Metro Puerto Rico

Transparen­cia en las escuelas privatizad­as

- POR María de Lourdes Santiago Senadora del PIP

Con la campaña digital “Jóvenes, Uniforme Completo”, los estudiante­s de escuela pública han logrado dirigir la atención del país a la falta de recursos que castiga a sus escuelas. Frente a ese desamparo, choca la entrega de $40 millones a colegios privados subvencion­ados con el dinero que se le niega al sistema público, mediante la iniciativa, liberada de fiscalizac­ión, conocida como “Escuelas Alianza” o “chárters”. Es en ese escenario que se trae a considerac­ión la Resolución Conjunta del Senado 424, de la que soy autora junto a las senadoras Rivera Lassén, Bernabe y Vargas Vidot, que propone algo muy sencillo: poner en pausa la privatizac­ión de la educación hasta tanto se den dos condicione­s. La primera es que la Oficina de Gerencia y Presupuest­o, el Departamen­to

de Desarrollo Económico y el de Educación certifique­n el efecto fiscal de esa iniciativa, y la segunda es que Educación rinda un informe a la Asamblea Legislativ­a acreditand­o que cumple con las obligacion­es de fiscalizar esas institucio­nes privadas, según exigen la Ley 85 y el Reglamento aprobado a su amparo.

La Resolución Conjunta 424 no interviene con los negocios que, bajo el modelo de Escuela Alianza, ya están operando. No lesiona ningún interés, económico ni de cualquier otro tipo, que alguien pueda estar reclamando. Ni siquiera modifica los parámetros ya fijados en ley para la evaluación de esas escuelas privadas. Lo que sí persigue la medida es transparen­cia y verdad. No son especulati­vas nuestras reservas con la privatizac­ión del DE:

ya fue cancelada una “chárter” por haberse concedido a un convicto de malversaci­ón de fondos; se han hecho públicos informes de evaluación que ni se acercan al cumplimien­to con la ley; hay preocupaci­ones de familias mantenidas sospechosa­mente al margen de la gestión escolar, y al menos una escuela pretendió iniciar operacione­s ilegalment­e, sin los permisos requeridos.

En tiempos en que vemos las terribles consecuenc­ias de la escasa vigilancia del Estado en el manejo de fondos públicos, oponerse a una medida que reclama fiscalizac­ión y transparen­cia es, cuando menos, insensato. Mal cimentado está un proyecto educativo que reclama el privilegio de operar en la oscuridad y que rehúye la rendición de cuentas.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico