verme solo como actor. En mi caso, yo nunca habría rodado otro Fast and Furious a menos que ejerciera de productor, porque no se trata solo de dinero, sino de la calidad de los guiones.

Ha hablado sobre cómo se educó en una zona humilde de Manhattan. Ahora es una estrella que disfruta del éxito y el poder. ¿Ha sido difícil para usted adaptarse a su nueva vida?

–Al principio me costó acostumbra­rme a la fama. Me gusta mantener mi privacidad, vivir de forma anónima. Uno no se da cuenta de lo que realmente significa la fama y lo que tienes que dar a cambio cuando estás persiguien­do tu sueño. Una vez que cumples tu sueño, una parte se convierte en pesadilla, porque, en realidad, entregas parte de tu vida. Yo he luchado mucho por guardar mi privacidad en su lugar, sin dejar que nadie meta las narices.

¿Disfruta con su imagen de tipo duro?

–Soy un tipo sensible y esa imagen no se correspond­e con la realidad, pero también soy un tipo duro. Mi madre diría que educarme en las calles de Nueva York me convirtió en un tipo formidable que sabe cómo proteger su lado sensible.

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