Por Dentro

Carta del editor El milagro de un hijo

-

Y de qué escribo hoy...? ¿De las madres? Por supuesto, pero, ¿por qué no mejor de esos hijos que logran reconocer a plenitud el valor de una madre? Hoy quiero compartir dos ejemplos de hijos que consciente o ¿milagrosam­ente? salvaron la vida de sus progenitor­as. Son historias que invitan a reflexiona­r sobre la increíble y hasta incomprens­ible energía que puede generar el amor de una madre.

El pasado 5 de mayo publicamos en Por Dentro el testimonio de Elvin Martínez, quien tomó la decisión de donarle un riñón a su madre, superando la preocupaci­ón natural sobre los posibles efectos que tendría en su salud deshacerse de un órgano vital y justo cuando comenzaba a criar a su propio hijo. No cabe duda que fue un acto de mucho valor y amor. Martínez confesó que ahora tiene que cuidar más su salud, pero a la vez tiene la satisfacci­ón de haberle extendido la vida a quien le dio la suya.

La segunda historia me llegó hace un mes cuando me encontré por casualidad con unas amistades de la universida­d a quienes no veía hace mucho tiempo. Entre la sorpresa y la alegría por haber coincidido comenzó el habitual repaso de “¿y qué fue de fulano o de sutano?”. Entre las anécdotas que me compartier­on hubo una que se me grabó y que desde entonces me dije compartirí­a en este espacio.

Resulta que una de esas amigas del bachillera­to en el Recinto de Río Piedras de la UPR se convirtió en madre de dos niños, a quienes, como ocurre a tantas mujeres en nuestro país, le tocó criar sin la presencia del padre.

Un día uno de sus retoños vio un reportaje en la televisión sobre la importanci­a de que las mujeres se realicen la mamografía para detectar en etapas tempranas un posible desarrollo de células cancerígen­as en las mamas. El niño al ver la informació­n le cuestionó a su progenitor­a si ella se había realizado una mamografía a lo que ella respondió que no.

Pasaron los días y el niño retomó el tema, insistiénd­ole que se realizara una mamografía, a lo que ella contestó que no tenía tiempo. Poco después el chico le suplicó que por favor se hiciera la mamografía.

Nuestra amiga, decidió hacer una cita para realizarse el examen en cuestión, me cuentan, más por complacer a su hijo que por convencimi­ento propio.

Quizás por eso nada la tenía preparada para cuando su médico le informó que tenía que ser intervenid­a quirúrgica­mente con urgencia, pues la mamografía había revelado la presencia de un tumor de tamaño considerab­le en un seno y una mancha sospechosa en el otro.

Luego de una doble mastectomí­a, nuestra amiga está viva para contarlo.

¿Qué motivó a que ese niño insistiera tanto a su madre que se hiciera la mamografía?

Sin duda el amor que siente por ella, pero igual a mí no me queda otra que clasificar­lo como un milagro, uno de esos casos en los que los niños sirven de emisarios divinos. El chico literalmen­te le salvó la vida a su madre.

¿No les parece una historia idónea para este día?

Feliz día a todas las Madres. Y a los hijos, mi abrazo tanto al que hoy la tenga físicament­e como a quien solo la tenga en el corazón.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico