JAMES CAMERON
“Pensé en cómo podía hablar con los adolescentes de una forma que tuviera sentido para ellos”.
una familia alienígena en el contexto de la vida submarina.
Una cinta de Aventuras la luna, The Way of Water vuelve a contar con los protagonistas Jake Sully y Neytiri, ahora padres de cinco hijos. A diferencia de la primera película, que trata sobre la codicia humana en los proyectos de minería y extracción, Cameron dijo que la segunda historia expone la explotación humana de los océanos con la esperanza de generar conciencia sobre los problemas medioambientales. “La narración te obliga a sentir empatía por los océanos y luego, tal vez, al menos para algunas personas, eso puede traducirse en un tipo de acción”.
Con respecto al tiempo del largometraje, que dura más de tres horas, Cameron confía en que los espectadores disfruten en el cine sin sentirse incómodos. “Es más corta que Titanic, y esa película funcionó bien”. También contó cómo desarrolló las primeras etapas del proceso. “Es importante que una secuela honre lo que la audiencia disfrutó en la primera entrega, pero también hay que encontrar un equilibrio y sorprender. Personalmente, creo que este es un filme que hay que experimentar”.
Avatar y sus secuelas (hay más entregas previstas para el futuro) son la propiedad cinematográfica más valiosa que Disney obtuvo a través de su adquisición de
21st Century Fox por $71,300 millones en 2019. La compañía ha creado una atracción del mundo Pandora en su parque de diversiones Animal Kingdom, en Florida, y el nuevo CEO de la compañía, Bob Iger, apuesta por cosechar frutos de la saga Avatar.
Cameron no se inmuta ni ante los críticos ni ante los escépticos y parece deleitarse con el desafío. “La película tendrá que estar entre las cinco más taquilleras para ser un éxito”. Con el objetivo de recaudar más de $2 mil millones, el realizador apuesta muy alto en un año pospandemia y sin el lucrativo mercado de Rusia.
“Tengo que decir que me ha llevado mucho tiempo rodar este filme porque empecé haciendo expediciones en el océano. Luego, escribimos cuatro guiones. Después, tuvimos que diseñar las películas. Y, ahora, vamos a poder estrenar una película de esta saga cada dos años. Así es como se juega este juego si quieres crear un mundo que la gente disfrute y entienda”.
Sus ambiciosos planes requieren un éxito comercial de los que ya no se consiguen en la industria del cine. Para un tipo como Cameron, el reto es una aventura. De hecho, el director calcula sus luchas en términos heroicos. “Trato de vivir con honor, aunque me cueste millones de dólares y me lleve mucho tiempo”, dijo.
En un Hollywood de traiciones, donde la palabra sin contrato vale menos que un cacahuete, el realizador admitió que nunca se ha dejado atrapar. “He tratado de no dejarme engañar por el sistema jerárquico de Hollywood. Personalmente, no me gusta cuando la gente es deferente conmigo porque soy un cineasta establecido. Sigo manteniendo una sensibilidad de clase trabajadora”.