4 PREGUNTAS A... Jodie Show
Directora de marketing global de Kadence International.
¿Cuáles podrían ser las implicaciones del cambio hacia las nuevas preferencias de los consumidores? 1
—Son múltiples. Económicamente, hay una redistribución de la cuota de mercado que favorece a las empresas que dan prioridad a lo digital. Socialmente, puede haber un declive de las experiencias de consumo comunales. Desde el punto de vista medioambiental, el aumento de las emisiones de los envases y las entregas podría tener repercusiones, contrarrestadas por una posible reducción de la producción en masa y los residuos. En cuanto a la planificación urbana, la disminución de la afluencia a los comercios minoristas podría conducir a una nueva concepción de los espacios públicos y del uso de los inmuebles comerciales.
¿Qué estrategias recomendaría 2 a las empresas para seguir siendo relevantes en esta era del consumidor ermitaño?
—Aconsejaría a las empresas que se centraran en crear plataformas digitales sólidas que ofrezcan experiencias de usuario intuitivas. Deben aprovechar el análisis de datos para personalizar los servicios y predecir las tendencias de consumo. También es fundamental desarrollar cadenas de suministro ágiles, invertir en prácticas sostenibles y fomentar la participación de la comunidad a través de las redes sociales y los programas de fidelización. Por encima de todo, las empresas deben seguir siendo adaptables y estar abiertas a la innovación continua para satisfacer las demandas cambiantes de los consumidores ermitaños.
¿Seguirá creciendo la 3 tendencia del “consumidor ermitaño”?
— Es probable que la tendencia del consumidor ermitaño persista, si no crece. La comodidad y la eficiencia del consumo digital han establecido nuevos estándares difíciles de revertir. La huella psicológica de la pandemia en la conciencia colectiva de los consumidores seguirá influyendo en los comportamientos en un futuro previsible.
¿Qué se anticipa en lo 4 que respecta al gasto de los consumidores?
—Es probable que en el futuro el gasto de los consumidores esté más orientado a los valores y sea más consciente, haciendo hincapié en la sostenibilidad, la salud y el bienestar. La posibilidad de crisis mundiales recurrentes puede incitar a los consumidores a buscar marcas que demuestren fiabilidad y responsabilidad ética. La flexibilidad y la resistencia serán fundamentales, ya que los patrones de gasto pueden fluctuar en respuesta al flujo y reflujo de los acontecimientos mundiales. En general, seremos testigos de una base de consumidores más cautelosos, informados y capacitados tecnológicamente, que valoran la experiencia y la personalización por encima del mero consumo.