¿Mejor paga por las cesáreas?
Según los médicos obstetras entrevistados por Metro Puerto Rico el pago de las aseguradoras es similar en un parto vaginal y uno por cesárea.
No obstante, de acuerdo con el ginecólogo obstetra, Nabal Bracero, la comunidad médica reconoce que es un problema el alto nivel de cesáreas en Puerto Rico.
El especialista estableció que esto responde a múltiples factores, entre ellos las limitaciones de los recursos del hospital. También planteó que en la práctica se busca evitar la exposición a “riesgos innecesarios”, tanto a la madre como a su bebé.
“Cuando uno evalúa la tasa de cesáreas, tiene que verla con el lente de cuánta proporción de esa cesárea son primarias –que ocurren por primera vez- y cuáles son las secundarias. El reporte del CDC no hace esa distinción”, explicó Bracero.
Mencionó que muchas veces no hay la “capacidad de ofrecer un VBAC, que es un Vaginal Birth After C-Section”. Es decir, el intento de parto después de una cesárea.
Al decidir llevar a cabo un VBAC, se consideran los posibles riesgos que pueden presentarse después del primer embarazo. Bracero mencionó que el útero puede romperse y poner en riesgo las vidas, por eso en caso de ser necesario, se promueve una cesárea.
“Es un problema que reconocemos que existe y que tenemos que trabajar. Está lejos de lo que es ideal. Los servicios son seguros, se practica medicina al nivel de los Estados Unidos y que, muchas veces cuando se llega esa decisión, la intención del obstetra siempre será la seguridad del paciente”, expresó.
De otra parte, el especialista rechazó que las cesáreas se hagan alrededor de una agenda del médico. Bracero reiteró que este procedimiento quirúrgico se hace en colaboración con el paciente y que “no siempre será programada”, ya que el paciente tiene el poder sobre su cuerpo.
La inmigración ocupará un lugar prominente en la campaña presidencial de 2024 y continuará siendo uno de los temas más divisivos en la nación. Los republicanos pretenderán presentar los problemas en la frontera sur como evidencia de su argumento de que el presidente Biden está fracasando en su gestión para resolver el tema.
El expresidente Trump ha intensificado su ya incendiaria retórica antiinmigrante, acusando a los inmigrantes de “envenenar la sangre” de los estadounidenses. Se centró nuevamente en el tema en su discurso después de ganar los caucus de Iowa la semana pasada, diciendo que si fuera elegido impondría “un nivel de deportación que no hemos visto en la nación en mucho tiempo... desde la administración Eisenhower”.
Los demócratas se encuentran a la defensiva. El apoyo público a la inmigración, que aumentó durante los años de Trump, se ha desplomado desde que Biden asumió el cargo, sin duda en parte debido a las escenas caóticas en la frontera. Si bien las cuestiones de inmigración unen a los republicanos, las mismas dividen a los demócratas.
Encuestas recientes proporcionan evidencia clara de las divisiones entre los demócratas: cuando se les preguntó si los inmigrantes en Estados Unidos sin autorización han creado una carga para el país, los votantes republicanos dijeron casi unánimemente que sí. Los demócratas, en cambio, están divididos: aproximadamente 1 de cada 5 expresa que los inmigrantes crean una “carga importante”, 2 de cada 5 entienden que crean una “carga relativamente liviana” y alrededor de un tercio expresan que no son una carga.
El resultado de esto giro en las opiniones sobre los temas de inmigración es un debate unilateral: los republicanos han estado implacablemente al ataque y los demócratas han quedado inevitablemente a la defensiva.
Durante los últimos meses, la Casa Blanca, por ejemplo, ha estado intentando hacer concesiones a los republicanos con la esperanza de alcanzar un compromiso en materia de seguridad fronteriza
“Creo que ninguno de los dos precandidatos a Washington en el PNP fortalece o debilita a su aspirante predilecto a la gobernación. Es decir, son inconsecuentes en la carrera primarista por la silla en La Fortaleza”.
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