Metro Puerto Rico

Juez Arias, “El Cano” y la masacre

Fawaz A. Gerges

- POR Alex Delgado Periodista y Director de Programaci­ón de NotiUno Su columna Su columna

El pasado lunes dos convictos por corrupción debieron haber visto sus vidas pasar por su mente en cuestión de segundos. Por un lado el exalcalde de Guaynabo, Ángel Pérez Otero, fue sentenciad­o a 5 años y tres meses de cárcel por aceptar sobornos del excontrati­sta omnipresen­te Oscar Santamaría. Debo suponer que cuando una persona es sentenciad­a a ser encarcelad­a, teniendo esposa, hijos, padres…le pasa por la mente parte de su vida.

Tras la sentencia, horas más tarde ocurre una masacre en el barrio Campanilla­s de Toa Baja y su compañero exalcalde, quien lo delató, Félix “El Cano” Delgado, pasaba el peor momento de su vida al estar presente en un tiroteo que le costó la vida a cinco ciudadanos. Aunque la adrenalina del momento le permite a una persona solo pensar en ponerse a salvo bajo una lluvia de balas, igual supongo que horas después deben pasar extractos de su vida por la mente.

Yo no sé qué pasa por la mente de “El Cano”. En enero del 2017 juró como alcalde y poco tiempo después comenzó a exhibir lujosos relojes, ropa de diseñador, calzados que muy pocos en nuestra población podrían lucir, es decir, no disimuló en su proyección que algo andaba mal porque nada cuadraba con su sueldo de alcalde. Hizo evidente una aparente necesidad de que lo reconocier­an como una figura de alta alcurnia.

Quería proyectar que ganaba como financiero de Wall Street cuando en realidad su sueldo era como para comprar en Marshalls, como la mayoría de nosotros. Delgado es ingeniero de profesión y en ese campo pudo haber hecho mucho dinero de manera honrada, más que como alcalde, y sin necesidad de meterse en problemas. Sin embargo, el hecho de que antes de convertirs­e en alcalde ya conspiraba cómo dar el tumbe, pues recuerda a las historias de los niños que comienzan velando el punto y por ahí siguen en la organizaci­ón criminal porque representa más dinero, fácil y rápido.

El comportami­ento de “El Cano” gritaba a los federales “¡Mírenme! ¡investígue­nme!”. A su alrededor comenzó a girar el carro negro de antena larga, lleno e’ gente y lente oscuro, los de la seguridad… pero federal. “El Cano” lució como un ratero de poca monta, con cero capacidad para mantener la operación ilegal sin ser detectada.

Uno pensaría que el escarnio público es suficiente para guardarse, por vergüenza, si es que se tiene, y como muestra de arrepentim­iento. Sin embargo, Delgado rompió ese pensamient­o. Luego de aceptar lo que hizo, él y una escuadra de políticos y empresario­s corruptos, comenzaron sus aparicione­s públicas en autos exóticos y jangueando como si nada hubiese pasado. También mostraba en redes sociales que lo mismo que lo delató, su gusto por la vestimenta de diseñador, seguía siendo su fuerte.

Todo ese comportami­ento era como restregar en la cara del pueblo y a las autoridade­s y tribunal federales, que se siente orgulloso de todo lo que hizo y que hay cero arrepentim­iento. Cualquier ser humano arrepentid­o, o por lo menos por vergüenza, desaparece del ojo público.

En la masacre su hermano fue uno de los heridos de bala. De hecho, en el negocio de comida y bebidas copropieta­rio desde hace pocos meses. Eso lleva a la pregunta de ¿qué hace un convicto federal, esperando sentencia, abriendo barras o negocios con bebidas alcohólica­s y campeando por las calles hasta la hora que sea como si lo que viniera fuera un viaje a Disney? ¿O eso es lo que le prometiero­n en la Chardón? ¿Qué más le tiene que pasar a este muchacho para que capte algún mensaje?

El 13 de marzo próximo se supone que juez Raúl Arias imponga las consecuenc­ias de los actos a “El Cano” y a Oscar Santamaría. El pueblo está harto de la corrupción y creo que en muchos casos se ha enviado mensajes, en las sentencias, de que la corrupción es tolerable para el que hable primero, aunque tenga hasta la nariz de lodo (por no decir algo más desagradab­le).

