¿Cómo han cambiado nuestros cerebros los smartphones?
Metro World News
Hace 50 años, la llegada de los teléfonos móviles marcó el comienzo de una nueva era de conectividad instantánea, que nos permite comunicarnos sin esfuerzo y acceder a una gran cantidad de información a la carta. Aunque las ventajas de estos dispositivos, convertidos en modernos smartphones, son innegables, cada vez preocupa más las posibles consecuencias que pueden tener sobre nuestras funciones cognitivas.
Algunos estudios recientes ya han demostrado que el acceso constante a la información ha alterado nuestra capacidad de atención, mientras que otros sugieren que puede afectar a nuestra capacidad de pensamiento divergente o creatividad. La conectividad contínua también ha provocado un aumento de la multitarea y de la atención dividida, lo que puede afectar a la concentración y al rendimiento cognitivo.
“La dependencia de los teléfonos inteligentes, para la recuperación de información y la comunicación, también ha provocado cambios en los procesos de memoria, ya que las personas tienden a descargarla
en sus dispositivos. Además, la gratificación instantánea y los mecanismos de recompensa asociados al uso del móvil pueden influir en la liberación de dopamina y reforzar ciertos comportamientos”, explica a Metro Shahnawaz Sadique, experto en tecnología y fundador de TheViralPink.Com.
Según Cecilia Castellanos Vázquez, psicóloga clínica especialista en psicología sistémica con sede en Ciudad de México, los teléfonos han cambiado significativamente la forma en que nos relacionamos con nuestro entorno, modificando así el funcionamiento de nuestro cerebro.
“Es muy pronto para sacar conclusiones definitivas sobre el efecto de los teléfonos inteligentes en nuestra cognición, pero ya podemos ver
algunas señales de cómo nos hemos adaptado a estos aparatos”, dijo.
Castellanos Vázquez concluyó: “No creo que la demonización de los avances tecnológicos sea la solución a estos problemas. Es esencial recordar
que los móviles son herramientas y deben utilizarse como tales. Al mismo tiempo, es importante crear modelos educativos que permitan a las nuevas generaciones crear criterios saludables para el uso de estos aparatos”.