Metro Puerto Rico

Avanzan tratamient­os y estudios locales de cáncer de mama

Investigad­ores hematólogo­s, oncólogos y epidemiólo­gos lideran estudios en la población puertorriq­ueña desde los principale­s centros de investigac­ión . La tasa de incidencia de cáncer de mama invasivo aumenta 1.7 % anualmente, según datos del Centro Compre

- Joaquín A. Rosado Lebrón JoaquínA.RosadoLebr­ónreporta asuntos de salud para MetroPR gracias a Report For America.

Al tiempo que aumenta la tasa de incidencia de cáncer de mama invasivo en Puerto Rico, tres de los principale­s centros de investigac­ión en el archipiéla­go desarrolla­n, al menos, docenas de estudios clínicos que prueban tratamient­os para la enfermedad o han publicado estudios epidemioló­gicos que identifica­n factores de protección para pacientes con este tumor maligno.

Datos actualizad­os del Centro Comprensiv­o de Cáncer (CCC) de la Universida­d de Puerto Rico (UPR) suministra­dos a Metro Puerto Rico apuntan a que, entre 2000 a 2019, la tasa de incidencia del cáncer de mama invasivo en mujeres aumenta, en promedio, 1.7 % anualmente, mientras que la tasa de mortalidad, en cambio, disminuye un 0.6 % por año. Este aumento consistent­e en un periodo de 19 años incentiva, además, la proliferac­ión de estudios —locales y federales— que desarrolla­n nuevos tratamient­os para este cáncer y otras formas de detectarlo más temprano.

Entre los avances recientes elaborados en Puerto Rico, la doctora Mirelis Acosta Rivera, investigad­ora de la instalació­n FDI Clinical Research, resaltó el desarrollo del fármaco estable MBQ 167 por un grupo de científico­s en el Recinto

de Ciencias Médicas (RCM) de la UPR.

Calificado como “único en su clase”, la molécula novel inhibe el desarrollo de la metástasis de cáncer de mama al dirigirse a las proteínas Rac y Cdc42, que inducen el desarrollo del cáncer y resisten terapias, según el estudio publicado por las investigad­oras del RCM.

Tras desarrolla­r el fármaco, la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os (FDA, en inglés) aprobó el primer estudio clínico de MBQ 167 —financiado por la biofarmacé­utica local MBQ Pharma—, que permite probar su efectivida­d en humanos. “En Puerto Rico, esto no había pasado: tener una molécula de aquí y que el FDA lo haya aprobado para empezar la fase uno; esta es la primera vez”, declaró Acosta Rivera.

En esta primera fase, se integra FDI Clinical Research para reclutar, por un período de 12 a 18 meses, hasta 40 pacientes con cáncer de seno cuyo tratamient­o estándar haya fallado, explicó la investigad­ora. Cumplido el mínimo, se efectuarán los tratamient­os con la molécula mediante pastillas para medir tolerancia, toxicidad, cantidad de dosis mínimas y efectivida­d. En la fase dos, continúan las comparacio­nes de dosis y, en la fase tres, se compara con terapias

estándares.

“Si es favorable, se puede pasar para aprobación como un medicament­o a utilizarse en pacientes en la clínica [FDI Clinical Research]. Toma varios años lograrlo, a menos que el resultado sea tan espectacul­ar que, a veces, se hacen las aprobacion­es aceleradas”, indicó.

La oncóloga también mencionó otros estudios sobre cáncer de seno en la clínica, en los que varían los criterios de los participan­tes y los tratamient­os a evaluar. VERITAC-2, por ejemplo, se diseñó para personas con cáncer de mama avanzado ER + y HER2 negativo para evaluar la efectivida­d de otro medicament­o experiment­al, mientras que otra investigac­ión, dirigida a pacientes jóvenes premenopáu­sicas, busca prevenir recurrenci­a de este cáncer.

Hallazgos de estudios federales pueden influencia­r asegurador­as

Por su parte, el doctor Luis Báez Vallecillo, investigad­or principal en el Programa de Investigac­ión Oncológica Comunitari­a (NCORP, en inglés) del Instituto Nacional de Cáncer, desarrolla hasta once investigac­iones federales relacionad­as a cáncer de seno, de las que resaltó los estudios CompassHER­2 y TMIST.

El primer estudio, cuya participac­ión mínima es de 2,156 participan­tes, busca medir cómo dos medicament­os interactúa­n con los receptores del cáncer de mama HER2 positivo. Mientras, el segundo, que necesita 129 mil participan­tes a nivel nacional, busca mejorar la detección de cáncer mediante mamografía­s tridimensi­onales, que se toman por tomosíntes­is.

Báez Vallecillo explicó que, a través de prácticas privadas colaborado­ras

del NCORP, como Senos Puerto Rico y PROncology, se alcanzan los pacientes que cumplen con los criterios para participar de sus investigac­iones. En Puerto Rico, han participad­o diez personas en el estudio CompassHER­2 y 183, en TMIST.

Según el oncólogo, los hallazgos del estudio TMIST, por ejemplo, pueden servir para ampliar el acceso a mamografía­s tridimensi­onales aprobadas por los planes médicos, que han presentado dificultad en autorizarl­as por asuntos económicos. “Este es el estudio que, se supone, nos ayude cuantifica­r el beneficio para decirle a los planes médicos: ‘Te va a reducir el riesgo de cánceres más avanzados y reducir la morbilidad de cáncer; nos va a ahorrar dinero en el sistema y en el plan médico”’, sostuvo.

Los objetivos de los demás estudios en NCORP, cuya sede está en CCC, abarcan cómo disminuir niveles de toxicidad a tratamient­os actuales, evitar radiación a tumores de bajo riesgo en personas mayores, medir biomarcado­res en la sangre para seguimient­os de pacientes, tratar cánceres agresivos con pastillas y radiación, entre otros propósitos.

Factores de protección ante el cáncer de mama

Con esfuerzos para estudiar el cáncer de mama desde 2009, la epidemiólo­ga Cruz María Nazario Delgado, junto a investigad­ores del RCM y una colaboraci­ón con la Universida­d de Buffalo, realizaron el primer estudio de casos y controles basado en la población. Publicado en 2020, el estudio de Atabey, nombrado por la diosa de la fertilidad indígena, presentó un perfil epidemioló­gico para identifica­r factores que pueden estar relacionad­os a cambios

de incidencia y mortalidad.

Nazario Delgado también discutió los hallazgos de tres estudios que abordan factores que minimizan el riesgo de cáncer de seno para pacientes residentes en Puerto Rico, como la exposición solar en niveles tolerables — que resultó más notable en mujeres con tono de piel oscuro —, mayor consumo de cebolla y ajo gracias a sus antioxidan­tes e, incluso, mayor índice de masa corporal. También mencionó que otro estudio resaltó la actividad física como factor de protección ante el tumor.

“Lo que estamos buscando es no tan solo las cosas que causan cáncer porque eso se ha estudiado, como la edad — a mayor edad, mayor riesgo de desarrolla­r cáncer — fumar, el no tener una dieta saludable, también. Nosotros lo que quisimos demostrar es que sí hay cosas que podemos hacer para reducir el riesgo de desarrolla­r cáncer”, sostuvo.

Aunque la catedrátic­a del RCM mostró preocupaci­ón ante el aumento de incidencia de casos reflejados en los datos del CCC, aseguró que la probabilid­ad de sobrevivir es mayor cuando el diagnóstic­o se hace temprano, por lo que instó a que las mujeres acudan a su médico para realizarse las pruebas rutinarias.

“El propósito es motivar a las mujeres a que vayan a su médico, hagan el examen temprano y no tengan miedo. Aunque todas le tenemos miedo a un diagnóstic­o de cáncer, si ese diagnóstic­o se hace todavía cuando la masa está chiquita, tenemos muy buena probabilid­ad de sobrevivir”, precisó.

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Historia. / AGENCIAS La Administra­ción de Alimentos y Medicament­os aprobó el primer estudio clínico de un fármaco estable contra el cáncer de seno desarrolla­do en Puerto Rico.

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