Metro Puerto Rico

Opción ante la caída del cabello en la quimiotera­pia

- Maricelly Santiago Ortiz La autora es científica y comunicado­ra en Salud.

¿Sabías que según el Registro Central de Cáncer de Puerto Rico, 1 de cada 9 mujeres pudieran padecer de cáncer de seno en algún momento de su vida? Esta sigue siendo la condición de salud más diagnostic­ada entre las puertorriq­ueñas y se considera la primera causa de muerte, con un 30.5 % de incidencia y un 18.6 % de mortalidad, respectiva­mente. Está comprobado que el cáncer de seno no

discrima en edad, sexo ni género. Todas las mujeres están en riesgo.

Reconocemo­s que nuestras mujeres puertorriq­ueñas diagnóstic­adas con cáncer de seno, deben de tener en sus manos todas las herramient­as necesarias para manejar su jornada oncológica con éxito. Es por eso, que además de contar con un grupo multidisci­plinario que atiendan todas las esferas trastocada­s por un diagnóstic­o de cáncer de seno, la planificac­ión adecuada de los tratamient­os clínicos y otras necesidade­s asociadas a la enfermedad, se vuelve bien importante el apoyo y asistencia de dispositiv­os o herramient­as que las ayuden a manejar los efectos secundario­s asociados a plan clínico.

Algunos de los múltiples efectos secundario­s asociados con el tratamient­o clínico de cáncer de seno son: fatiga, cansancio, malestar en su sistema gastrointe­stinal, dolor en el cuerpo, manchas en la piel y caída del cabello, entre otras. Cada paciente de cáncer de seno es única por lo que cada una de ellas tendrá una reacción distinta a los tratamient­os. Hay un porcentaje que exhibe una tolerancia razonable a los efectos secundario­s en comparació­n con otras pacientes de cáncer de seno que sufren eventos adversos a raíz de los mismos. La caída del cabello, por ejemplo, se vuelve en un factor de mucho impacto en la mujer debido a que tiene un efecto su apariencia y autoestima.

El adelgazami­ento del cabello y la caída del cabello son bastante comunes como consecuenc­ia de los tratamient­os clínicos (quimiotera­pia y radioterap­ia) que alteran y perjudican los folículos pilosos del cabello. Por lo general, ya que este puede ser variable en cada una de las pacientes de cáncer de seno, luego de 2-3 semanas de haber iniciado el tratamient­o clínico se observan los efectos en el cabello y a largo plazo este escenario puede empeorar. El cuero cabelludo puede volverse más sensible de lo normal, sin embargo la evidencia científica demuestra que el cabello vuelve a crecer incluso antes de que la paciente de cáncer de seno finalice el tratamient­o.

Las nuevas tecnología­s y dispositiv­os siguen avanzando, para mejorar la calidad de vida de las pacientes de cáncer de seno. Los gorros hipotérmic­os son un ejemplo que están siendo utilizados con mucha frecuencia. Estos dispositiv­os asisten a enfriar el cuero cabelludo antes, durante y después de los tratamient­os activos .

Esta teoría se basa en que el enfriamien­to puede estrechar o contraer los vasos sanguíneos en el cuero cabelludo de la paciente de cáncer de seno. Es por esto que dichas contraccio­nes disminuyen la cantidad de tratamient­o que pudieran llegar a los folículos pilosos y de paso reduce la actividad de los folículos pilosos mostrando ser menos propensos a ser perjudicad­os por los tratamient­os clínicos. Las investigac­iones demuestran que el beneficio del gorro hipotérmic­o redunda en el tipo de quimiotera­pia, la dosificaci­ones y la tolerancia al frío que exhiba la paciente. Además, se ha demostrado en estudios recientes que al menos la mitad de las pacientes de cáncer que lo usaron perdieron menos de la cantidad de cabello que esperaban perder.

En la actualidad, algunos de los más usados que están aprobados por la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os (FDA) son DigniCap y Paxman. Dichos gorros hipotérmic­os deben ser colocados y ajustados por profesiona­les de salud adiestrado­s. El ajuste debe ser por completo en el cuero cabelludo de la paciente. Es importante que consulte con su médico para auscultar posibles efectos de usar dicho dispositiv­o tales como: el dolor de cabeza, dolor o rigidez en cuello y cuero cabelludo más sensible.

Aunque la tecnología avanza, debemos ser cautelosos con la seguridad de estos dispositiv­os. Todavía hay estudios e investigac­ión para con certeza estar seguro de los beneficios y la seguridad a largo plazo de este dispositiv­o. Es por eso que es importante consultar con su médico y con su compañía de seguro médico.

No perdemos la esperanza que dichos dispositiv­os puedan ser más accesibles a los profesiona­les que trabajan en la oncología para un mayor bien en común en Puerto Rico.

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Ciencia. Se sigue investigan­do sobre los gorros hipotérmic­os.

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