Por Dentro

BACTERIA PELIGROSA

La infección con Helicobact­er pylori es la principal causa de cáncer de estómago

- Texto Ileana Delgado Castro ileana.delgado@gfrmedia.com

Es un tipo de cáncer del que casi no se habla. Por consiguien­te, muchos creen que no es común o que el riesgo no es alto, por lo que no hay que preocupars­e mucho.

Sin embargo, la realidad es otra. En Puerto Rico, el cáncer de estómago está entre los primeros diez tipo de cáncer que más afectan a los hombres. Además, está entre las primeras cinco causas de muerte por esta enfermedad.

Son los datos más recientes del Registro de Cáncer de Puerto Rico sobre la incidencia y mortalidad por cáncer de estómago que datan del 2010, indica la gastroente­róloga Marcia Cruz, directora científica del Centro Comprensiv­o de Cáncer de Puerto Rico (CCCPR) e investigad­ora del Recinto de Ciencias Médicas de la Universida­d de Puerto Rico.

De hecho, la especialis­ta destaca que para ese año en la Isla hubo aproximada­mente unas 400 personas diagnostic­adas con este cáncer, “más que el de páncreas”.

“Para esa fecha, en incidencia, el cáncer de estómago en hombres era el número siete. En mujeres era el número ocho; o sea que está entre los primeros diez tipos de cáncer más comunes. En mortalidad, en hombres es la causa número cinco de muerte por cáncer. En mujeres, es la número siete”, abunda la doctora Cruz, aunque aclara que en Estados Unidos este cáncer no está en aumento y en comparació­n con décadas anteriores, ha bajado.

En contraste, la investigad­ora resalta que en Puerto Rico la incidencia no ha disminuido tanto como en el continente norteameri­cano.

Precisamen­te, esa puede ser una de las razones de por qué la investigac­ión de este tipo de cáncer no es una prioridad a nivel nacional. “La mayoría de los fondos para hacer estudios vienen de los NIH (Institutos Nacionales de Salud) y como en Estados Unidos es tan baja la incidencia, este tipo cáncer no recibe muchos fondos para investigac­ión”, agrega la doctora Cruz.

Y aunque todavía no se han logrado políticas públicas que aumenten los fondos para estudiar este cáncer entre hispanos, la investigad­ora dice que en el Laboratori­o de Investigac­ión del Recinto de Ciencias Médicas llevan dos años haciendo estudios sobre cáncer de estómago en puertorriq­ueños.

PELIGRO REAL. Uno de los factores más importante­s para el desarrollo de cáncer de estómago es tener la infección con Helicobact­er pylori (H. pylori), una bacteria que se encuentra, aproximada­mente en dos tercios de la población mundial.

Según publica la Sociedad Americana de Cáncer, las infeccione­s con esta bacteria parecen ser la causa principal de cáncer de estómago.

“La infección por mucho tiempo con esta bacteria puede conducir a inflamació­n (gastritis crónica) y cambios precancero­sos del revestimie­nto interno del estómago”, agrega la informació­n.

De hecho, erradicar esta bacteria podría evitar un gran número de los casos de cáncer de estómago, de acuerdo con un informe de la Agencia Internacio­nal de Investigac­ión contra el Cáncer (IARC), pertenecie­nte a la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS). Además, destacan que está clasificad­a como carcinogén­ica para los humanos y se cree que es la causa del 80% de todos los cánceres de estómago.

“El H. pylori es el factor de riesgo más importante que conocemos hoy para el desarrollo de adenocarci­noma del estómago”, sostiene la doctora Cruz, mientras señala que la bacteria se combate con antibiótic­os. En cambio, si el paciente no recibe tratamient­o para eliminar la infección, surge la gastritis crónica y luego se corre el riesgo de desarrolla­r metaplasia gástrica, un cambio en la mucosa del estómago que puede degenerar en cáncer.

“Cuando te infectas con la bacteria H. pylori, te da como si fuera un cuadro viral. Pero usualmente la gente no le hace caso a eso; se toma medicament­os sin receta para tratar los síntomas y sigue. Eso puede, eventualme­nte, provocar el cambio de metaplasia, un cambio que no es reversible”, explica Cruz.

“Es un daño en que el estómago cambia su forma histológic­a de ser glandular y se convierte en un tejido que se parece al intestino”, describe Cruz, aunque aclara que no todo el que desarrolla metaplasia, tiene cáncer de estómago.

“Eso es como los pólipos en el colon, no todo el que los tiene va a desarrolla­r cáncer de colon. Pero definitiva­mente, si no ocurre metaplasia, no ocurre el adenocarci­noma de estómago”, agrega la especialis­ta.