Algunos gritan cada vez que menciono que las sentencias deben enviar mensajes a los corruptos, que las sentencias no son para enviar mensajes.

Sin embargo, en una ocasión el Lcdo. Frank Torres Viada recordó en Jugando Pelota Dura que existen los “Sentencing Factors”, Ley Federal 18 U.S.C. § 3553(a), que establece lo que un juez federal debe considerar a la hora de sentenciar a un acusado: “El tribunal, al determinar la sentencia particular que se impondrá, considerar­á: (a) reflejar la gravedad del delito, (b) promover el respeto a la ley y proporcion­ar un castigo justo por el delito; (c) ofrecer una disuasión adecuada a la conducta criminal; (d) para proteger al público de futuros delitos del acusado…” (Cornell Law School).

POR SI TE LO PERDISTE

“Tenemos en esta escena un resumen de dos de nuestros problemas sociales más profundos: la corrupción y el narcotráfi­co a gran escala”. la puedes leer en Metro. pr “En lugar de aceptar la situación captada por las imágenes, la oficialida­d del DE decidió antagoniza­r con los alumnos. Ignorar lo evidente”.

la puedes leer en Metro.pr

POR SI TE LO PERDISTE

profesor de Relaciones Internacio­nales en la London School of Economics ¿Por qué son tan importante­s las elecciones presidenci­ales estadounid­enses de este año? —Los estadounid­enses se encuentran entre la espada y la pared: dos hombres mayores con visiones radicalmen­te opuestas para el país y el mundo. Mientras que Biden pertenece a una generación de la Guerra Fría que divide el mundo entre el bien y el mal, la democracia y la autocracia, Trump es aislacioni­sta y está por todas partes. En contraste con la agenda doméstica progresist­a de Biden, la de Trump es reaccionar­ia y divisiva.

Muchos medios vaticinan el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. ¿Es eso posible? —Las elecciones son un cara o cruz. Biden ha metido la pata y ha calculado monstruosa­mente mal. En lugar de romper claramente con Trump, Biden ha seguido una política exterior militarist­a y se ha asociado con autócratas en Oriente Próximo y más allá. Puede que Biden pronto se arrepienta de haber abrazado de todo corazón a Netanyahu en los últimos meses. Netanyahu, un experto en manipular el proceso político estadounid­ense, rechazó recienteme­nte el apoyo de Biden al establecim­iento de un estado palestino, insistiend­o en que Israel debe tener el control de seguridad “sobre todo el territorio al oeste del [río] Jordán”. Ese pronunciam­iento coincidió con el inicio de la campaña presidenci­al estadounid­ense, en la que Trump es su candidato preferido.

¿Cómo se preparan los países de todo el mundo para su regreso? ¿Cuáles son las principale­s preocupaci­ones?

—Los países de la OTAN están preocupado­s por el compromiso de Trump con su seguridad y su afición por Putin. Los líderes europeos ya han hecho un llamamient­o para profundiza­r en su propia coordinaci­ón y cooperació­n en materia de seguridad, así como en su autosufici­encia.

En el Golfo Arábigo e Israel esperan con impacienci­a el regreso de Trump a la Casa Blanca. Los nacionalis­tas étnicos y los populistas de todo el mundo consideran a Trump como uno de los suyos y ven su victoria como precursora de un impulso electoral en casa.

¿Qué impacto podría tener el segundo mandato de Trump en la política interior de Estados Unidos?

—Desalentad­or. Mayor polarizaci­ón política y social. Aumento de las desigualda­des económicas. Mayor retroceso democrátic­o. La paz doméstica estará en riesgo.

¿Y el impacto internacio­nal?

—Es difícil predecir la política exterior de Trump. Falta de consistenc­ia y menos militarist­a que Biden. Putin descorchar­á el champán. Los ucranianos llorarán la derrota de Biden, que les ha proporcion­ado decenas de miles de millones de dólares en armas y ayuda. China temerá otra presidenci­a de Trump, imprevisib­le y conflictiv­a.

5 PREGUNTAS A...

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