El suicidio y los adultos mayores en Puerto Rico
El autor, dramaturgo, periodista y filósofo Albert Camus comenzó su obra El mito de Sísifo afirmando que no existía un problema filosófico más fundamental y serio que el suicidio. Ese juzgar constante sobre si la vida vale o no vale la pena vivirla. Para Camus,solosepodríanresponderotraspreguntas relacionadas con la lógica o las categorías delaexistenciaunavezquelapregunta,¿Por qué debería seguir viviendo?, hubiera sido contestadasatisfactoriamente.Soloalguien que hubiera decidido que la vida vale la pena vivirlapodríaestarenposicióndeabordarlos demás asuntos del devenir de la historia.
Según información recientemente publicada por el CDC el número de suicidios en Estados Unidos aumentó un 2.6 % entre 2021y2022.Esosignificaquecasi50,000estadounidenses se quitaron la vida el año pasado, una cifra récord. En Puerto Rico la taza cruda de suicidios se redujo del 2021 al 2022 en 1.1 %. No obstante, se suicidan en nuestra Isla un promedio de 20 personas al mes.
La pregunta que estas estadísticas plantean es: ¿por qué tantos han respondido negativamente a la pregunta hecha por Camus?
Llama la atención que el número de suicidios entre hombres en los Estados Unidos es aproximadamente cuatro veces mayor que entre mujeres. Como indica el informe, los hombres representan aproximadamente el 50 por ciento de la población, pero constituyen el 80 por ciento de las muertes por suicidio. En Puerto Rico esos porcientos son más altos, siendo en promedio el 85 % de los suicidiosvaronesyun14.1%mujeres,auncuando las mujeres son un porciento mayor de la poblaciónenPuertoRico.Elgrupodemayor riesgoenlosEstadosUnidossonloshombres de75añosenadelante.EnPuertoRicolosdatos sugieren que el riesgo de mortalidad por suicidio aumenta con la edad y predomina entre el grupo de adultos de 40 a 69 años.
Estenúmerodesproporcionadodeadultos mayoresvaronesnosplanteaquealgosingular y puntual experimentan en la vida y en nuestra cultura que los hace inclinarse a tomar la decisión de quitarse la vida.
Desde mi perspectiva, dos cosas evidentes dentro de la sociedad occidental pueden sugerirsecomoposibleselementoscontribuyentes a esta tendencia. En primer lugar, la obsesión moderna con la juventud nos condena a todos a la ley de los rendimientos decrecientes.