Las cosas que tienen que pasar no pasan
El futuro de Puerto Rico depende directamente de la capacidad que tengamos de completar a tiempo el proyecto más importante para el desarrollo económico de nuestra Isla: la reconstrucción de nuestro sistema de transmisión, distribución y generación de energía eléctrica. Así comenzamos el cuatrienio, y vamos camino a culminarlo poniendo en riesgo el mismo.
El proceso de reconstrucción y transformación del sistema eléctrico en Puerto Rico se encuentra en una fase crítica, marcada por varios procesos clave que podrían obstaculizar este desarrollo esencial. Un análisis del Centro para una Nueva Economía (CNE) destaca estos desafíos fundamentales que podrían
retrasar el progreso necesario mirando al futuro. De hecho, algunos auguran que la reconstrucción tomará al menos ocho años a partir del próximo.
Uno de los principales obstáculos es la reestructuración operativa y financiera de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). Además, se están iniciando proyectos a gran escala para reconstruir la red eléctrica y se está redactando un nuevo Plan Integrado de Recursos (PIR). Todos estos elementos convergen en un punto crucial al culminar este año. A estos desafíos se suman las diversas propuestas de reconstrucción, incluyendo aquella que está siendo preparada por el Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE).
La AEE ha estado negociando con sus acreedores desde julio de 2017, pero aún no se ha certificado un Plan de Ajuste de la deuda de la AEE. En agosto de 2023, la Junta de Supervisión Fiscal presentó un tercer Plan de Ajuste enmendado para reducir más de $10,000 millones de las reclamaciones de los acreedores contra la AEE en un 80 %, aproximadamente $2,500 millones, excluyendo las obligaciones de pensiones. Sin embargo, un grupo considerable de bonistas ha expresado su oposición al plan propuesto, lo que podría generar desafíos legales significativos.