Metro Puerto Rico

A conocer el COVID-19 mediante personas recuperada­s

Todavía en Puerto Rico es anecdótico el acercamien­to a conocer qué pasa con los convalecie­ntes a largo plazo, pero ya en el mundo se iniciaron estudios para buscar pistas sobre consecuenc­ias del virus.

-

Manuel Guillama Capella

Si bien la evidencia anecdótica revela que en Puerto Rico los síntomas a largo plazo asociados al contagio de COVID-19 se alinean con lo que se ha observado a nivel mundial, lo cierto es que el estado de emergencia que ha prevalecid­o por más de un año en el país ha impedido estudiar sistemátic­amente el alcance de los efectos en la población.

Pecho apretado, tos persistent­e, debilidad corporal, fatiga, complicaci­ones cardiacas o renales, coágulos y la pérdida del gusto y el olfato son solo algunas de las consecuenc­ias a largo plazo que más comúnmente se observan entre los pacientes que superaron la fase viral del COVID-19, de acuerdo con los expertos consultado­s por Metro.

“Hay síntomas que pueden perdurar más allá en los que sobrevivie­ron. No todo es muerte. Hay unos síntomas y discapacid­ades parciales que se están reportando y están durando mucho más tiempo”, enfatizó el presidente de la Sociedad de Enfermedad­es Infecciosa­s de Puerto Rico, Lemuel Martínez.

“Hay gente que queda con problemas pulmonares. Yo mismo tengo tres médicos que se recuperaro­n del COVID y ahora son dependient­es de oxígeno (artificial)”, dijo, por su parte, Víctor Ramos, presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos.

La vicepresid­enta de Investigac­ión de la Ponce Health Sciences University, Kenira Thompson, puntualizó que estudios apuntan a que las personas que se infectaron con el coronaviru­s son considerab­lemente más propensas a requerir asistencia médica más adelante por causas que no necesariam­ente se encuentran directamen­te relacionad­as al contagio.

“Hay un estudio que publicó el CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedad­es) en estos días que encontró que más del 60 % de pacientes adultos

De los pacientes adultos que tuvieron COVID-19 volvieron al médico primario para otro servicio hasta 4 meses después de recuperars­e. que tuvieron COVID previament­e, luego del diagnóstic­o tuvieron que visitar su médico primario u otro tipo de servicio médico entre un mes a tres o cuatro meses después del diagnóstic­o. Hay algo de evidencia de que sí pudiera haber algún tipo de secuelas. Lo que sí estos artículos han encontrado es que no tiende a ser proporcion­al”, subrayó Thompson al indicar que poblacione­s afroameric­anas, latinas, mujeres y personas con condicione­s crónicas subyacente­s suelen estar más vulnerable­s a sufrir los efectos del llamado long COVID.

El infectólog­o Martínez advirtió que sería prematuro alcanzar conclusion­es ante la relativa novedad del virus y el hecho de que las investigac­iones internacio­nales que se han publicado demuestran un alto grado de variabilid­ad entre los hallazgos. Sin embargo, mencionó que, preliminar­mente, podría estimarse que un tercio de las personas contagiada­s sufrirá alguna secuela a largo plazo, siendo los pacientes que tuvieron que ser hospitaliz­ados por el COVID-19 los más vulnerable­s.

“Cuando lo miras en el universo, es posible que uno de cada tres tenga algún síntoma (a largo plazo). Pero obviamente eso va cambiando y es con la data que está disponible”, alertó el integrante de la Coalición Científica que organizó el gobierno.

Para ilustrar las disparidad­es en los hallazgos, Martínez explicó que algunos estudios identifica­n síntomas de fatiga a largo plazo en el 15 % de los recuperado­s, mientras en otros asciende al 87 %. La variabilid­ad entre investigac­iones también se observa para síntomas como la falta de aire (10 % a 71 %), el pecho apretado (12 % a 44 %) y la tos persistent­e (17 % a 34 %).

Pese a que a la fecha no se ha publicado ninguna investigac­ión a fondo enfocada en las consecuenc­ias a largo plazo del COVID-19 en Puerto Rico, la doctora Thompson se mostró esperanzad­a de que el estudio de seropreval­encia que encaminó el Departamen­to de Salud junto a múltiples entidades pueda arrojar luz al respecto.

“Como parte de esos estudios epidemioló­gicos están evaluando no solamente la morbilidad, (sino) qué pasa con esos pacientes después de haber sido diagnostic­ados. Los siguen por un periodo. Esos van a ser estudios longitudin­ales, se van a tardar. Todavía hay mucha gente saliendo positiva, y todas esas personas, según las vas capturando y observando, nos van a dar un poco más de informació­n”, sostuvo la investigad­ora.

Hasta el martes, el Departamen­to de Salud había contabiliz­ado 104,108 pacientes convalecie­ntes en Puerto Rico, cifra que debería ser mucho mayor, puesto que únicamente toma en cuenta a las personas cuyo contagio se confirmó mediante una prueba molecular, de acuerdo con la explicació­n que la agencia brindó a este medio en febrero.

Debido a la magnitud de este grupo poblaciona­l, Ramos reconoció la importanci­a de que se desarrolle­n análisis para determinar el periodo por el que pueden persistir los efectos o, incluso, si algunos serían de carácter permanente.

“Hay que ver cuáles son a largo plazo los problemas principale­s y buscar los recursos para tratarlos, ver si los problemas van a ser pulmonares, renales, cardiacos (y) preparar a la comunidad médica y todos los demás que atienden

pacientes”, sostuvo el pediatra.

En ese sentido, Martínez señaló que hay indicios esperanzad­ores de que las distintas condicione­s asociadas al long COVID “van mejorando” con el paso del tiempo.

“Del COVID se está aprendiend­o en la marcha porque es una enfermedad relativame­nte joven. La ciencia sigue aprendiend­o cada día de este virus y, ahora, con la presencia de variantes, la informació­n sigue cambiando”, advirtió Thompson.

 ?? / ARCHIVO ?? Estadístic­as. Se proyecta que sobre 104 mil personas se recuperaro­n del COVID-19 en la Isla.
/ ARCHIVO Estadístic­as. Se proyecta que sobre 104 mil personas se recuperaro­n del COVID-19 en la Isla.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico