Amor por la cocina: un saldo de la pandemia
Costumbres. La cultura de quedarse en casa y teletrabajar significa que cada vez más personas dedican tiempo a la cocina.
Uno de los cambios que la pandemia ha dejado es definitivamente el interés por la gastronomía. Ante el confinamiento global, muchos dedicaron más tiempo a la cocina y otros mejoraron sus habilidades culinarias.
Todo esto ha sido comprobado en el estudio Cocinar en casa: comportamientos en la nueva normalidad, la primera investigación desarrollada por AMC Networks Internacional – Latin America (AMCNI-LA) generada desde El Gourmet. Dicho análisis se llevó a cabo en cinco países: Colombia, México, Argentina, Bolivia y Perú. Allí se pueden ver datos de la nueva tendencia y los hábitos de cocinar en casa luego de la pandemia.
Hablamos sobre los hallazgos con Andrés Felipe Gómez Osorio, psicólogo experto en el tema.
Cocinando 51 días al año Según el estudio, más de 8 de cada 10 personas en Latinoamérica cocinan entre una y cuatro horas por día. Este valor incluye el acto completo: desde la compra de los ingredientes necesarios hasta el lavado de los platos.
De acuerdo con el experto, la pandemia de COVID-19 generó muchos cambios a nivel mundial. Uno de los aspectos que más se vio afectado fue nuestra psique; la crisis mundial, el constante flujo de información, los cambios de rutina, entre otros, que de cierta manera fueron propiciadores de la aparición de síntomas de depresión, ansiedad, tristeza, miedo, ira y demás emociones negativas. “De esta situación crítica surge la cocina como una forma muy creativa para poder sobrellevar este cúmulo de sentimientos y emociones. Resulta que el poder cocinar más seguido fue lo que se conoce en psicología como catarsis, una respuesta positiva, una terapia para enfrentar la situación que se está viviendo”, apuntó.
Preparar comidas para un círculo cercano Cocinar es mucho más que preparar los alimentos para nutrir el cuerpo: es un hábito individual o familiar, asociado al compartir y a la gratificación personal. Según el estudio, los latinoamericanos cocinan para sí mismos, primero, y para su pareja, en segundo lugar. En tercer orden, los destinatarios son los hijos. Además, durante el confinamiento: el 54 % aprendió a preparar nuevos platos o postres. Al 41 % de las familias ahora les gustan más sus comidas y el 35 % disfruta de cocinar y de preparar postres más que antes.
Gómez Osorio explicó que el hecho de cocinar para familiares y amigos abrió la oportunidad de reconectar con nuestros seres queridos, fomentó espacios para el trabajo en equipo y creó escenarios donde se tuvieron que replantear aspectos de la convivencia en familia afectados por la pandemia, como por ejemplo los horarios a la hora de cocinar y quién debía salir a comprar los víveres, entre otros.
Estos aspectos ocasionaron que se abrieran nuevos canales de comunicación para estos nuevos actores, pero se debe resaltar que, aunque en muchas ocasiones estos cambios generaron una nueva dinámica en las familias, en algunas el cambio fue demasiado abrupto, ocasionando dificultades.
Haciendo recetas con toques propios
En los cinco países encuestados, la búsqueda del término ‘recetas’ en internet aumentó más de 129 %. Al momento de ponerse manos a la obra, los encuestados declaran que planifican lo que van a cocinar, aunque el 92.4 % manifiesta que le agregan a la preparación su toque personal.
“Una de las consecuencias más importantes que obtuvimos gracias a esta pandemia fue el redescubrimiento de la cocina. Se abrió la caja de pandora en relación a las emociones que nos provoca el cocinar”, agregó Gómez Osorio.
La salud guía la adopción de los hábitos alimenticios y del tipo de alimentación
Según el estudio, casi la totalidad de los entrevistados (98.4 %) tiene algún tipo de cuidado en lo que come, así sea mínimo. Para muchos no es un secreto que las épocas de crisis siempre generan cambios que a su vez pueden generar valiosas oportunidades. Muchas personas no se hubieran arriesgado a cocinar antes de la pandemia, ya sea por desconocimiento sobre la materia o temor de realizar algo de manera errónea. “Dada las circunstancias globales, muchas personas redescubrieron la cocina como un elemento sanador que les inyectó esperanza y confianza en sí mismas, se podría afirmar que en cierto sentido el reencontrarse con la cocina ha servido como una especie de terapia a las personas en el mundo”, puntualizó el psicólogo experto.
El estudio concluye que al descubrir los beneficios de la cocina en casa, junto al despertar de cocinar por amor y no por obligación, lleva a la introspección sobre los nuevos hábitos alimenticios y cómo los alimentos no solo saciaban, sino que también mejoran la salud física, mental y la comunicación familiar.