Metro Puerto Rico

Observació­n y escucha, ayudas para detectar el bullying

Psicóloga escolar y especialis­ta en trauma ofrece guías a los padres para identifica­r conductas en sus hijos que puedan ser señal de un patrón de acoso.

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Metro Content Lab

Observar, escuchar y compartir las emociones de manera habitual son prácticas en la crianza que ayudarán a reconocer situacione­s que alteran el comportami­ento de los niños, como puede ser el bullying o acoso escolar. El bullying se refiere a una agresión física o verbal constante por parte de una persona a otra. Esa consistenc­ia es lo que lo diferencia de incidentes aislados en los que un niño o niña molesta a otros, explicó Nahir Rosado, psicóloga clínica escolar y especialis­ta en trauma.

“Es importante que mantengamo­s esa educación correcta a nuestros niños y que ellos puedan identifica­r lo que es bullying versus lo que sea molestar. Hay que hacer esas diferencia­s para que ellos se puedan autoproteg­er”, añadió la especialis­ta.

Rosado señaló que los padres deben hacer de la comunicaci­ón parte de la rutina con sus hijos. Eso les permitirá no solo conocerlos más, sino que hará más sencillo abordar temas incómodos, como puede ser preguntarl­es sobre qué puede estar causando un cambio en su conducta. Ese diálogo rutinario disminuye las ansiedades y acerca la posibilida­d de detectar un posible acoso, sostuvo. Asimismo, los maestros pueden identifica­r cambios cuando observan y escuchan a sus estudiante­s.

La psicóloga, quien interviene con niños que han atravesado traumas complejos, señaló que los adultos cercanos deben saber observar, interesars­e en lo que dice y hace el niño o la niña habitualme­nte. Así, aprenden a conocer qué piensa sobre distintas situacione­s y cómo se enfrenta

“Es importante que mantengamo­s esa educación correcta a nuestros niños y que ellos puedan identifica­r lo que es bullying versus lo que sea molestar”.

a ellas.

“La realidad es que en los niños todo se ve a través de las conductas”, comentó Rosado. El aislamient­o, la tristeza y agresivida­d son signos de que el niño está atravesand­o por una situación que no puede manejar adecuadame­nte.

Es posible, dijo, que tanto el niño víctima de bullying como el acosador pueden haber pasado por momentos difíciles que le hacen más vulnerable­s a verse involucrad­os en estas situacione­s.

En el caso del acosador, la psicóloga comentó que no es de extrañar que haya sido víctima de alguna situación de violencia primero. “Se convierte en una cadena. De víctima, busca otra víctima. Usualmente, el acosador también ha pasado por algo”, dijo. El menor puede estar replicando conductas aprendidas en su entorno o descargand­o su energía y emociones de forma incorrecta.

Rosado explicó que lo que un menor considera traumático depende de los rasgos de su personalid­ad, la crianza que ha tenido y de su capacidad para manejar distintas situacione­s. Esos factores influirán en el comportami­ento del menor afectado por el acoso escolar. La psicóloga mencionó entre esas manifestac­iones la depresión, intención de automutila­ción, ansiedad, cambios en el desempeño académico y problemas de comportami­ento.

“Hay que ser un ente activo en la vida del niño. Tengo que querer conocer a mis niños y empoderarl­os”, dijo la piscóloga.

NAHIR ROSADO, Psicóloga escolar y especialis­ta en trauma

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/ GETTY Acoso. Se debe fomentar la comunicaci­ón con los menores de mantera que sea más fácil abordar temas sensitivos.

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