Los y las elecciones del 2024
Cuando el presidente Biden ganó en Georgia y Arizona camino a la Casa Blanca en 2020, muchos republicanos calificaron el resultado como una casualidad, un resultado fuera de la norma producto de las condiciones provocadas por la pandemia mundial.
La elección de segunda vuelta en el Senado en Georgia, junto con los resultados de las elecciones en Arizona, demostraron que ese argumento era erróneo. Los dos estados, ambos sólidamente republicanos hace unos años, ahora tienen cuatro senadores demócratas por períodos de seis años.
El resultado de mitad de término deja en claro que el campo de batalla político de la nación ha cambiado: el camino hacia la Casa Blanca en 2024 atravesará el sur y el suroeste. Los grandes estados industriales que bordean
losGrandesLagos,quedominaronlosúltimos ciclos electorales, siguen siendo importantes, pero ya no parecen ser determinantes.
Eso no solo cambiará dónde hacen campaña los candidatos presidenciales, sino también la naturaleza de los votantes en los que se enfocan. Para los demócratas, el cambio intensificará la necesidad de movilizar a los votantes negros y latinos cuyo apoyo necesitan para ganar los estados del sur y suroeste. Para los republicanos, el que ambos estados tengan electorados relativamente jóvenes podría llamar más la atención sobre el déficit del partido con los millennials y Gen Z.
Hace una generación, la mayoría de los estados estaban en juego en las campañas presidenciales. Ya no. La lista de estados verdaderamente competitivos se ha reducido
constantemente. Aunque Georgia y Arizona se han sumado a la lista, la competencia entre los partidos en otros estados ha desaparecido.
Florida, que estuvo entre los estados más divididos entre 2000 y 2016, se inclinó hacia el Partido Republicano en 2020 y avanzó aún máshaciaelladorepublicanoenlaselecciones intermedias de este año, en parte debido a las ganancias entre los votantes latinos que los republicanos han logrado en el estado. Dado el alto costo de hacer campaña allí, es probable que los demócratas no inviertan mucho en tratar de capturar el estado en 2024, especialmente si el gobernador Ron DeSantis es el candidato republicano.