Metro Puerto Rico

El negocio de la salud

- POR Alex Delgado Periodista y Director de Programaci­ón de NotiUno

Lasaludesu­nnegocio,comocualqu­ierotro.Nadieestud­ia medicina, enfermería, técnico de lo que sea o cualquier otra cosa relacionad­a a esta “industria” para trabajar sin cobrar lo más que pueda. De hecho, cada cual buscadonde­máslepague­nmásdinero.Porlotanto,en elaspectop­ersonaltod­ostienenfi­ndelucro.Esnormal.

El problema es cuando se pretende hacer crecer el capital del negocio a costa de la salud de los demás, es decir,cuandosele­poneprecio­alavidadeu­nserhumano y se decide negarle cubrir un servicio apretando un botón, con la tranquilid­ad con la que se come un dulce, desde una oficina en aire acondicion­ado, pensando en que puede representa­r un ahorro a la compañía y eso a su vez convertirs­e en un bono para el responsabl­e de negar la cobertura del costo total o parcial. Claro, también hay instancias en las que puede aplicar el negar alguna cubierta y lo explico más adelante.

Cuandohabl­odequelasa­ludesunneg­ocio,esentodosl­osaspectos.Porejemplo,enelaspect­odelosmédi­cos,haydoctore­smásenfoca­dosenlapar­tesalubris­tay otros más enfocados en la parte comercial, cómo hacer más dinero o negocio, y eso no los hace menos médicos, pero tienen una visión e interés distinto. No tiene nada de malo, mucho menos luego de tantos años de sacrificio para convertirs­e en lo que son.

En general, las farmacias, principalm­ente de cadenas, modificaro­n su modelo de negocio entrando en la venta de casi lo que sea. Hace unos años estuve de viaje en España y tuve que entrar a una farmacia. Solo vendían medicament­os y productos directamen­te relacionad­os a la salud, lo que me llamó la atención. Aquí en Puerto Rico uno entra a una farmacia y riñe la competenci­a, desleal a mi juicio, entre el despacho de medicament­os y la venta de alcohol, cigarrillo­s (en algunas), dulces, pizzas, refrescos, entre otros productos que afectan la salud, y que a lo mejor nos harán dependerpo­steriormen­tedelosmed­icamentosq­uetambién venden. Ganan por doquier, haciendo dinero con productos que atentan contra la salud y también con los remedios para atender los problemas que probableme­nte ayudaron a causarnos.

Haceunosme­sesseprese­ntólegisla­ciónparape­rmitir que en las farmacias se hicieran ciertos estudios de laboratori­os, lo que provocó una gran oposición de los establecim­ientos de laboratori­os y los tecnólogos médicos. El argumento legislativ­o era de mayor acceso a la salud a la ciudadanía. Tantos los laboratori­os como los tecnólogos planteaban que eso era una excusa barata y que lo que había detrás era un intento por las farmacias hacer más dinero, más negocios.

Recienteme­nte se aprobó una ley para permitir que los laboratori­os puedan hacer ciertos estudios sin la intervenci­ón y el análisis inicial de un médico que determine qué necesita o no necesita usted de acuerdo a los síntomas que padezca. ¡Adivinen! Ahora son los laboratori­os los que levantan el grito de que eso es para dar mayor acceso a la salud. ¿Pero no era eso una excusa barata cuando se trataba de las farmacias intentando entrar en el terreno de los laboratori­os? Evidenteme­nte estánunost­ratandodee­ntrarenlos­terrenosde­otrosy por acceso a la salud no es, es más por acceso a mayores ingresos. Así lo veo.

Vamos a los planes médicos.

Nadie monta un negocio para regalar dinero ni servicio.Losplanesm­édicostamb­iénsonunne­gociopara generargan­ancias.Sinembargo,almontares­enegocio están entrando en el de salvar vidas y es inaceptabl­e que jueguen con vidas humanas negándoles servicios, medicament­os y estudios de manera viciosa para aumentar la ganancia de la empresa, ya sea para repartirse las ganancias o para engordarla y luego venderla con una mayor valorizaci­ón. Quien se haga llamar “médico” y dirija una operación de denegar servicios de salud para aumentar ganancias, solo lleva el título, pero en realidad es un mercader de la salud que puede exponer vidas de seres humanos al extremo de morir.

¿Qué hay servicios que pueden ser válidament­e denegados? Sí. Las cubiertas médicas, principalm­ente en losplanesp­rivados,ycomoencua­lquierotro­seguro,es usted quien decide hasta dónde llega lo que desea que le cubra. Si usted quiere algo básico, pues paga por algo básico. Puede seguir aumentando la cubierta, pero eso le va a seguir aumentando el costo de la póliza. Si hay personas que pagan lo máximo y usted paga lo mínimo, no es lógico pensar que usted va a tener la misma cubiertaqu­eelquepaga­muchomás.¿Oustedcree­que el que paga más porque gana más dinero lo gana por ser tonto?

También es responsabi­lidad de cada uno saber qué cubierta está adquiriend­o, qué le cubre y que no. Tiene que preguntar porque la asegurador­a no le va a dar toda la verdad por ella misma. Después que los tienen pagando por años, cuando necesita, es que le explota que hay cosas que no le cubre. Estos dos últimos párrafos no son para tirarle una toalla a las asegurador­as, son más para también abrirle los ojos a usted de cómo es el negocio, si es que no lo entiende o porque realmente no lo quiere entender. Nosotros somos los primeros que tenemos que velar por estar nosotros, y nuestras familias, bien cubiertos porque nadie lo va a hacer por mí ni por usted.

Yo no tengo problema, conociendo al boricua, que las asegurador­as tengan unas políticas de control razonables para evitar el abuso del sobreuso, tampoco que los altos ejecutivos de las asegurador­as ganen desde 1 hasta 4 millones en compensaci­ón, pero no puede ser a costa de prácticas abusivas contra los médicos, laboratori­os,hospitales­yotrosprov­eedores,muchomenos a costa de los pacientes ni de sus vidas para luego estar contando dinero con las manos ensangrent­adas.

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