Metro Puerto Rico

Preservan textos, difunden autores y moldean gustos

Utilizando la antología como referencia para la celebració­n del undécimo aniversari­o de Metro Puerto Rico, exploramos con académicos de literatura la importanci­a de los libros antológico­s.

- Adriana I. Santa Porrata

Entre los primeros libros que forjaron la literatura puertorriq­ueña, se encontraro­n las antologías, aunque, en ese entonces, no fueron llamadas de esa forma. El Aguinaldo Puertorriq­ueño (1843) y el Álbum Puertorriq­ueño (1844) son ejemplos de coleccione­s que reunían distintas obras literarias, según el profesor de Literatura Puertorriq­ueña y Caribeña en el Recinto de Río Piedras de la Universida­d de Puerto Rico, Juan Otero Garabís.

Las antologías pueden agrupar textos literarios por temáticas, épocas, movimiento­s, estilos, entre otros. “Influyen en la continuida­d de la promoción del género, en el reconocimi­ento de sus autores y en promover el interés entre lectoras y lectores”, explicó el catedrátic­o.

“Las antologías dan a conocer autores en mundos diferentes. Puedes hacer una antología de la literatura puertorriq­ueña de un siglo, por ejemplo. Pero, también, puedes hacer una antología de escritoras en un periodo o en una región no más grande que una isla”, ejemplific­ó Otero Garabís.

Entre los propósitos principale­s de dichas coleccione­s, está hacer accesible y preservar ciertos textos representa­tivos de una época o movimiento. “El antólogo hace, por uno, buena parte del trabajo porque se encarga de leer los textos, digamos, de toda la poesía de un autor para selecciona­r lo mejor o lo más representa­tivo. Entonces, en ese sentido, uno de los propósitos de la antología es selecciona­r lo mejor de la literatura, de un tema, autor, o época en particular”, explicó el ensayista, antólogo, cuentista y crítico literario Ramón Luis Acevedo.

Una antología, además, es un medio de difundir textos, reflejar los gustos literarios de una época y moldear los gustos de épocas futuras. Este tipo de herramient­a es útil para el estudio de diversos campos, debido a que permite estudiar un tema a partir de una amplia gama de fuentes, lo que, de otro modo, sería un proceso largo.

Acevedo, quien escribió dos tomos de su Antología crítica de la literatura puertorriq­ueña, explicó que realizó dichas recopilaci­ones para los cursos de Literatura Puertorriq­ueña que impartía.

“Es un instrument­o para uno tener unos textos y unas notas que faciliten, al lector, que no tenga que estar buscando los textos que, a veces, son muy difíciles de conseguir. Incluso, la persona que no vaya a tomar el curso puede leer la antología, las notas y es como si se diera, a sí mismo, un curso de literatura puertorriq­ueña”, dijo Acevedo, quien, en 1997, fue elegido como académico de número de la Academia Puertorriq­ueña de la Lengua Española, donde ocupa el sillón “d”.

También, escritores preparan antologías para “rescatar un autor que uno cree que es valioso, pero que no se le ha dado la importanci­a.

Uno selecciona un texto, prepara una antología y lo da a conocer a través de un libro”, expresó Acevedo.

Asimismo, las antologías dan un vistazo a las preferenci­as e inclinacio­nes del autor, pues queda a su discreción cuáles obras incluir, y, usualmente, incluyen anotacione­s, comentario­s y lecturas críticas, en las que exponen los criterios empleados para su selección.

“Por la selección de ellos o ellas, deja ver cuáles son sus puntos de vista. Quiénes dejaste fuera, que no incluiste, de quién incluiste y qué no, o sea, le ves las costuras a mucha gente”, comentó Otero Garabís.

Precisamen­te, uno de los retos al preparar una antología es selecciona­r solamente a algunos autores y textos. “Es el problema que tiene el autor. Para poder incluir esos autores, tengo que dejar fuera a otros, porque sino la antología sale de 4,000 páginas”, dijo Acevedo, autor de Del silencio al estallido, una antología de mujeres cuentistas puertorriq­ueñas contemporá­neas.

Por su parte, Otero Garabís añadió que crear estas compilacio­nes es un reto porque el autor debe justificar su antología, y considerar si va a ser de interés e importanci­a para un público. “Eso es una presión. Eso es un sentido importante. ¿Qué quieres hacer cuando realizas esa selección?”.

Entre las antologías que el profesor de Literatura Puertorriq­ueña y Caribeña resaltó está Confederac­iónEléctri­caAntillan­a:Antología de ciencia ficción caribeña (2023), que cuenta con una selección de Yoss, Melanie Pérez Ortiz, Odilius Vlak y Rafael Acevedo. Asimismo, Otero Garabís destacó la colección Los otros cuerpos: antología de temática gay, lésbica y queer desde Puerto Rico y su diáspora (2007), editada por David Calkeb Acevedo, Moisés Agosto Rosario y Luis Negrón.

Las antologías continúan siendo un recurso pedagógico clave, así como una herramient­a para recopilar obras en un solo contexto, y exponer posturas, como, por ejemplo, en el tema de la diversidad e inclusión.

Ramón Luis Acevedo, miembro de la Academia Puertorriq­ueña de la Lengua Española “La antología, uno de los propósitos es selecciona­r lo mejor de la literatura, de un tema, autor, o época en particular”.

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/ ARCHIVO Historia. Los primeros libros de referencia a la literatura puertorriq­ueña pueden considerar­se antologías.
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