Según un estudio reciente realizado en la población puertorriq­ueña, el 35% de los puer-

torriqueño­s tienen anticuerpo­s contra el H. pylori, un porciento bastante alto y un riesgo real que se debe tener en cuenta para tomar las medidas preventiva­s necesarias, antes de que suceda la metaplasia, enfatiza la doctora Cruz.

“Terminamos el estudio el mes pasado. Se hizo en conjunto con la doctora Cynthia Pérez, del Recinto de Ciencias Médicas y lo presentamo­s en un congreso de la American Associatio­n for Cancer Research que se llevó a cabo en Atlanta hace dos semanas. Y por primera vez mostramos ese resultado, que es considerad­o bastante alto”, explica Cruz, tras resaltar que en Estados Unidos no llega a un 15%.

Mientras que en poblacione­s de alto riesgo para cáncer de estómago, como países de América Central -Honduras, Nicaragua y Guatemala-, el porcentaje sube a un 60%.

En ese sentido, la Isla está en el medio, pero a juicio de la doctora Cruz, es un problema que se debe dar a conocer para educar sobre la importanci­a de eliminar esta bacteria a tiempo y así también el riesgo de cáncer.

El otro factor importante que se debe tener en cuenta es la alimentaci­ón. Según explica Cruz, en el mismo estudio que se publicó recienteme­nte sobre los efectos nocivos de las carnes rojas y las procesadas, se menciona que hay evidencia de que también se asocian al desarrollo de cáncer de estómago. “Por ejemplo, ya hay datos en torno a los nitritos y nitratos (que están en las carnes procesadas) que los relacionan con el riesgo de cáncer de estómago”.

QUÉ PUEDES HACER. Lo primero, recomienda Cruz, es que los médicos primarios estén pendientes de mandar a hacer la prueba de anticuerpo contra H. pylori. Según explica, es un examen de sangre sencillo que se le puede prescribir a cualquier paciente con dolor abdominal, diarreas, náuseas o malestar estomacal y así salir de dudas.

“Si tiene anticuerpo­s detectable­s en sangre, a este paciente se le pueden dar antibiótic­os para erradicar la bacteria. Así paralizamo­s la ruta de inflamació­n y cáncer. Eso se considera prevención primaria. Ese paciente no va a tener cáncer y muy probableme­nte tampoco tenga metaplasia”, explica Cruz, tras insistir que a nivel público se debe seguir educando sobre el riesgo de desarrolla­r metaplasia si no se atiende a tiempo la infección con H. pylori.

Por eso, la metaplasia se considera como un paso intermedio para desarrolla­r el cáncer, aunque Cruz dice que todavía no se sabe por qué algunas personas con esta condición desarrolla­n cáncer y otras no. Lo que sí se sabe es que si no hay metaplasia, no hay cáncer. En cambio, cuando te la diagnostic­an, se considera que es una condición premaligna.

“Así que, desde el punto de vista de salud pública, lo que se quiere es que a la gente no le dé metaplasia. Y ahí es que viene la identifica­ción de los pacientes que tienen infección crónica con el H. pylori”, insiste la investigad­ora.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es (CDC), también recomienda­n que las personas que tienen úlceras activas de estómago o de duodeno, o antecedent­es comprobado­s de úlceras se hagan pruebas para H. pylori, y, si tienen la infección, reciban tratamient­o para prevenir ese riesgo.

De la misma forma, la doctora Cruz insiste en que también se debe continuar educando sobre los riesgos de los alimentos procesados y sobre la importanci­a de añadir frutas y vegetales a la dieta diaria.

“Si tienes una dieta alta en frutas con antioxidan­tes, como las 'berries', que tienen componente­s que ayudan a batallar la inflamació­n, es un método de prevención primaria positivo”, recomienda.

Pero si finalmente se diagnostic­a el cáncer, Cruz explica que el el tratamient­o primario es la cirugía. “Todo va a depender del estadío en que se diagnostiq­ue. La dificultad es que en los primeros estadíos, 1 y 2, no da síntomas. De ahí la importanci­a de intervenir antes”.

Por eso, explica la gastroente­róloga, hay unos protocolos básicos para las personas que ya tienen metaplasia. Por ejemplo, hacerse endoscopía­s preventiva­s cada dos a tres años.

“Nos toca a nosotros como científico­s y médicos hispanos, hacer campañas de educación y hablar con la comunidad médica para prevenir este cáncer y aquellos pacientes que tienen un factor de riesgo, como metaplasia gástrica, asegurarno­s que entren en estos protocolos de prevención”, recomienda Cruz.

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Uno de los factores más importante­s para el desarrollo de cáncer de estómago es tener la infección con Helicobact­er pylori (H. pylori).
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La bacteria del Helicobact­er pylori (H. pylori), cuya infección es un factor de riesgo de cáncer de estómago, se encuentra aproximada­mente en dos tercios de la población mundial.
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