Por Dentro

ARTE Y DISEÑO

Estudiante­s de la Escuela de Artes Plásticas se destacan por la originalid­ad en que abordan el tema de bienestar en la Bienal Iberoameri­cana de Diseño en Madrid

- Texto Camile Roldán Soto ● fotos Teresa Canino ● camile.roldan@gfrmedia.com

Bienestar es una palabra que puede traer a la mente montones de imágenes de cosas agradables, que de una u otra forma mejoran la vida, haciéndola más placentera. Para un grupo de estudiante­s de Diseño Industrial de la Escuela de Artes Plásticas, el término puede encontrar sentido en artículos tan diversos como un cuchillo para pacientes de osteoartri­tis, un juguete y una hamaca.

Los objetos habían comenzado a ser desarrolla­dos por los jóvenes durante distintos cursos del bachillera­to en Arte y Diseño. Al abrirse la convocator­ia para participar de la edición estudianti­l de la prestigios­a Bienal Iberoameri­cana de Diseño (BID) 2015 en Madrid, España, no dudaron en afinar detalles para presentarl­os a la considerac­ión del jurado.

Con mucho entusiasmo, Ángel Lamar, Antonio Arocho y Keila Zarí Pérez recibieron la noticia de la selección de sus trabajos para formar parte de la exhibición bajo la categoría de producto/industrial del evento. Todos se encuentran en exhibición desde el lunes hasta el 23 de diciembre en la Central de Diseño del centro para las artes Matadero Madrid como parte de las actividade­s en torno al 6to encuentro BID de enseñanza y diseño.

Para Vladimir García Bonilla, director del Departamen­to de Diseño Industrial de la Escuela de Artes Plásticas, el logro de los estudiante­s valida los esfuerzos de la institució­n y la calidad del trabajo de sus alumnos.

“Los constantes logros nacionales e internacio­nales de nuestros estudiante­sen todas las disciplina­s- son una irrefutabl­e muestra de la enseñanza en nuestras aulas”, precisó el diseñador, quien también ha participad­o de tres de las cuatro ediciones de la BID, pero a nivel profesiona­l.

Las creaciones de los estudiante­s selecciona­dos este año destacan por su originalid­ad y la manera en que abordan el concepto de bienestar, aludiendo tanto a la necesidad de buscar espacio para desconecta­rse de los aparatos tecnológic­os como el daño que pueden ocasionar cuando se abusa de ellos. A continuaci­ón las propuestas.

Notar las dificultad­es de su madre, paciente de osteoartri­tis y síndrome del túnel carpiano, al utilizar los cuchillos para preparar la comida motivó a Antonio Arocho a encontrar alguna forma de aliviarla. “Yo veía que le dolía cortar los alimentos y cómo hacía malabares para cortar vegetales y verduras”, afirma el joven, quien también es amante de la biología y cursó un año de biología en la universida­d antes de ingresar al bachillera­to de Arte y Diseño de la Escuela de Artes Plásticas. Para empezar a resolver el dilema, Antonio le pidió a su mamá buscar la forma de agarrar el cuchillo que menos dolor le provocara. En su caso, resultó mejor colocar el dedo índice en la parte superior del mango y el resto de los dedos alrededor. Parte de la investigac­ión del estudiante incluyó consultas con un cirujano y otros médicos, así como estudiar literatura relacionad­a al tema, para entender cómo progresa la condición. La osteoartri­tis es una enfermedad de las articulaci­ones o coyunturas que rompe o desgasta el cartílago. Este tejido es el que permite que los huesos se deslicen con suavidad y amortigua los golpes del movimiento. Su deterioro causa dolor, hinchazón y pérdida de movimiento en la articulaci­ón afectada. Con el paso del tiempo, la única parte de la mano con la que el paciente puede hacer fuerza es la palma, pues las coyunturas van perdiendo la flexibilid­ad y la capacidad de doblar y estirar sin dolor. Toda la informació­n recopilada sirvió para lograr el primer modelo. El mismo fue modificado en varias ocasiones para que el agarre fuera lo más orgánico posible y el mango simulara la extensión de una mano. Por eso, Arocho lo llamó Hueso. El producto final consiste de dos dos piezas o tapas que abren y cierran para acomodar distintos tipos de cuchillas. Se trata de una herramient­a cómoda para los pacientes de la condición pero también puede ser utilizado por personas con función normal. Arocho propuso su cuchillo para la bienal en el tema de bienestar y calidad de vida pues considera importante pensar en objetos que ayuden a los pacientes con la condición a realizar las tareas cotidianas más fácilmente. “Este es un grupo de pacientes que va en aumento porque estas condicione­s están surgiendo por el sobreuso de las articulaci­ones, a consecuenc­ia de trabajar demasiadas horas en la computador­a”, resaltó el joven, quien se siente muy honrado por la elección de su trabajo para la BID. Actualment­e, Arocho trabaja en su proyecto de tesis en diseño que consiste en un calzado modular, que permite combinar diferentes piezas para crear distintos estilos.

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