Las turbulencias se intensifican con el calentamiento global
Las turbulencias graves han aumentado más de un 50 % en los últimos 40 años y este incremento podría estar relacionado con el calentamiento global.
“Tras una década de investigaciones que mostraban que el cambio climático aumentará las turbulencias en el aire despejado en el futuro, ahora tenemos pruebas que sugieren que el aumento ya ha comenzado. Deberíamos invertir en mejores sistemas de previsión y detección de turbulencias, para evitar que el aire más agitado se traduzca en vuelos más accidentados en las próximas décadas”.
PAUL WILLIAMS, profesor y científico atmosférico de la Universidad de Reading y coautor del estudio
Se prevé un aumento en el número de turbulencias en los vuelos de todo el mundo debido al calentamiento global. Las turbulencias pueden causar pánico entre los viajeros aéreos y, en casos extremos, lesiones graves o incluso la muerte.
Según datos de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, entre los años 2009 y 2021, hubo 30 pasajeros y 116 miembros de la tripulación gravemente heridos debido a las turbulencias entre los millones
de personas que vuelan cada año. De hecho, el pasado mes de marzo, se informó de la muerte de una mujer en Estados Unidos tras las graves turbulencias sufridas en un avión privado.
Según una investigación reciente, el problema de las turbulencias podría aumentar gracias al calentamiento global, que influye en las corrientes de viento y de chorro por las que pasan los aviones y que hace que aumenten este tipo de accidentes en las rutas aéreas.
Un nuevo estudio de la Universidad de Reading demuestra que
las turbulencias en el aire, invisibles y peligrosas para los aviones, han aumentado en varias regiones del mundo y que los cielos sobre los que vuelan los aviones están más agitados hoy que hace cuatro décadas, porque las turbulencias han aumentado al cambiar el clima.
Según la investigación, en un punto típico sobre el Atlántico Norte —una de las rutas de vuelo más transitadas del mundo— la duración total anual de las turbulencias graves aumentó un 55 %, de 17,7 horas en 1979 a 27,4 horas en 2020. Las turbulencias moderadas
aumentaron un 37 %, de 70,0 a 96,1 horas, y las ligeras un 17 %, de 466,5 a 546,8 horas.
El equipo responsable del estudio, publicado en Geophysical Research Letters, afirma que los aumentos son coherentes con los efectos del cambio climático. El aire más cálido provocado por las emisiones de CO2 está aumentando la cortadura del viento en las corrientes en chorro, lo que refuerza las turbulencias de aire claro en el Atlántico Norte y en todo el mundo. “El cambio climático a la altitud a la que vuelan los aviones afecta a los vientos de la corriente en chorro (un flujo de aire que fluye de oeste a este y que los aviones suelen aprovechar para reducir el tiempo de viaje y el consumo de combustible) de tal manera que cabe esperar más turbulencias”, explicó a Metro Mark Prosser, estudiante de doctorado del Departamento de Meteorología de la Universidad de Reading y autor del estudio.
Aunque los mayores aumentos se han registrado en EE.UU. y el Atlántico Norte, el nuevo estudio constata que otras rutas de vuelo populares sobre Europa, Oriente Medio y el Atlántico Sur también han registrado aumentos significativos de las turbulencias.
“Las turbulencias hacen que los vuelos sean agitados y, en ocasiones, son peligrosas. Las compañías aéreas tendrán que empezar a pensar en cómo gestionar el aumento de las turbulencias, ya que solo en Estados Unidos cuestan al sector entre 150 y 500 millones de dólares anuales. Cada minuto adicional que se pasa viajando entre turbulencias aumenta el desgaste del avión, así como el riesgo de lesiones para pasajeros y auxiliares de vuelo”, concluyó Prosser.